La geoingeniería es más peligrosa que el cambio climático, pero beneficia a Bill Gates

Cuestión en boga es hoy en día la geoingeniería, dentro de un marco en el cual el sexto informe de evaluación de los expertos en ciencia climática de las Naciones Unidas subraya que la humanidad es la causante prácticamente al 100% del cambio climático, del cual algunas de sus consecuencias “son ya irreversibles”. El sexto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) señala, en primer lugar, que el calentamiento global es un hecho ‘cierto, incuestionable, irrefutable, innegable y demostrado científicamente’”[1]. Así es que, dentro de un marco en que siquiera el Acuerdo de París sobre cambio climático -el acuerdo internacional más costoso de la historia- resulta suficiente para reducir de forma efectiva las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero que serían las causantes del “cambio climático”, especialmente el CO2, surge la diatriba de la geoingeniería, es decir, una serie de métodos que nos permiten, de forma artificial, controlar el clima, ya sea absorbiendo CO2 de la atmosfera, o emitiendo diversas partículas en la misma, a fin de reflectar los rayos del sol y que los mismos no repercutan de forma directa sobre el planeta.

En los términos en que la define Bill Gates, “la geoingeniería es una herramienta innovadora […]. La idea fundamental consiste en operar cambios temporales en los océanos o la atmosfera terrestre con el fin de bajar la temperatura del planeta. […] Llevo varios años financiando algunos estudios de geoingeniería (una financiación ínfima en comparación con los trabajos de atenuación que patrocino). Casi todas las propuestas de la geoingeniería se basan en la idea de que, para contrarrestar todo el calentamiento causado por los gases de efecto invernadero que hemos vertido en la atmosfera, debemos limitar en aproximadamente un 1 por ciento la cantidad de luz que recibe la tierra. Esto puede conseguirse de varias maneras. Una consiste en esparcir partículas extremadamente pequeñas -de apenas una millonésima de centímetros de diámetro- en las capas superiores de la atmósfera. Los científicos saben que estas partículas dispararían la luz, lo que ocasionaría un enfriamiento del planeta […]”[1]. Esto es precisamente el proyecto ScoPEX (Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica)[2], llevado adelante por Gates y la Universidad de Harvard, que iba a tener lugar en junio de este año en la ciudad de Kiruna, Suecia, pero que la Corporación Espacial Sueca canceló[3] por la presión social ejercida por parte de las comunidades de saami o lapones, nativas de la zona. Al mismo tiempo, estas comunidades han logrado desligar una guerra feroz entre distintas asociaciones y grupos ecologistas que se han dividido entre defensores y detractores del proyecto de Gates.

Según lo ha especificado el grupo de científicos de dicha universidad, “SCoPEx es un experimento científico para avanzar en la comprensión de los aerosoles estratosféricos que podrían ser relevantes para la geoingeniería solar. Su objetivo es mejorar la fidelidad de las simulaciones (modelos informáticos) de la geoingeniería solar proporcionando a los modeladores resultados experimentales vitales para abordar cuestiones científicas específicas. Estas simulaciones son la herramienta principal para estimar los riesgos y beneficios de la geoingeniería solar, pero las limitaciones actuales pueden hacer que las simulaciones se vean demasiado bien. […] Planeamos usar un globo a gran altitud para elevar un paquete de instrumentos aproximadamente a 20 km hacia la atmósfera. Una vez que esté en su lugar, se liberará una cantidad muy pequeña de material (100 ga 2 kg) para crear una masa de aire perturbado de aproximadamente un kilómetro de largo y cien metros de diámetro. Luego, usaremos el mismo globo para medir los cambios resultantes en la masa de aire perturbada, incluidos los cambios en la densidad del aerosol, la química atmosférica y la dispersión de la luz”[4]. En otras palabras, la idea era lanzar carbonato de calcio a la atmosfera a fin de comprobar cuales serían los posibles escenarios en que puedan llegar a utilizarse aerosoles atmosféricos para mitigar el “calentamiento global”, a través de un sistema de inyección de partículas en la atmosfera, para que esta refleje más luz solar hacia el espacio, reduciendo así la cantidad de calor que entra en la tierra. Lo que en geoingeniería se conoce como Gestión de la Radiación Solar, ya que estos métodos se basan, técnicamente hablando, en “gestionar” la cantidad de luz que alcanza nuestra superficie terrestre.

