La guerra que no termina ni aminora su marcha
El Ministro de Defensa de Ucrania Rustem Umerov dijo que Kiev está lista para las conversaciones de paz con Moscú. Hizo la declaración en medio de los pedidos de Ucrania de más armas de sus aliados occidentales, para poner fin al conflicto, esas fueron sus expresiones; inclusive este anuncio se produjo al margen de una reunión con los partidarios de Kiev en Bruselas para discutir los suministros de ayuda militar a Ucrania.
Ahora, si bien el enfoque declarado de la reunión con los partidarios occidentales de Ucrania es buscar entregas» estables y oportunas» de sistemas de defensa aérea, aviación y municiones a Kiev, Umerov señaló su voluntad de negociar la solución del conflicto con Moscú. También el Ministro dijo «Ucrania está lista para las negociaciones para poner fin a la guerra. Pero una paz justa y duradera solo es posible cuando Ucrania es fuerte en el campo de batalla”.
Es llamativo que este anuncio se produce después de que Estados Unidos, el principal donante de Kiev, suspendiera la mayor parte de la ayuda exterior después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo el mes pasado, inclusive Zelensky dijo en una entrevista reciente con The Guardian que planeaba intercambiar tierras que las fuerzas ucranianas capturaron en la región rusa de Kursk en agosto pasado, si Trump logra llevara Moscú y Kiev a la mesa de negociaciones.
La respuesta diplomática-política de Moscú fue rechazar la propuesta de intercambio de tierras de Zelensky, quien solicitó anteriormente que Estados Unidos y la UE ofrecieran a Kiev garantías de seguridad firmes, y también siempre tuvo el sueño de obtener la membresía de Ucrania en la OTAN, idea a la que Moscú se ha opuesto repetidamente.
Hoy la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, descartó de pleno, y sentenció que: “Los neonazis que están arrasando en la región de Kursk recibirán tierras sin ningún intercambio, de un metro de ancho, dos de largo y aproximadamente un metro y medio de profundidad”, en una aparente referencia a una tumba.
En la situación actual el ejército ucraniano ha perdido más de la mitad del territorio ganado en la región de Kursk hace seis meses, y el Ministerio de Defensa de Rusia estima que hubo casi 60.000 bajas ucranianas en la operación; y si bien Rusia ha señalado constantemente su disposición a las conversaciones. Por su parte Moscú insiste en que cualquier acuerdo de paz con Kiev debe abordar la “realidad sobre el terreno”, es decir, el reconocimiento de los resultados de los referendos en los que los residentes de las antiguas regiones ucranianas votaron a favor de unirse a Rusia. Esto incluye Crimea, Sebastopol, la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk, la región de Zaporozhye y la región de Kherson.
En declaraciones públicas el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió en agosto que la incursión disminuye la probabilidad de negociaciones, acusando a Kiev de atacar deliberadamente a civiles rusos y a la infraestructura nuclear. Preguntó: “¿Qué hay que discutir con esa gente?”.
Las autoridades rusas están investigando actualmente supuestas atrocidades cometidas por Ucrania en zonas recientemente liberadas, como la aldea de Russkoye Porechnoe, donde las fuerzas rusas descubrieron pruebas de asesinatos en masa y torturas de residentes locales.
Según la legislación rusa, la región de Kursk tiene el mismo estatus legal que las antiguas regiones ucranianas que se han convertido en parte de Rusia, pero sobre las que Kiev todavía reclama soberanía.
El rol de Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pedido una rápida resolución del conflicto de Ucrania, citando sus importantes costes para Moscú y Kiev. El ejército ucraniano se enfrenta a una situación difícil, ya que los esfuerzos de movilización luchan por producir suficientes reclutas, mientras que la deserción generalizada socava el ejército permanente. Zelensky ha advertido de que sin el apoyo de Estados Unidos, las fuerzas armadas ucranianas pueden colapsar.
Donald Trump, al tener una visión comercial y muy centrada en el déficit y en evitar gastos superfluos tiene una proclividad a desmantelar conflictos estériles y a evitar nuevos focos que generen erogaciones innecesarias.
La Geopolítica
En este caso vemos que se va re-configurando el mundo, y sin olvidar que estamos ya en la primera mitad del Siglo XXI, lo que nos lleva a pensar con una óptica de Siglo XXI.
Lo que comprendemos de las declaraciones de Rusia y de las acciones de Estados Unidos es que toman con mucho valor la presencia territorial, y también la defensa nacional.
En este sentido el interés de varias potencias sobre la Antártida que ya data de varias décadas y el reciente descubrimiento de la opinión pública del interés norteamericano sobre Groenlandia, territorio absorbido por Dinamarca y que en realidad mantiene cercanía geográfica con el continente americano, y como dato clave tiene el 90% de su territorio pasando el círculo polar ártico, es decir que es un territorio ártico. Y en realidad esto deriva en un interés claro sobre el Ártico.
El panorama nos lleva a conferir que en realidad se está configurando una puesta de atención sobre los polos, y que en el Cono Sur tendrá preeminencia Estados Unidos, con una aceptación de otras potencias como Reino Unido, China, Rusia, y otros; y a su vez en el Ártico tendrán protagonismo Rusia, Japón, China, y en menor medida Estados Unidos, Gran Bretaña y otros. Situación que se dará en un tándem y un equilibrio tenue, que la vez será inestable.
Lo claro, prístino y que llevará un derrotero es que este equilibrio va a ser fruto de enfrentamientos y situaciones bélicas. Siglo XXI, requiere una visión de Siglo XXI, y líderes de Siglo XXI.
DOCTOR PABLO GARAY
DOCTOR OF INTERNATIONAL LAW