El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó los renovados intentos de crear una controversia en torno a la adquisición por parte de Turquía de los sistemas de misiles rusos S-400, diciendo que estaban listos para ser desplegados en caso de un ataque al país tal como se pretendía.
“Vemos intentos de crear una controversia sobre los S-400 comprados debido a la necesidad de un sistema de defensa aérea de largo alcance en la región donde la incertidumbre y las amenazas nunca han disminuido. En primer lugar, el punto más importante que debe tenerse en cuenta mente y bien entendido es que el tema de la defensa y la seguridad es un tema que debe mantenerse fuera de la política diaria, y que concierne a 84 millones de personas, los ciudadanos de nuestro país», dijo Erdogan a los periodistas a su regreso de una gira africana.
Señaló que la actual crisis ruso-ucraniana ha demostrado que existe la necesidad de tales sistemas defensivos.
«Cada vez que alguien ataque nuestro país con un misil, el sistema se desplegará. Hay un rumor de que los S-400 están esperando en un hangar. Los S-400 están esperando donde deben esperar. Por supuesto, esta es información confidencial». Sabemos que se han hecho todos los preparativos necesarios para utilizar este sistema cuando sea necesario y que el proceso va como debe ser”, agregó.
Rusia y Turquía firmaron un contrato para el suministro de cuatro batallones del sistema de defensa aérea S-400 por valor de 2500 millones de dólares en 2017, las entregas a la parte turca se realizaron en el verano y el otoño de 2019. El contrato incluía una opción para otro conjunto de regimientos. A fines de agosto de 2021, Erdogan dijo que no tenía dudas sobre la compra de un segundo regimiento S-400 de Rusia.
La compra de sistemas de defensa aérea rusos por parte de Turquía, miembro de la OTAN, se encontró con una feroz oposición por parte de EE. UU., que insistió en que Ankara abandonara el contrato de adquisición. Washington insistió en que los S-400 eran una amenaza para los secretos del caza furtivo F-35 de quinta generación, ya que el sistema supuestamente podría enviar datos sobre el nuevo avión a Moscú.
Turquía y Rusia desestimaron las acusaciones. Ankara insistió en quedarse con los S-400 y señaló que había estado tratando de comprar sistemas Patriot de EEUU durante años sin éxito. La Casa Blanca condenó la decisión de Turquía y detuvo los envíos de aviones F-35 a Ankara, que Turquía ya había pagado.