Durante la Primera Guerra Mundial, el reino de Rumanía envió por ferrocarril 91,5 toneladas métricas de monedas y lingotes de oro a Moscú, junto con joyas y tesoros culturales como obras de arte. En la guerra, Rumania se había puesto del lado de Rusia, Gran Bretaña y Francia, contra Alemania, los imperios austrohúngaro y otomano.
El oro fue confiscado después de que los bolcheviques tomaron el poder en Rusia en 1917. En años posteriores, los esfuerzos de Rumania por recuperar el oro fracasaron. Las autoridades soviéticas devolvieron algunos artículos culturales en 1935 y 1956, pero no el oro.
En 2003 se creó una comisión conjunta entre Rumanía y Rusia para mejorar las relaciones bilaterales y también trabajar en la cuestión del oro.
El jueves, el Parlamento Europeo aprobó la resolución propuesta por el legislador rumano Eugen Tomac, con el respaldo del Banco Nacional de Rumania, que estipula que Moscú debería devolver el oro.
Tomac lo aclamó como una “votación histórica” y “una cuestión de dignidad nacional” en una publicación en Facebook. «Rumania no puede ni debe aceptar nada menos que la devolución de 91,5 toneladas de oro y todo el Tesoro Cultural», afirmó.
Aunque hay pocas posibilidades de que Rumania recupere el oro, Tomac dijo que era «importante no darse por vencido».