Esto resulta verdaderamente curioso, porque mientras en 1972, especialistas como Rasool y Schneider, en estudios científicos publicados en revistas como Science, auguraban un posible “enfriamiento global”[5], causado debido al efecto neto del aumento de la densidad de aerosoles en la atmosfera, el cual tendería a reducir la temperatura de la superficie de la Tierra, la propuesta de Bill Gates -quien ha puesto su atención en la geoingeniería desde 2012[6]– es justamente emitir en el futuro toneladas de polvo de carbonato de calcio. Pues bien, las concentraciones antropogénicas de aerosoles que hace décadas -se decía- eran lo suficientemente potentes para causar una Nueva Glaciación, ahora se dice que pueden salvar a la humanidad, utilizadas por el mismo “consenso científico” que nunca ha podido descifrar de forma exacta las variaciones próximas de la temperatura de la Tierra. En definitiva, como esbozara la científica del MIT, Sallie Chisholm: “Los partidarios de la investigación en geoingeniería no hacen más que seguir ignorando el hecho de que la biosfera no se limita a reaccionar ante lo que hacemos, sino que actúa también por su cuenta y traza así una trayectoria que nos resulta imposible de predecir. Es un cúmulo vivo de organismos (microorganismos, sobre todo) que evolucionan a cada segundo: un «sistema autoorganizado, complejo y adaptativo» (sería la denominación rigurosa del mismo). Los sistemas de esta clase tienen unas propiedades emergentes que son sencillamente impredecibles”[7]. Estas diatribas no parecen, prima facie, afectar la posición de Gates, quien ha aportado hasta 2016 más de 4,6 millones de dólares a investigaciones de geoingeniería y cuyo nombre, de hecho, aparece en varias patentes registradas de este tipo de instrumentos, al lado del nombre de personajes del mundo científico como David Keith, líder del proyecto SCoPEx. En este sentido, como señala Naomi Klein, “la existencia de este tipo de intereses creados es un tema recurrente en este mundillo: muchos de los más enérgicos defensores de la investigación en geoingeniería tienen algún tipo de asociación con start-ups de estos geohackers, o poseen las patentes de varios de los métodos propuestos. Eso, según dice el historiador de la ciencia del Colby College, James Fleming, hace que «se jueguen algo más que su prestigio personal en ello, ya que estos científicos podrían ganar una increíble cantidad de dinero si su técnica sale adelante»”[8].

Ahora bien, Sir David King, ex profesor de Química Física de la Universidad de Cambridge, aseveró que “las consecuencias de la realización de la iniciativa pueden ser catastróficas para el clima y pidió que no se lleve a cabo”[9]. Por su parte, el profesor de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, Stuart Haszeldine, declaró en ese contexto que “el bloqueo de la radiación solar no cumplirá su propósito y no ayudará a eliminar la causa principal del calentamiento global. Según el profesor, la humanidad tendrá que liberar cada vez más polvo si no trabaja para resolver el problema de la contaminación y la alta concentración de las partículas cambiará el color del cielo a blanco y llevará a un aumento de las temperaturas. ‘Es como tomar heroína: tienes que continuar tomando drogas para que siga teniendo efecto’”[10], sostuvo. Esta analogía resulta verdaderamente significativa, en tanto que, si bien no representa mayor interés desde su clave técnica, pues sabemos que el CO2 no afecta directamente el clima, si resulta verdaderamente significativa desde su clave política, porque que el cambio climático no tiene mucho que ver con las actividades humanas, pero aun así se insiste en ello. El cambio climático, como lo conocemos hoy, no tiene prácticamente ninguna correlación con las actividades humanas, pues la ciencia ha demostrado, entre otras cosas, que “no existe una correlación significativa entre los niveles de CO2 y la temperatura de la Tierra sobre esa línea del tiempo geológica”. A decir verdad, “cuando los niveles de CO2 estuvieron diez veces más altos que hoy, hace alrededor de 450 millones de años, el planeta estaba en el periodo más frío absoluto […]. Sobre la base de esta evidencia, ¿cómo podría alguien todavía creer que el aumento relativamente pequeño de los últimos niveles de CO2 sería la causa principal del modesto calentamiento del siglo XX?”[11], como lo expuso palmariamente Tim Patterson,​ paleoclimatólogo canadiense y profesor de Geología en Carleton University. Pero, aun así, el “consenso científico” pretende cambiar el clima a su propia voluntad. En otras palabras, se nos dice que para que el clima no cambie -“para peor”-, debemos cambiarlo nosotros, usando recetas análogas por las cuales hace años se nos dijo que podría ocurrir el fin del mundo, tal y como lo conocemos.

En este sentido, por más que la expulsión artificial de partículas de carbonato de calcio no logre su aparente objetivo, es decir, reflectar la radiación solar en pos de lograr una disminución de la temperatura global, lo cierto es que se seguirá lanzando a la atmósfera. Además, técnicamente hablando, si nos basamos en la teoría de calentamiento global manejada por Bill Gates y el IPCC, “si se empieza a rociar la estratosfera con el material de turno para bloquear los rayos del sol, será básicamente imposible dejar de hacerlo nunca más, porque si nos detuviéramos, todo ese calentamiento que habríamos reprimido colocando semejante persiana virtual alcanzaría de pronto la superficie del planeta en una sola oleada de calor sin dejarnos tiempo para una adaptación gradual”[12]. Y, de hecho, este experimento es sólo el comienzo: “Bill Gates, el fundador de Microsoft, está financiando un proyecto para frenar el calentamiento global en el que el planteamiento es que cientos de aviones arrojen millones de partículas de azufre sobre la estratosfera cada año, con el fin de ‘tapar’ una cierta cantidad de la radiación solar que llega a la Tierra y así frenar el calentamiento global”[13], expresa una nota del diario digital El Confidencial, del 7 de marzo de 2021.

