2021: Más vacunas, pero más muertos y ¿se viene una cuarta dosis?

POR FER IVÁN SORIANO – INSTAGRAM: @ferivan_soriano77

Desde hace ya más de un año que los diversos medios de comunicación tradicional se han alineado para imponer un discurso único basado en el miedo masivo. Dicho discurso ha ido acompañado de imágenes y videos (en muchos casos, cargados de un contenido inverosímil) que han aterrado a la población y que han enaltecido la figura del Estado como guardián y protector que, en nombre de la seguridad y del “bienestar colectivo”, avasalló derechos y libertades individuales. Y lo sigue haciendo.

Luego con la llegada de las vacunas se nos pronosticó el fin de la pandemia. “La luz al final del túnel” y los Estados quisieron usurpar el trono de Dios anunciando “La salvación”.

Sin embargo, los números no cierran y esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué está sucediendo?

Cuando tomamos el número total de fallecimientos por covid-19 desde que comenzó todo (es decir, el período 2020 hasta hoy, 2 de diciembre de 2021) vemos que lamentablemente han perecido 5.246.313 personas a nivel mundial. Si desglosamos ese número para saber cuántos corresponden a 2020 y cuantos al corriente año nos encontraremos que: en 2020 fallecieron 1.880.668; y en 2021 el número correspondiente es de 3.365.645. Entonces la pregunta es ¿Por qué hay más muertos, en relación con el año pasado, si este año ya se cuenta con las vacunas?

Una respuesta rápida podrías ser que se debe a las nuevas variantes. Sin embargo, este argumento no es muy convincente dado que los Estados y los medios tradicionales de comunicación han afirmado constantemente que las vacunas siguen siendo efectivas ante las nuevas variantes.

La cuestión se torna más extraña cuando empezamos a ver las medidas totalitarias de varios gobiernos que, curiosamente, están alineados con la Izquierda, con el Progresismo y con el Globalismo. Por ejemplo: vemos que en Irlanda, el gobierno ha dictado un nuevo confinamiento para la mayoría de la sociedad (tanto vacunados como no vacunados); vemos que en Francia, Macron ha planteado que “ahora” les toca a los no vacunados quedarse en casa y que de intentar salir van a tener a la policía en la puerta de su casa; en Italia el gobierno impulsa la medida de bloquear el cobro de los salarios (ya sea que se esté en el sector público o privado) de los trabajadores no vacunados. Y ya Mario Draghi (Presidente del Consejo de Ministros) ha declarado que aquellos que no se han puesto ni una sola dosis no forman parte de la sociedad; El Estado de New York ha despedido empleados públicos o los ha forzado a vacunarse en su totalidad; Durante la campaña canadiense, Justin Trudeau afirmó que no permitiría que los no vacunados se puedan siquiera subir a un colectivo; Austria dictó un nuevo confinamiento para no vacunados que luego amplió a toda la sociedad (es decir, incluyendo a los vacunados) pero que frente a las masivas protestas, incluso de la policía, desistieron de la medida; Australia dictó un nuevo confinamiento total más los polémicos “campos de cuarentena”; En Colombia se planteó que se debe estar vacunado para entrar a eventos, establecimientos comerciales y bancos; En Argentina, Patricia Bullrich (ex montonera y dirigente de Juntos por el Cambio) sugirió utilizar las datos de los argentinos he ir casa por casa a buscar a los no vacunados. Ha esto también se suman las declaraciones recientes de otro miembro del espacio de Bullrich, Gerardo Milman, el cual afirmó que cuando asuma su cargo de diputado nacional el 10 de diciembre, le “pondrá fin a la pandemia” imponiendo la vacunación obligatoria.

Podemos agregar también las polémicas declaraciones de dos doctores: el primero es el señor Conrado Estol que no solo aboga por la obligatoriedad de las vacunas sino también por la persecución penal de aquellos que no se quieran inyectar. Y en el segundo caso, la Dra. Marta Cohen planteó que: “hay que seguir vacunando con las vacunas que tenemos y que seguramente las cuartas dosis serán de la nueva vacuna”.

El gran hilo conductor de todas las medidas totalitarias/“sanitarias” mencionadas es demonizar e ir contra los no vacunados (aunque también en algunos casos, como hemos visto, contra los que ya se la han puesto) para evitar una “pandemia de no vacunados”.

Sin embargo, esta última afirmación carece de contenido dado que, si el problema son los no vacunados, volvemos al comienzo, el año pasado prácticamente la inmensa mayoría de las sociedades no contaban con ninguna dosis. Este año sí. Pero los números de muertes reflejan que hay más fallecidos este año que el año pasado. ¿Cómo puede ser posible?

No negamos la existencia del virus. Sin embargo, algo muy extraño está pasando. El totalitarismo estatal está aumentado y poco parece que tenga que ver con el fin de la pandemia. Pues parece que la cepa final será: “Todo dentro del Estado. Nada fuera del Estado. Nada contra el Estado”.