«Ser húngaro es estar muy orgulloso de ello. Amamos nuestra nación, amamos al país y estamos orgullosos. No es exactamente el pensamiento dominante, el pensamiento político de una sociedad occidental. Pero en Hungría, todavía somos muy patrióticos y cristianos y estamos comprometidos con esos valores. No desde un nivel ideológico, sino en las calles todos los días», ha afirmado Orbán.
«No es sólo un malentendido, es una mentira«, ha respondido el líder húngaro, con brutal franqueza, a la primera pregunta de Carlson sobre la opinión dominante en los medios occidentales según la cual Ucrania está ganando la guerra.
«Es imposible. Todos los que se dedican a la política pueden entender la lógica, las cifras, los datos», aseveró Orbán al manifestar que Ucrania «se quedará sin soldados» antes que Rusia, ya que «los rusos son mucho más fuertes, más numerosos».
Según Orbán, los países miembros de la OTAN ya no pueden permitirse admitir a Ucrania en el bloque, porque esa oportunidad se perdió hace muchos años. «Los rusos se hicieron cada vez más fuertes y ahora lo son aún más. Así que perdimos la oportunidad histórica de hacerlo. Esa ventana de oportunidad ya no está abierta», afirmó.
Se refirió a EEUU afirmando que Joe Biden, «malinterpreta» a los rusos si espera que las sanciones económicas y otras circunstancias relacionadas con el conflicto en Ucrania erosionen el apoyo al presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró Orbán.
«Ellos probablemente malinterpretan a los rusos», dijo el primer ministro. «Entender a los rusos es algo difícil, sobre todo cuando hay un océano entre Rusia y tú», agregó. Según Orbán, la política occidental se centra en «cómo proporcionar más libertad a la gente», mientras que para los rusos su mayor prioridad es la unidad nacional.
«Esto crea una especie de enfoque militar […] siempre sobre seguridad, protección, zona tampón y enfoques geopolíticos», señaló. «Tenemos que entender que no podemos ganarles [con la estrategia actual]. Es imposible. No matarán a su líder, nunca lo abandonarán, mantendrán unido el país y lo defenderán», aseguró.
«Deberíamos llegar a un acuerdo con los rusos sobre la nueva arquitectura de seguridad para garantizar la seguridad y la soberanía de Ucrania, pero no su pertenencia a la OTAN», señaló Orbán.
También subrayó que «si EEUU quiere tener una paz, en la mañana siguiente hay una paz, porque es obvio que los ucranianos […] por su cuenta no son competitivos» en el conflicto. Y argumentó que si «no hay dinero ni equipamiento de Occidente, y especialmente de EEUU», entonces el conflicto «se acabó».
¿La solución? Orbán aclara: «Llamen a Trump de nuevo. Es la única salida«. Y lo desarrolla: «Se le puede criticar por muchas cosas, entiendo el debate. Pero la suya fue la mejor política exterior americana de las últimas décadas. No empezó ninguna nueva guerra. Trató muy bien a los norcoreanos y a Rusia, incluso a los chinos. Aplicó la mejor política para Oriente Medio, los Acuerdos Abraham».
Entre otras cosas, el Primer Ministro húngaro advirtió sobre la inadmisibilidad de que se repitan en el gasoducto South Stream sabotajes similares a los del Nord Stream. Destacó que esta advertencia no va dirigida a Rusia. Según Orbán, Hungría consideraría un sabotaje contra el South Stream como «una guerra o un ataque terrorista» y reaccionaría «inmediatamente».
A la pregunta sobre qué le pasaría a Rusia y a su arsenal nuclear si Occidente consiguiera «asesinar» a Putin, el primer ministro húngaro respondió que cuando el actual mandatario ruso sustituyó a Borís Yeltsin en 2000, el mayor temor en Occidente era que se mostrara débil y condujera a la anarquía.
«Ahora Putin lleva muchos años en el poder. Nos hemos olvidado de lo peligroso que es cuando no hay un liderazgo fuerte […] en Rusia», expresó. Si el objetivo real de Washington es derrocar al presidente ruso, entonces esto sería «un error» y «más que peligroso», advirtió Orbán.
El Primer Ministro reiteró que Hungría apoya una rápida solución al conflicto ucraniano, pero señaló que su país desea mantener relaciones económicas con Rusia, sobre todo en materia energética. «Sin implicar a los rusos en la arquitectura de seguridad de Europa, no podemos ofrecer una vida segura a los ciudadanos de Europa», subrayó.
Orbán sabe que su postura es criticada por los socios europeos tanto como por EEUU, con las acusaciones de «fascista» y de «títere de Putin». Y entiende que no es cosa fácil estar en el punto de mira de Washington. “Es peligroso, en la política internacional, cuando no le gustas a la Administración americana o te considera un enemigo o un retrógrado”, afirma bromeando: «No soy el político favorito de los progresistas, pero nadie es perfecto«.