En su más reciente libro “Cómo evitar un desastre climático”, publicado este mismo año, Gates afirmó asentado en los estudios del IPCC que “si no dejamos de aportar gases de efecto invernadero a la atmosfera, la temperatura continuará subiendo”[14]. De hecho, una publicación realizada en junio de 2021 por la Universidad de Alabama en Huntsville, la cual analiza y publica datos satelitales que brindan nuestra mejor y más transparente información sobre las temperaturas atmosféricas, demuestra que hace más de 5 años que no ocurre un nuevo incremento neto en el pico de temperatura del planeta[15] y, de hecho, la temperatura en el mes de marzo estuvo muy por debajo del promedio de 30 años[16]. En otras palabras, hemos pasado más de cinco años y cuatro meses sin ningún aumento neto en la temperatura de la Tierra, de forma que, si la T° global en febrero de 2016 alcanzó el pico de 0.70°C, en febrero de 2021 la temperatura registrada fue de 0.20°C y, en junio de 2021, fue de -0.01°C, a comparación de los 0.21°C registrados en 2016[17]. No sólo eso: Desde 2016, nuestro planeta se ha refrigerado aproximadamente 0.7°C durante los últimos 5 años. Además, los satélites 15x NASA / NOAA AMSU, los cuales miden cada pulgada cuadrada de la troposfera inferior (donde habitamos), dejan ver que una vez más la temperatura ha caído por debajo del promedio de 30 años, incluso la temperatura de la Tierra era más cálida en 1983 que ahora[18], a pesar de que, como recuerdan Mariastella Svampa y Enrique Viale en “El colapso ecológico ya llegó”, “en la actualidad, en relación con 1750, la atmósfera contiene un 150% más de gas metano y un 45% de dióxido de carbono producto de emisiones antrópicas. […] Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, que sobrecalientan el planeta, alcanzaron un nivel récord de 407,8 partes por millón en 2018 y continuaron aumentando en 2019 […].”[19]. El sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas rechaza frontalmente las críticas a la Teoría de Cambio Climático Antropogénico, es decir, causado por actividades humanas, y subraya que la humanidad es la causante prácticamente al 100% del cambio climático, algunas de cuyas consecuencias ‘son ya irreversibles’[20]. Empero, recordando las aclaraciones que trae a colación el hidrogeólogo canadiense y profesor en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Ottawa, Ian Clark: “Esa parte de la comunidad científica que atribuye el calentamiento climático al CO2 se basa en la hipótesis de que el aumento del CO2, que de hecho es un gas de efecto invernadero menor, desencadena una respuesta de vapor de agua mucho mayor para calentar la atmósfera. Este mecanismo nunca se ha probado científicamente más allá de los modelos matemáticos que predicen un calentamiento extenso, y se confunde con la complejidad de la formación de nubes, que tiene un efecto de enfriamiento… Por el contrario, el papel de la actividad solar en el calentamiento climático se ha observado en conjuntos de datos reales recopilados en muchas escalas de tiempo diferentes. Todos son consistentes en mostrar una relación entre los cambios en la actividad solar y la temperatura. Sabemos que [el sol] fue responsable del cambio climático en el pasado, por lo que claramente va a desempeñar el papel principal en el cambio climático presente y futuro. Y curiosamente… la actividad solar ha comenzado recientemente un ciclo descendente”[21]. De hecho, tanto la NASA como la National Oceanic and Atmospheric Administration parecen estar de acuerdo en que estamos entrando en un Gran Mínimo Solar a fines de la década de 2020, y la NASA determina que “será el más débil de los últimos 200 años”, pudiendo “ser de un 30 a un 50% más bajo que el más reciente”[22].

Pero el hecho de que se lancen a la atmosfera toneladas de carbonato de calcio para “reducir la temperatura del planeta” implica, como varios son especialistas han demarcado, que el mismo pueda llegar a originar sequías en varios países, especialmente agrícolas y ganaderos, como así también limitar el crecimiento de la biomasa en plantas. Como lo compendia el profesor de Dimensiones Humanas del Medio Ambiente y autor de “A Perfect Moral Storm: The Ethical Tragedy of Climate Change” (Oxford, 2011), Stephen Gardiner: “Estas consecuencias pueden ser espantosas. Pueden involucrar cosas como hambrunas masivas, inundaciones masivas, sequías de todo tipo que afectarán a poblaciones muy grandes”[23]. En este sentido, como explicó el investigador del Departamento de Agricultura de la Universidad de California en Berkeley, Jonathan Proctor: “Ensombrecer el planeta lo mantiene más fresco, lo cual ayuda a que las cosechas crezcan mejor. Pero las plantas también necesitan la luz del sol para crecer, así que bloquearles la luz solar puede afectar su crecimiento […] Para la agricultura, los impactos no deseados de la geoingeniería solar son iguales en magnitud a los beneficios”[24]. Aunque es esencial destacar, en última instancia, otro de los posibles riesgos que esto traería consigo, a saber: la factible alteración de los patrones de lluvia, lo cual causaría más sequías en algunas regiones.

