
Durante una disputa comercial menor con Pekín durante el primer mandato de Trump, su administración utilizó la Corporación de Crédito para Productos Básicos (CCC) para ofrecer U$S 28.000 millones para rescatar a los agricultores estadounidenses. Esta entidad, propiedad y operada por el gobierno, se creó para impulsar los ingresos y los precios agrícolas.
«Estamos volviendo a analizarlo», declaró Rollins a Bloomberg News el miércoles en la Casa Blanca. «Obviamente, todo está sobre la mesa, pero nos encontramos en un período de gran incertidumbre sobre cómo se desarrollará esto».
El secretario de Agricultura dijo, sin embargo, que no se ha tomado ninguna decisión sobre si extender la asistencia financiera a los agricultores.
“El objetivo es que no tengamos que hacerlo en absoluto, que estos cambios y la reestructuración de la economía resulten en un ambiente de prosperidad sin precedentes para todos los estadounidenses, pero especialmente para nuestros agricultores y ganaderos”, dijo Rollins.
Las discusiones en torno a un rescate agrícola indican que la administración Trump está preocupada por las posibles consecuencias de la guerra comercial para los agricultores, un grupo político clave para el presidente y su Partido Republicano.
Las respuestas ojo por ojo de Washington y Beijing marcan una rápida escalada que ha desconcertado a los mercados financieros mundiales y suscitado temores de una crisis económica.
Los aranceles de represalia están afectando a los agricultores, ya que otras políticas de la administración limitan su capacidad para vender productos. La administración Trump ha desmantelado la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), cuyos programas compraban productos básicos a productores estadounidenses. Trump también ha amenazado con reducir los programas de asistencia nutricional que compran productos agrícolas estadounidenses.
El riesgo de una escalada de la guerra comercial surge en un momento en que los agricultores estadounidenses luchan por recuperar su posición como principales exportadores de productos básicos, desde maíz hasta trigo, después de los éxitos de Brasil en la conquista de participación de mercado.
Los aranceles de Trump han impulsado a los gobiernos extranjeros a buscar acuerdos con la administración para evitar o reducir los gravámenes. Rollins anunció la semana pasada que viajaría a Vietnam, país que busca cerrar un acuerdo con EEUU, y el miércoles anunció que visitaría el Reino Unido y Japón «en las próximas seis semanas».
La Casa Blanca también está considerando la posibilidad de crear un crédito fiscal para los exportadores, que podrían verse duramente afectados por las medidas de otras naciones para tomar represalias contra los gravámenes de Trump con sus propias barreras comerciales.