El 99% de la economía estadounidense está en manos del 0,01% más rico, y que cobran intereses por todo

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En los últimos meses se decía que la Reserva Federal de EEUU luchaba contra la deflación (es decir, por exceso de ofertas de bienes y servicios, lo que lleva a una disminución de los precios, reducir el beneficio de las empresas, reducir la producción, aumento del desempleo, reducción del consumo y una recesión económica) con la emisión de dinero y tasas de interés cada vez más bajas, hasta el punto en que hoy se encuentran en valores negativos, como es el caso del bono alemán a 10 años que se encuentra en esos valores desde hace largos meses (el bono a 10 años es el que se considera como el activo de mejor calificación crediticita, dado que es el título «sin riesgo» por excelencia de la renta fija. Y vale recordar que son instrumentos para financiar gastos públicos. Y esos bonos del estado pagan esos intereses a quienes los adquieren, a través de la recaudación de impuestos).

Ahora bien, esta lucha contra la deflación no es tal cuando permitimos que el 0,01% más rico mueva millones desde la economía pública a sus bolsillos (a través de la impresión de dinero y compra de activos por parte del Banco Central ,FED, para «sostener» la economía). Básicamente esto se traduce en el colapso de la sociedad, eso es un evento deflacionario.

Aquí sólo quedan estafas piramidales, timos, y los beneficiados de los que se conoce como Efecto Cantillon, o sea aquellos que se encuentran más próximos a la Reserva Federal y que tenían los activos cuando comenzaron con estas estafas piramidales (podríamos decir desde 1971, con el fin del patrón oro), han sido los que más han salido ganando.

¿Qué es el Efecto Cantillon?, Richard Cantillon fue el primer economista en afirmar que todo cambio en la oferta monetaria distorsiona la estructura de una economía. Esto se debe a que el dinero de nueva creación no es distribuido ni simultáneamente ni uniformemente a lo largo de la población. Es el efecto desigual de las políticas monetarias sobre la economía. Aquellos que reciben el dinero de nueva creación en primer lugar, ganan poder adquisitivo, al poder adquirir bienes de consumo o de capital a precios relativamente inferiores. Los últimos, sin embargo, solo podrán hacerlo una vez que los precios ya hayan subido. Es por ello que, las expansiones de la oferta monetaria nunca son neutrales.

Jeff Bezos tiene más de 200 mil millones de dólares, su ex mujer tiene entre 65 y 75 mil millones. Bill Gates, ocupando el puesto 4 en FORBES con más de 130 mil millones de dólares. Mark Zuckerberg con unos casi 100 mil millones de dólares, al igual que Warren Buffett. Carlos Slim con 60 mil millones. Daniel GIlbert, cofundador de Quicken Loans, el mayor prestamista hipotecario de EEUU en 1985, con 52 mil millones. Zhang Yiming, de China, y que preside ByteDance, la plataforma de contenido de medios más grande de ese país y cuya app más famosa es TIk Tok, con 35 mil millones de dólares. Qin Yanglin, presidente de muyuan Foosstuff, de China, hizo su fortuna como el criador de cerdos más grande del país en el mercado de carne de cerdo más grande del mundo, con 34 mil millones. George Soros, con 10 mil millones de dólares. Más del 60% de los multimillonarios del mundo se hicieron ricos en 2020 y los 5 que más se enriquecieron vieron sus fortunas combinadas crecer 310.500 millones dólares.

Sumado a lo anterior, ese 0,01% más rico, son los mayores poseedores de deuda, porque sus carteras están llenas de bonos del tesoro y municipales, y por lo tanto esto significa que el gobierno, y por ende el pueblo, ese 99,9% más pobre, le debe todo ese dinero a ese 0,01% y no deja de pagarle una parte cada vez más grande de sus ingresos. De esa forma ganan más dinero y continúan comprando más activos.

Todo ese movimiento de capital de los más pobres a los más ricos está provocando una gran deflación para la sociedad, y mientras, ese 0,01% más rico disfruta de una tasa de inflación cada vez más alta en sus activos (o sea valen más).

Es decir, quienes poseen la mayoría de esos bonos del estado (el 0,01%) y cobran los intereses por medio de nuestros impuestos, nos muestra que el gobierno es solamente una pasarela por el que la gente paga ese dinero de sus bolsillos, impuestos, que significan un mecanismo de transmisión hacia aquellos que poseen los bonos.

Ese 0,01% tiene tantos bonos que los intereses son muy bajos, por lo cual estos les permite salir a prestar dinero y especular. Y qué ocurre si fallan en ese sistema de préstamo especulatorio, pues los rescatan, una y otra vez desde el Banco Central (o FED). Esto es una estafa piramidal y, además, un círculo vicioso.

El Financial Times se preguntó el motivo del por qué cada vez hay más ahorro circulando. Y responde que es posible que se deba a que una proporción cada vez mayor de los ingresos nacionales va a parar al porcentaje más adinerado. Como todos tienen un límite de consumo, los más ricos tienden a ahorrar gran parte de sus ingresos en lugar de gastarlos. Eso hace que las tasas de interés bajen cuando esos ahorros se invierten, aumentando el precio de los activos y disminuyendo los retornos e, indirectamente, debilitando la demanda agregada. Deflación.

En el momento que colapse la economía, este 0,01% les dará toda esta gran pila de contratos que adquirieron de bonos, y se las dará a la Reserva Federal o BC para que la incluyan en su balance general.

Esa es la economía deflacionaria que nos están provocando y que nos aboca a la deuda, por tarjetas de crédito, hipotecas, prestamos estudiantiles, entre otras. Es decir, toda esa deuda se la debemos al 0,01% que se queda con toda la recompensa y no corre ningún riesgo.

EEUU, y el mundo en gran parte también, tienen una economía de rentistas que está en manos del 0,01% que cobra intereses por todo.

Los precios de prácticamente todo también están subiendo porque esa economía de rentistas siente que ocupa una posición oligárquica, no hay contrapesos, no hay regulación industrial, nadie compite con nadie en los mercados. Nos convertimos en una pequeña oligarquía que es gobernada por ellos y el poder adquisitivo de los habitantes, a su vez, se desploma.

Esto es esclavilandia y una real lucha de clases en un sistema en el cual la pregunta surge respecto de si esto es una especie de meritocracia basada en el mérito de poseer dinero (ya sea mal habido o de buena fe) y gobernar el mundo por parte de estos «filántropos», quienes a su vez consideran tener un predominio de valores personales para conducir a la sociedad mundial. Todo lo cual llevan adelante a través de una forma de gobierno en la que los pueblos eligen, ya no a sus representantes en un sistema electoral, sino a meros empleados de quienes tienen ese mérito de poseer el dinero.

Y en relación a lo anterior, finalmente pensemos, ese sistema de oligarcas que toma decisiones, se lleva el dinero, representa el 0,01% y comparte sus agendas con los gobiernos nacionales corruptos que responden al poder de ese dinero, en qué se diferencia con el sistema chino, y que el mismo ex Jefe del Comando Sur de EEUU, Craig Feller, había dicho meses atrás, y cito textual, «una táctica habitual que utiliza China es la de ofrecer lucrativos sobornos a los funcionarios locales (aprovechando la corrupción generalizada) a cambio de acuerdos favorables».