Lo cierto es, por el contrario a lo que se cree, y trayendo a colación el testimonio del doctor en glaciología y experto en modelos de predicción meteorológica, Javier González Corripio, que “los efectos hasta la fecha han sido positivos, el mundo se ha reverdecido gracias al CO2 (según la NASA) y la disponibilidad de energía abundante ha hecho que los bosques aumenten en los países más ricos”[25]. Después de todo, “donde hay vida hay carbono”[26], y viceversa. Callendar, “el padre del efecto invernadero, ya predijo que los efectos serían beneficiosos hace ochenta años, y así lo confirman algunos modelos económicos”. Durante años se habían dicho que un incremento en las temperaturas sería el causante de miles de toneladas de cosechas perdidas[27], idea que ha resurgido con gran intensidad durante el cálido verano que vivieron los Estados Unidos y Canadá en julio del presente año, empero, “los agricultores de Iowa, al igual que los agricultores de los Estados Unidos, han experimentado una producción agrícola constantemente alta durante el moderado calentamiento de la última media década. […] De hecho, los rendimientos y la producción de los cultivos han aumentado sustancialmente durante el período de moderado calentamiento. La producción récord de maíz y soja, no la supuesta propaganda de la industria petrolera, explica la falta de voluntad de los agricultores para abrazar la narrativa alarmista climática. Dado que Iowa es el principal productor de maíz y soja en los Estados Unidos, es difícil argumentar que el cambio climático está poniendo a los agricultores ‘entre la espada y la pared’. Los datos publicados por la oficina de Iowa del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) muestran que, incluso con los típicos altibajos anuales dependientes del clima, la producción y los rendimientos de soja de los agricultores de Iowa han sido consistentemente altos durante la última década. Los rendimientos y la producción de maíz durante la última década en Iowa también han sido consistentemente altos, según muestran los datos del USDA. De hecho, los rendimientos de maíz y soja de 2015 a 2019 fueron los más altos en la historia de Iowa”[28]. Un estudio realizado por el Center for the Study of Carbon Dioxide and Global Change, concluyó que los cultivos alimentarios mundiales han aumentado con niveles más altos de CO2. De hecho, un incremento de 300 partes por millón en la concentración de dióxido de carbono en el aire mejora la biomasa de las plantas entre un 25 y un 55%[29]. Durante la década de 1970, varios fueron los ecologistas que, cual Paul Ehrlich, vaticinaron que “las pérdidas de cosechas debido al calentamiento del globo”, causado principalmente a las emisiones directas de CO2 a la atmosfera, “podrían ocasionar la muerte prematura de mil millones de seres humanos durante las próximas décadas…”. Empero, hoy el planeta es un lugar literalmente más verde que hace 20 años, tal como lo demuestran recientes imágenes satelitales de la NASA, donde se observa que, “el enverdecimiento del planeta durante las últimas dos décadas representa un aumento del área foliar en plantas y árboles equivalente al área cubierta por todas las selvas del Amazonas”, y ello se debe, en gran medida, gracias a las mayores concentraciones de CO2. Es más, de hecho, a contracara de lo que podría suponerse, el “estudio muestra que los dos países emergentes con mayor población mundial lideran el aumento de la ecologización de la tierra”, y la actividad humana ha sido crucial en este crecimiento[30]. Según el informe “Cambio global de la tierra de 1982 a 2016”, realizado en conjunto por científicos de la Universidad de Maryland, la Universidad Estatal de Nueva York y el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, la superficie de la cubierta por bosques en nuestro planeta ha aumentado más de un 7% en 35 años, según demuestra la comparación de imágenes captadas por satélite entre 1982 y 2016, al tiempo que vale la pena destacar que la mayor parte de la cobertura de nuevos árboles se produjo en lugares que primeramente habían sido estériles, como algunos desiertos, áreas de tundra, montaña, ciudades y otros terrenos que prácticamente carecían de una considerable cantidad de flora[31].

A decir verdad, como sentenciara la escritora con maestría en ciencias ambientales de la Universidad de East Anglia, Vijay Jayaraj: “En las grandes conferencias sobre el clima no se hace referencia al papel del CO2 en el crecimiento de las plantas y su relevancia para la seguridad alimentaria mundial. En cambio, el CO2 se etiqueta erróneamente como una toxina. El tren del clima ha logrado lavar el cerebro de la comunidad global sobre la biología y la química simples que se enseñan a los niños en edad escolar. El mismo CO2 que ha sido responsable de proporcionar vida y permitir un rápido enverdecimiento del mundo es vilipendiado”[32].

Por el contrario, “los defensores de la geoingeniería han citado los efectos de enfriamiento global de las erupciones volcánicas que resultan de la introducción de ceniza sulfúrica en la atmósfera. La erupción del monte Tambora en Indonesia en 1815 resultó en el ‘año sin verano’, mientras que la erupción del monte Pinatubo en las Filipinas en 1991 redujo la temperatura media mundial en 0,5°C. La introducción deliberada de partículas similares podría potencialmente contrarrestar décadas de emisiones de gases de efecto invernadero. Un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático sugirió que el procedimiento SCoPEx podría reducir las temperaturas globales en 1,5°C por no más de $ 1-10 mil millones al año”[33]. El propio Gates ha mencionado que “los científicos saben que estas partículas dispersarían la luz, lo que ocasionaría un enfriamiento del planeta, porque ya han observado el fenómeno: cuando un volcán especialmente poderoso entra en erupción, arroja a la atmosfera unas partículas similares que provocan un descenso mesurable de la temperatura global”[34]. Empero, “estos descensos de temperatura traen consigo graves riesgos. Las temperaturas heladas en 1815 llevaron a cosechas fallidas en condiciones cercanas a la hambruna. Los científicos británicos han citado los aerosoles estratosféricos de las erupciones volcánicas en Alaska y México como la posible causa de la sequía en la región africana del Sahel. Una alteración importante del clima global podría traer consecuencias no deseadas, impactando negativamente en regiones densamente pobladas y generando otra crisis de refugiados”[35].

