Macron pide a Europa que marque su propia estrategia para no ser vasallos de EEUU y China

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Macron necesita lavar su imagen después del caos que vive Francia ante sus políticas económicas como la reforma previsional, que enfurecen a los mismos franceses en las calles del país, o la puesta sobre la mesa reciente de la política de legalización de la eutanasia próximamente, buscando mostrarse como el líder de Europa por encima de Alemania y salvar la ropa como lo ha intentado en el conflicto Rusia/Ucrania.

Macron habla de crear una Europa como tercera superpotencia frente a China y EEUU, aunque olvidando a Rusia, y siendo Francia la que lidere, minimizando a Alemania, perjudicada en el último tiempo al haber sido saboteada en la política energética gracias a EEUU y su intromisión en el ataque a Nord Stream.

Lo que busca Macron es posicionar una ficha en cada parte del tablero, y finalmente estará dispuesto a traicionar a quien sea necesario para salvarse, aunque la traición podría ser parte de un juego mucho más avanzado en el que debemos mirar más allá para adelantarnos en la jugada. Un alejamiento de Europa de la guerra y generando un enfrentamiento directo entre EEUU y China daría más tiempo de preparación para la aparición cuando todo esté por definirse.

Otro de los objetivos de Macron indicarían que buscaría alejar a China y Xi Jinping de Rusia, tal como intento motivar a Putin para frenarlo, vale recordar, antes de que Rusia iniciara la operación militar en Ucrania, y siendo el último líder europeo que fracasó. Aunque el fracaso venía de hace años, con palabras y mentiras que finalmente ya no convencían a Putin. Existiendo hoy un paralelismo en el caso de Taiwán/China.

«Como se acelere el conflicto entre este duopolio no tendremos tiempo ni medios para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos», dijo el presidente francés en una entrevista al diario Les Echoes publicada a su retorno de su visita a China.

Macron afirmó que una escalada de la tensión en el estrecho de Taiwán no beneficia a Europa, y añadió que sería una «trampa» para Europa quedar «atrapada en una perturbación del mundo y en crisis, que no serían las nuestras».

«Lo peor que puede pasar es que los europeos acaben creyéndose que tienen que convertirse en seguidores y adaptarse al ritmo americano y a las exageradas reacciones de China», indicó.

Macron realizó esta consideración mientras se reavivan las tensiones entre EEUU, China y Taiwán, siendo escenario de un simulacro militar chino sobre un bloqueo a la isla, en represalia por la visita de la presidenta taiwanesa Tsai Ing Wen a EEUU.

«¿Por qué debemos ir al ritmo elegido por otros? En algún momento, debemos preguntarnos cuáles son nuestros propios intereses», planteó el mandatario, recogió la agencia de noticias Europa Press.

Explicó que Europa puede acabar en una «pinza» entre EEUU y China si se agrava este conflicto.

En su lugar, Macron apostó por convertir a Europa en un «tercer polo» internacional, aunque avisó que su construcción tardará un tiempo que quizás no podría tener.

«La autonomía estratégica debe ser la lucha de Europa. No queremos depender de otros en temas críticos, porque el día que nos quedemos sin margen de maniobra en cuestiones como la energía, la defensa, las redes sociales o la inteligencia artificial, el día que nos quedemos sin la estructura necesaria sobre esos temas, nos quedaremos apartados del ritmo de la historia», expresó.

Con respecto a lo conversado con el mandatario chino, Macron señaló que Xi habló sobre «la arquitectura de seguridad europea» pero que esta no puede existir «mientras en Europa haya países invadidos o conflictos congelados».

Según el presidente, «el conflicto ucraniano aumenta la demanda del equipo militar».

Sin embargo, destacó que «la industria de defensa europea no cumple con todas las necesidades (…), y algunos países recurren a proveedores estadounidenses o asiáticos», citó la agencia de noticias Sputnik.

Por esa causa, el líder francés llamó a lograr una mayor independencia europea en el campo de la industria de defensa, destacando que los países europeos no deben depender de otros Estados en «asuntos críticos».

El miércoles pasado, Macron y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llegaron a China para celebrar una reunión con Xi.

Uno de los temas clave de las consultas fue la crisis de Ucrania.

Macron y Xi se comprometieron en esa ocasión a «apoyar cualquier esfuerzo a favor de un retorno a la paz en Ucrania», en una declaración conjunta emitida al término de un viaje oficial del mandatario francés al país asiático.

Asimismo, acordaron aumentar la coordinación y cooperación para «salvaguardar» la eficacia de los controles de armas y los tratados para la no proliferación, así como avanzar hacia el desarme y el «uso pacífico de la energía nuclear», según el documento compartido por la Presidencia francesa.

El texto, sin embargo, no mencionó en ningún momento a Rusia ni establece una hoja de ruta para Ucrania, más allá de señalar que el conflicto debe ajustarse al Derecho Internacional y a la Carta de Naciones Unidas y reforzar el apoyo a «cualquier esfuerzo a favor de un retorno a la paz».