Aborto hasta el sexto mes – por Horacio Giusto

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Según informó Mamela Fiallo, “con cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó totalmente el aborto hasta la semana 24 de gestación. A partir de ese momento la práctica se permite solo bajo las tres causales aprobadas en 2006: violación, malformación del feto o riesgo de salud para la madre”.
A partir de tal noticia lamentable es que uno puede reflexionar sobre lo que realmente implica que el Estado otorgue vía libre para eliminar una vida inocente en tal etapa de desarrollo; de más estaría reiterar cómo la mujer se somete al poder de grandes empresas que siguen regando de sangre el suelo de las naciones o cómo el aborto inducido sirve para perpetuar las relaciones de abuso de poder. El sexto mes de embarazo tranquilamente puede permitir la continuidad de la vida por fuera del vientre maternos, aunque esto recuerda que recientemente los demócratas de Virginia votan a favor de permitir que los bebés que sobreviven a los abortos mueran sin atención.

En un sitio web para mamás se dice: “En la semana 24 tu bebé mide ahora casi 24 centímetros y pesa más de 700 gramos y continúa creciendo a ritmo sostenido.

El movimiento ocular rápido ya empezó: abre y cierra los ojos con frecuencia. Ya tiene pestañas y cejas.
A partir de este punto tu bebé es capaz de sobrevivir si se produjera el parto, mediante los adelantos tecnológicos en la medicina.

No obstante, esta situación no es deseable ya que lo expondría a demasiadas complicaciones, y lo ideal es que permanezca creciendo y madurando en el útero, que es la mejor incubadora para el feto.
El tubo digestivo continúa desarrollándose y algunos órganos como el páncreas, comienzan a producir sustancias importantes para su vida futura, como la insulina que permite que sus células puedan incorporar la glucosa del alimento.

Ya puede abrir sus ojos y diferenciar perfectamente la luz de la oscuridad”.

Esa vida es la que los acreedores de su parcela en el noveno círculo del infierno, han permitido que pueda ser “abortada”.