Ahora bien, resulta verdaderamente interesante analizar el caso del cambio en los patrones de lluvia, sobre todo en países agrícolas y ganaderos. Pues bien, esto podría llegar a beneficiar, en última instancia, a algún gran propietario de hectáreas de tierra, y que sea un importante personaje económico de la agroindustria. En este sentido, comenta una nota del medio Forbes publicada en abril del presente año: “Hace un par de semanas, se conoció que el multimillonario [Bill Gates] reunió de manera silenciosa más de 242.000 acres (unas 90.000 hectáreas) de tierra para cultivo por todo Estados Unidos, terreno suficiente para ser considerado el principal dueño privado de este tipo de tierra en ese país. Sus más grandes pertenencias en este campo están en Louisiana (69.071 acres), Arkansas (47.927 acres) y Nebraska (20,588 acres). A esto se suma, tierra en Phoenix (25.750 acres de tierra) y Arizona, donde se desarrolló un suburbio”[36]. Desde abril, la NBC estima[37] que la cantidad de acres de tierra de Gates haya ascendido a junio a casi 269.000. De esta forma, y “con un patrimonio neto de 121.7 mil millones de dólares, Bill Gates se ha convertido ahora en el rey de las tierras agrícolas. Se calcula que sus tierras, diseminadas por 18 estados, ocuparían un área similar a siete veces Manhattan”[38].

Por otro lado, el hecho de que se generen sequías en países ganaderos, por ejemplo, implicaría un grato beneficio alguien que se dedique a la producción de carne sintética -como lo es Gates, quien sostiene que una de las medidas que podrían tomar los países ricos sería dejar de consumir carne o, mejor dicho, consumir solo carne sintética[39]– o “carne vegetal”, “elaborada a partir de ingredientes derivados de plantas y procesados de varias maneras para imitar el sabor de la carne” -a la cual Gates también ha apuntado desde hace tiempo, pues como el mismo destaca: “Hace algún tiempo invertí en dos empresas que en la actualidad comercializan productos cárnicos vegetales —Beyond Meat e Impossible Foods—”-, ya que no se vería afectado ante los grandes costos económicos sino que, a su vez, cumpliría los requisitos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero propuestos por la ONU, la cual sostiene en su sitio web que, para alcanzar el “cero neto de emisiones de CO2”, será preciso, entre otras cosas, reducir el consumo de carne, a pesar de que el mismo representa en la práctica el equivalente al 4% de las emisiones globales[40]: “Otras emisiones nocivas provienen de la agricultura (el ganado produce niveles significativos de metano, un gas de efecto invernadero). Estos podrían reducirse drásticamente si comemos menos carne y más alimentos de origen vegetal. Una vez más, las señales son prometedoras, como la creciente popularidad de las ‘carnes de origen vegetal’ que ahora se venden en las principales cadenas internacionales de comida rápida”[41]. En este sentido, “la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo tiene claro. El sector de la ganadería produce un impacto enorme en el medio ambiente, emitiendo cada año alrededor de 70 millones de toneladas de CO2 equivalente. […] Pero, ¿qué pasaría si todo el mundo fuera vegano? […] Según el informe publicado por el PNAS (Proceedings of National Academy of Sciences), si todo el mundo adoptara una dieta vegetariana las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas durante el proceso de producción de comida disminuirían un 63%, y un 70% si el mundo se volviera vegano. Y no solo esto. El estudio también ha analizado la relación entre un estilo de vida vegetariano (que consiste en no comer ningún tipo de carne) y vegano (que además de no comer carne, tampoco acepta el consumo de los productos procedentes de los animales) y la salud de los individuos. Los números son impresionantes: la difusión de la dieta vegetariana podría evitar 7,3 millones de muertes en 2050, mientras la vegana 8,1 millones”[42]. Empero, la ganadería representa sólo el 4% de las emisiones de CO2, mientras que el sector agrícola en total representa, a su vez, el 25% de las emisiones globales antropogénicas. Entonces, ¿se propone acabar con el consumo de carne, el cual produce emisiones ínfimas, pero se promociona una dieta exclusivamente vegetariana, la cual implica emitir mucho más?

