La zona del Sahel está afrontando desde hace más de 2 décadas las consecuencias de no haber exterminado ab initio la creciente ola del terrorismo fundamentalista. El 26 de enero de 2022 , el Centro Africano de Estudios Estratégicos publicó un detallado informe respecto a cómo el fundamentalismo islámico ha arrasado la zona africada citada, donde la población cristiana ha sido de las más torturadas en tales arremetidas.
“Centre d’études stratégiques de l’Afrique” denunció que en el continente africano, la violencia de los grupos islamistas militantes sigue concentrada principalmente en cinco escenarios: el Sahel, Somalia, la cuenca del lago Chad, Mozambique y el norte de África, tres regiones que responden a problemas distintos. Citando la fuente de FSSPX.Actualités, tal medio sostuvo que “…en el Sahel, la yihad se propaga como la pólvora: primero afectó a Malí, el islamismo armado se trasladó a Burkina Faso, donde se registró el 58% de los abusos el año pasado. Esta es también una de las razones de los golpes de Estado que han afectado a la región en los últimos meses, debido a la exasperación de los militares por la incapacidad de los regímenes elegidos democráticamente para frenar la violencia.”
Sahel es la zona africana más afectada dado que las víctimas de los embates de la yihad se estiman en 4,838 (porcentaje de víctimas que en el año 2021 pasó del 17% al 57%). Cifras similares se ven en Somalia, donde el grupo al Shabaab fue responsable del paso de víctimas que en 2020 fueron 1,771, mientras que el año pasado se elevó a 2,072 personas masacradas. Lejos quedó ese número de 1,080 asesinatos registrados en 2015; esto expone que la violencia es mayor año tras años mientras la ONU se preocupa por fomentar el lenguaje inclusivo. Mozambique es otro claro ejemplo donde la yihad se tomó 1,067 víctimas en nombre del islamismo. Quizás sea momento de que Occidente reaccione antes de caer como civilización como ya muchas naciones occidentales perecieron por perder tiempo en políticas progresistas mientras la tiranía fundamentalista se abre paso en nombre de la “diversidad cultural”.
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