En una reunión de gabinete el martes pasado, el gobierno tailandés ultimó los planes para presentar su solicitud al bloque. Si se aprueba, Tailandia se convertiría en el primer miembro del Sudeste Asiático en unirse a los BRICS.
Unirse a la alianza BRICS beneficiaría a Tailandia, principalmente como voz líder para los países en desarrollo. A medida que el bloque crece, también busca ampliar su alcance entre las economías en crecimiento, alejándolas del dólar estadounidense.
Tailandia es parte del bloque de la ASEAN, que contiene otros nueve países del Sudeste Asiático. Los líderes de estos países firmaron una declaración el año pasado para dejar de utilizar el dólar estadounidense para el comercio internacional. En cambio, el acuerdo se hizo para promover sus monedas locales. La medida reforzó el poder de las monedas locales de los países de la ASEAN. Este objetivo coincidió con la misión de los BRICS de impulsar la desdolarización y mostró al bloque que las naciones de la ASEAN están en línea con la iniciativa BRICS.
Una vez que Tailandia presente su solicitud para los BRICS, no está claro cuánto tiempo le tomará al bloque responder. Es posible que el país tenga que esperar hasta la cumbre anual de los BRICS que se celebrará en Rusia este otoño. Sin embargo, si se invita a un representante del gobierno tailandés a la cumbre, será una gran noticia para el futuro del país en la alianza.
Muchos observadores, tanto en Occidente como en el Sur Global, han expresado escepticismo sobre el potencial de los BRICS, dada su naturaleza institucional difusa y las muy diferentes motivaciones que tienen sus miembros para unirse al bloque. Como lo expresó el Instituto para la Paz de los EEUU después de la última admisión de miembros: “Los BRICS ampliados sin duda servirán como un foro importante para las conversaciones globales entre los países de ingresos medios, pero ese puede ser su mayor impacto en los asuntos globales”. Añadió: «Después de más de una década de existencia, queda por ver si los BRICS se convertirán en una fuerza política y económica dentro del sistema internacional».
No obstante, el gobierno tailandés probablemente piensa que no hay nada malo en involucrarse en cualquier grupo que potencialmente podría ayudar a mejorar su posición económica y política global. El Ministro de Finanzas, Thirachai Phuvanatnaranubala, dijo el año pasado que la membresía del BRICS era una forma importante para que Tailandia se adaptara al cambiante equilibrio de poder global. «Tailandia debe ajustar su estrategia de relaciones exteriores, reduciendo la dependencia de EEUU pero siendo cautelosa para evitar problemas con la relación de larga data con EEUU», lo parafraseó The Nation.
Curiosamente, Tailandia también ha comenzado el largo proceso de convertirse en miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un grupo de países desarrollados que es exactamente el tipo de institución al que los BRICS se consideran una alternativa. Tailandia presentó recientemente una carta de intención expresando su compromiso de unirse al bloque al secretario general de la OCDE, pero el proceso de aprobación es más largo que el de los BRICS.