Por otra parte, nada se dice de las alternativas al consumo de productos cárnicos o lácteos, pues demostrado está que el consumo de carnes “sintéticas” -como las producidas por Bill Gates- reducen considerablemente el nivel de testosterona en hombres, al tiempo que podrían resultar cancerígenas para el consumo humano, como explicó el investigador del laboratorio de Células Madre en Cáncer y Envejecimiento del Hospital Clínico de Santiago, Manuel Collado: “Hay que tener en cuenta que se trata de ingerir tejido vacuno que parte de células vivas pluripotentes con capacidad tumoral y mantenidas con factores de crecimiento y agentes con capacidades no testadas para su consumo. […] Si la introducción de cualquier nuevo alimento requiere de unos estrictos controles de seguridad alimentaria y debe superar unos rigurosos tests que se demoran muchos años, aprobar para su consumo un producto generado con múltiples componentes no destinados al consumo humano y de acción incierta parece un proceso insalvable”[43]. Al mismo tiempo que las dietas veganas las más de las veces deben incluir el consumo de fármacos para suplir el déficit de proteínas de origen animal que vive la persona. Pues una población herbívora apacentaría de una caída de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero al mismo tiempo enfrentaría deficiencias de ácidos grasos, calcio, y vitaminas A y B12. Así lo demuestra un estudio publicado en el año 2017 por el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) y la Universidad Tecnológica de Virginia en el que se analizó la marca de eliminar los animales de la producción de alimentos en EEUU y suministrar a los ciudadanos una dieta exclusivamente vegetal[44]. Aún así, véase como desde los distintos gobiernos se insta paulatinamente a reducir la ingesta de carne con el fin de “ayudar al medio ambiente”[45], como lo ha hecho el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con su campaña por los “lunes verdes” para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que produce la ganadería, aunque también podría mencionarse el caso del Reino Unido de Gran Bretaña, donde en 2018 se elevaron los impuestos hacia la carne roja para desincentivar su consumo, y el 24 de junio el medio BBC publicó un cabezal titulado “Los ministros ‘deberían instar al público a comer menos carne’”[46].

Lo cierto respecto a la geoingeniería solar propuesta por Gates es, como concluyó una investigación realizada por el portal digital Kontrainfo, que “cualquier cambio en la temperatura media global cambiaría a su vez la forma en que se distribuye el calor en todo el mundo, y algunos lugares se calentarán más que otros. Esto, a su vez, afectaría los niveles de lluvia. El calor impulsa el ciclo del agua, en el que el agua se evapora, forma nubes y cae en forma de lluvia. Cualquier alteración del calor causaría un cambio acompañante en los patrones de lluvia. Pero, ¿cómo y dónde exactamente? A los climatólogos también les preocupa que tales modificaciones puedan interrumpir involuntariamente la circulación de las corrientes oceánicas que regulan nuestro clima. Esto en sí mismo podría desencadenar un brote global de eventos climáticos extremos que podrían devastar tierras agrícolas, acabar con especies enteras y fomentar epidemias de enfermedades. Existe un peligro adicional. La tecnología involucrada es seductoramente barata, quizás menos de U$S 10 mil millones al año. Esto significa que una nación individual podría usarlo para sus propios fines, tal vez como arma de guerra o chantaje. Una de las directoras del equipo de Harvard, Lizzie Burns, admite: ‘Nuestra idea es aterradora … Pero también lo es el cambio climático’, un comodín que últimamente puede servir para legitimar cualquier acción por drástica que sea. David Keith, profesor de física aplicada de la Universidad de Harvard, reconoció que existen ‘muchas preocupaciones reales’ de la geoingeniería ya que nadie sabe qué pasará efectivamente hasta que se libere el CaCO 3 a la atmósfera y se estudien sus efectos”[47].

 

[1] Díaz, R. (13 de agosto de 2021). La ciencia dicta sentencia: “El ser humano es responsable del calentamiento global”. Verde y Azul. Recuperado de: https://verdeyazul.diarioinformacion.com/el-ser-humano-es-responsable-del-calentamiento-global-dice-la-ciencia.html

[1] Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Penguin Random House: Buenos Aires, 2021, p. 225.

[2] https://geoengineering.environment.harvard.edu/frank-keutsch-stratospheric-controlled-perturbation-experiment

[3] “Finalmente, este pasado miércoles 31 de marzo la Corporación Espacial Sueca (SSC, por sus siglas en inglés), que opera en la estación Esrange, comunicó que el vuelo de prueba no se llevaría a cabo: ‘La comunidad científica está dividida sobre la geoingeniería, incluidas las pruebas tecnológicas relacionadas, como el vuelo de prueba técnico en globo planeado desde Esrange este verano’, argumentó el SSC en un comunicado, citando los diálogos que tuvo con los principales expertos en geoingeniería y otras partes interesadas, así como con el Consejo Asesor de SCoPEx”. Cit. en https://www.libremercado.com/2021-04-06/bill-gates-suecia-prohibe-proyecto-tapar-sol-para-combatir-cambio-climatico-6742584/

[4] https://www.keutschgroup.com/scopex

[5] Rasool, S. I. Schneider, S. H. (1971). “Dióxido de carbono atmosférico y aerosoles: efectos de grandes aumentos en el clima global”. Science, 173, 3992. Pp. 138-141. Recuperado de: https://science.sciencemag.org/content/173/3992/138

[6] Bill Gates respalda a los científicos del clima que presionan a favor de la geoingeniería a gran escala. (6 de febrero de 2012). The Guardian. Recuperado de: https://www.theguardian.com/environment/2012/feb/06/bill-gates-climate-scientists-geoengineering

[7] Chisholm, S. Cit. en Klein, Naomi. “Esto lo cambia todo: El capitalismo contra el clima”. -1° ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Paidós, 2015. Pp. 330.

