Una declaración de una sola línea del Vaticano dijo que Francisco había “relevado” al obispo Joseph Strickland del gobierno pastoral de Tyler y había designado al obispo de Austin como administrador temporal.
Strickland, de 65 años, se ha convertido en uno de los principales críticos de Francisco, acusándolo en un tuit a principios de este año de “socavar el depósito de la fe”. Ha sido particularmente crítico con la reciente reunión de Francisco sobre el futuro de la Iglesia Católica durante la cual se discutieron temas candentes, incluidas formas de dar una mejor bienvenida a los católicos LGBTQ+.
En un blog publicado en su sitio web en septiembre, el obispo abordó los rumores de que el Vaticano lo estaba alentando a renunciar. “No puedo dimitir como obispo de Tyler porque eso significaría abandonar el rebaño bajo su cuidado”, escribió.
“También he dicho que respetaré la autoridad del papa Francisco si me destituye de mi cargo como obispo de Tyler”, escribió.
A principios de este año, el Vaticano envió investigadores para investigar su gobierno de la diócesis, en medio de informes de que sacerdotes y laicos en Tyler se habían quejado y que él estaba haciendo afirmaciones poco ortodoxas.
El Vaticano nunca publicó los hallazgos y Strickland había insistido en que no renunciaría voluntariamente, diciendo en entrevistas con los medios que el difunto Papa Benedicto XVI le dio un mandato para servir como obispo en 2012 y que no podía abdicar de esa responsabilidad.
El sitio web conservador LifeSiteNews, que dijo que entrevistó a Strickland el sábado, lo citó diciendo que una de las razones dadas para su destitución fue su negativa a implementar las restricciones de Francisco de 2021 sobre la celebración de la antigua misa en latín «porque no puedo matar de hambre a parte de mi rebaño», aseguró.
Dijo que mantuvo su decisión, que lo volvería a hacer y que “me siento muy en paz en el Señor y en la verdad por la que él murió”.
Después de su investigación, se le recomendó a Francisco que “la continuación en el cargo del obispo Strickland no era factible”.
En comentarios a los jesuitas portugueses en agosto, Francisco criticó el “atraso” de estos obispos conservadores, diciendo que habían reemplazado la fe con la ideología y que una comprensión correcta de la doctrina católica permite cambios con el tiempo.
Antes del sínodo de octubre, escribió en una carta de agosto que un “mensaje maligno y falso” había “invadido” la iglesia.
El año pasado, Strickland fue uno de los pocos obispos estadounidenses que defendió públicamente al sacerdote antiaborto Frank Pavone cuando el Vaticano lo expulsó del sacerdocio por las publicaciones “blasfemas” del clérigo en las redes sociales.
“La blasfemia es que este santo sacerdote sea cancelado mientras un presidente malvado promueve la negación de la verdad y el asesinato de los no nacidos a cada paso, los funcionarios del Vaticano promueven la inmoralidad y la negación del depósito de la fe y los sacerdotes promueven la confusión de género devastando vidas… malvados”, escribió Strickland en X en ese momento.