Cuidado con el CO2

El libro «L’obscurantisme vert*» del profesor universitario Yves dice con fundamento:
“El nivel de CO2 siempre ha sido más alto que el actual, durante los últimos 460 millones de años, incluso durante ciertas épocas glaciales. El CO2 no es una molécula contaminante ni peligrosa, sino una fuente de oxígeno y energía: este gas, que exhalamos permanentemente (los humanos exhalamos alrededor de un kilo de CO2 al día), es una bendición para la humanidad: aumenta los rendimientos agrícolas y combate el hambre. Los ecologistas, por una parte, desconocen los expedientes, y se aprovechan de la incultura del Pueblo, para hacerles creer que el CO2 es responsable de un calentamiento global (muy modesto y natural)… y ser elegidos en el desprecio de la verdad. Hace entre 2.500 y 3.800 millones de años, las temperaturas superaban los 55 grados… y los niveles de CO2 eran mil veces superiores a los de 2022…
Toda la historia del clima nos muestra que NO hay correlación entre el nivel de CO2 y una variación de la temperatura NATURAL. En el siglo X, poco antes de las cruzadas, comenzó el «óptimo climático medieval» (de 950 a 1270)… … seguido de una pequeña edad de hielo de 1270 a 1500… seguido de un nuevo calentamiento de 1500 a 1560… seguido de una nueva pequeña edad de hielo, de 1560 a 1830… seguido de un calentamiento… luego un enfriamiento de 1870 a 1910… Luego un ligero calentamiento (alrededor de + 1 grado en 120 años)… y luego… un nuevo enfriamiento previsto para los años 2030/2040. En cuanto se bate un récord de calor, los ecologistas se apresuran a explicarnos que es culpa del CO2, por tanto del Hombre…”
Estos pequeños extractos de tal obra muestran que existe un gran mito en torno al CO2 por cómo los ecologistas manipulan los datos y la información pública para atacar determinadas industrias mientras hacen crecer de manera desleal otros centros productivos, como el mercado de energías verdes (inestable y costoso), la carne sintética o los metacapitales eco-friendly. Quizás sea hora de separar ciencia de cientificisimo propagandístico.