[8] Klein, Naomi. “Esto lo cambia todo: El capitalismo contra el clima”. -1° ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Paidós, 2015. Pp. 326.

[9] Expertos cuestionan proyecto apoyado por Bill Gates que prevé lanzar millones de toneladas de polvo de tiza a la estratosfera para enfriar la Tierra. (23 de marzo de 2021). Rt. Recuperado de: https://actualidad.rt.com/actualidad/387297-expertos-cuestionar-proyecto-enfriar-tierra

[10] Expertos cuestionan proyecto apoyado por Bill Gates que prevé lanzar millones de toneladas de polvo de tiza a la estratosfera para enfriar la Tierra. (23 de marzo de 2021). Rt. Recuperado de: https://actualidad.rt.com/actualidad/387297-expertos-cuestionar-proyecto-enfriar-tierra

[11] Harris, T. (2006). “Los científicos responden a las advertencias de Gore sobre una catástrofe climática”. Archivos de Canada Free Press 2006. Recuperado en: https://canadafreepress.com/2006/harris061206.htm

[12] Klein, Naomi. “Esto lo cambia todo: El capitalismo contra el clima”. -1° ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Paidós, 2015. Pp. 321.

[13] Geoingeniería: del ‘control del sol’ de Bill Gates a la mineralización del CO2 en Islandia. (7 de marzo). El confidencial. Recuperado de: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2021-03-07/geoingenieria-climatica-solar-control-sol-bill-gates-scopex_2980831/

[14] Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Penguin Random House: Buenos Aires, 2021, p. 17.

[15] Cit. en Monkton, C. (2 de junio de 2021). La nueva pausa se alarga otros 2 meses a 6 años 2 meses. WUWT. Recuperado de: https://wattsupwiththat.com/2021/06/02/the-new-pause-lengthens-by-another-2-months-to-6-years-2-months/

[16] https://fakta360.no/2021/04/uah-global-temperature-drops-below-30-year-baseline-earth-is-cooling/

[17] Recuperado de: https://www.nsstc.uah.edu/data/msu/v6.0/tlt/uahncdc_lt_6.0.txt

[18] Cit. en https://www.drroyspencer.com/latest-global-temperatures/

[19] Svampa, M.; Viale, E. El colapso ecológico ya llegó. Buenos aires: Siglo XXI Editores, 2021, p. 26.

[20] Díaz, R. (13 de agosto de 2021). La ciencia dicta sentencia: “El ser humano es responsable del calentamiento global”. Verde y Azul. Recuperado de: https://verdeyazul.diarioinformacion.com/el-ser-humano-es-responsable-del-calentamiento-global-dice-la-ciencia.html

[21] Clark, I. (22 de marzo de 2004). “Carta al editor de The Hill Times”. The Natural Resources Stewardship Project. Archivado el 10 de febrero de 2009. Consultado el 4 de marzo de 2021. Recuperado en: https://web.archive.org/web/20090210070155/http://www.nrsp.com/clark_letter_22-03-04.html

[22] https://www.nasa.gov/feature/ames/solar-activity-forecast-for-next-decade-favorable-for-exploration

[23] Cit. en https://www.cnbc.com/2019/09/07/bill-gates-funded-solar-geoengineering-could-help-stop-global-warming.html

[24] Experimento de Harvard plantea una polémica forma de reducir la temperatura de la Tierra. (5 de diciembre de 2018). Animal político. Recuperado de: https://www.animalpolitico.com/2018/12/cambio-climatico-experimento-calentamiento-tierra/

[25] Villareal, A. (29 de septiembre de 2019). “El 97% de los científicos está con Greta Thunberg. Hablamos con el 3% restante”. El Confidencial. Recuperado de: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-09-29/cientificos-escepticos-climaticos-greta-thunberg-188_2258679/

[26] Hary, M. “Climagate” (2013); Buenos Aires. Ed: Maihuensh. Pp. 48.

[27] Ehrlich, P. & Ehrlich, A. “La explosión demográfica”. Barcelona: Salvat.

[28] Morano, M. (2 de julio de 2021). Fallo de los medios: los cultivos de Iowa establecen récords, no fallan en medio de un calentamiento modesto. Climate Depot. Recuperado de: https://www.climatedepot.com/2021/07/02/media-fail-iowa-crops-setting-records-not-failing-amid-modest-warming/

[29] Idso, C. (21 de octubre de 2013). The Positive Externalities of Carbon Dioxide. Center for the Study of Carbon Dioxide and Global Change. Arizona. Recuperado de: http://www.co2science.org/education/reports/co2benefits/MonetaryBenefitsofRisingCO2onGlobalFoodProduction.pdf

[30] Abby Tabor, (11 de febrero de 2019). Centro de Investigación Ames de la NASA, Silicon Valley. “La actividad humana en China e India domina el enverdecimiento de la Tierra, según un estudio de la NASA”. NASA.gov. Ver en https://www.nasa.gov/feature/ames/human-activity-in-china-and-india-dominates-the-greening-of-earth-nasa-study-shows

[31] Song, XP., Hansen, MC, Stehman, SV et al. Cambio global de la tierra de 1982 a 2016. 2018. Nature 560, 639–643. https://doi.org/10.1038/s41586-018-0411-9

[32] Jayaraj, V. (4 de agosto de 2021). Gratitud por el CO2: sigue alimentando al mundo. Real Clear Markets. Recuperado de: https://www.realclearmarkets.com/articles/2021/08/04/gratitude_for_c02_it_continues_to_feed_the_world_788506.html

[33] Cohen, A. Una empresa de Bill Gates tiene como objetivo rociar polvo en la atmósfera para bloquear el sol. ¿Qué puede salir mal?. (11 de enero de 2021). Forbes. Recuperado de:  https://www.forbes.com/sites/arielcohen/2021/01/11/bill-gates-backed-climate-solution-gains-traction-but-concerns-linger/?sh=332f3902793b

[34] Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Ob. Cit. pp. 225.

[35] Cohen, A. Una empresa de Bill Gates tiene como objetivo rociar polvo en la atmósfera para bloquear el sol. ¿Qué puede salir mal?. (11 de enero de 2021). Forbes. Recuperado de:  https://www.forbes.com/sites/arielcohen/2021/01/11/bill-gates-backed-climate-solution-gains-traction-but-concerns-linger/?sh=332f3902793b

[36] Bill Gates revela por qué es el mayor propietario de tierras agrícolas en Estados Unidos. 7 de mayo de 2021). Forbes Staff. Recuperado de: https://forbes.co/2021/04/07/actualidad/bill-gates-revela-por-que-es-el-mayor-propietario-de-tierras-agricolas-en-estados-unidos/#:~:text=Hace%20un%20par%20de%20semanas,de%20tierra%20en%20ese%20pa%C3%ADs

[37] Glacer, A. (8 de junio de 2021). Papas fritas, zanahorias, cebollas de McDonald’s: todos los alimentos que provienen de las tierras agrícolas de Bill Gates. NBC. Recuperado de: https://www.nbcnews.com/tech/tech-news/mcdonald-s-french-fries-carrots-onions-all-foods-come-bill-n1270033

[38] Aceval, C. (1 de febrero de 2021). Bill Gates se convierte en el mayor propietario de tierras agrícolas de EE.UU. Expansión. Recuperado de: https://www.expansion.com/fueradeserie/personajes/2021/02/01/600eb0b0468aeb16548b4685.html

[39] Sputnik. (18 de febrero de 2021). Bill Gates quiere que los países ricos consuman solo carne sintética. Recuperado de: https://mundo.sputniknews.com/20210218/bill-gates-quiere-que-los-paises-ricos-consuman-solo-carne-sintetica-1107951846.html

[40] Como lo expresa el propio Gates, quien por ser precisamente uno de los detractores del consumo de carne, lo consideramos una fuente creíble: “En el mundo hay aproximadamente mil millones de cabezas de ganado destinadas a la producción de carne y lácteos. El metano que liberan mediante pedos [pedimos discreción ante las expresiones del autor] y eructos cada año tiene el mismo efecto en el calentamiento que 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que representa el 4 por ciento de las emisiones globales”. Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Ob. Cit. pp. 151.

[41] https://news.un.org/es/story/2020/12/1484952

[42] Benedetta, E. (24 agosto de 2018). ¿Qué pasaría si todo el mundo se volviera vegano?. Vida Sostenible. Recuperado de: https://www.vidasostenible.org/que-pasaria-si-todo-el-mundo-se-volviera-vegano/

[43] Cit. en Hamburguesa sintética hecha con carne artificial. QUO. Septiembre 2013. {Acceso el 09 de Junio de 2020}. Disponible en: https://www.quo.es/salud/a38506/hamburguesa-sintetica-hecha-con-carne-artificial/

[44] White, R. R.; Hall, M. B. (13 de noviembre 2017). Impactos nutricionales y de gases de efecto invernadero de la eliminación de animales de la agricultura de EE. UU. PNAS. Recuperado de: https://www.pnas.org/content/114/48/E10301/tab-article-info

[45] Perfil. (5 de mayo de 2021). Piden a los argentinos comer menos carne para ayudar al medioambiente. Recuperado de: https://www.perfil.com/noticias/bloomberg/bc-piden-a-argentinos-comer-menos-carne-para-ayudar-a-medioambiente.phtml

[46] Harrabin, R. (24 de junio de 2021). Los ministros ‘deberían instar al público a comer menos carne’. BBC: Recuperado de: https://www.bbc.com/news/science-environment-57580254

[47] Kontrainfo. Bill Gates financia arrojar toneladas de calcio en la atmósfera para tapar el Sol y oscurecer la Tierra. Los peligros de esta geoingeniería global. (21 de enero de 2021). Recuperado de:  https://kontrainfo.com/bill-gates-financia-arrojar-toneladas-de-calcio-en-la-atmosfera-para-tapar-el-sol-y-oscurecer-la-tierra-los-peligros-de-esta-geoingenieria-global/amp/