Secuelas de la antinatalidad

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«El dividendo demográfico es un concepto clave en economía que se refiere al beneficio potencial que un país puede obtener al tener una proporción favorable de su población en edad de trabajar.  Es decir, el impulso al crecimiento económico que puede suponer para un país un aumento significativo de su población en edad laboral.

Cuando un país tiene una mayor proporción de trabajadores en comparación con la población dependiente, existe una mayor capacidad para generar producción, ahorro e inversión, lo que puede traducirse en una mayor contribución al producto interno bruto (PIB).

¿Por qué? La explicación más sencilla es que se incrementa la oferta de mano de obra y el número potencial de consumidores, lo que puede estimular la actividad económica. Además, con una mayor cantidad de trabajadores, suelen concurrir mejores ideas y más estímulos para la innovación.

El mundo se beneficiado estas últimas décadas precisamente del dividendo demográfico que han experimentado los grandes bloques occidentales. Sin embargo, la situación se está dando la vuelta en la actualidad, lo cual supone todo un reto para el PIB mundial.

«El 70% de crecimiento económico mundial en los últimos 25 años es de países que están envejeciendo rápido», afirma Kim Catechis, estratega del Franklin Templeton Institute. Por ejemplo, un 32% de la Unión Europea no es económicamente activa y en 2040 será un 49%». Tal como se ve, las potencias occidentales han vivido del auge de la población.

La FINECT expone el vacío de las naciones al decir:

«¿Quién tomará el relevo en el dividendo demográfico? Katechis muestra este mapa para reflejar su opinión: «No hay nadie». O, dicho de otro modo, no con la suficiente capacidad como para hacer rodar el crecimiento mundial.
Katechis explica que el mundo puede dividirse en cuatro grupos, en función de lo lejos que están los países de su momento óptimo del dividendo demográfico.

Un grupo, con los que ya lo han disfrutado, que serían las zonas grises del mapa; otro con los que todavía se están beneficiando, pero ya en sus últimos impulsos, entre los que se encontraría China o Brasil, como mayores potencias. Entre estos dos grupos suman más del 73% del PIB mundial.

Es decir, que quedaría tan sólo el 26% para los otros dos grupos: los que están en su fase inicial de dividendo demográfico, entre los que está India, y los que aún están casi a punto de empezarlo, con Nigeria al frente. Pero estos dos grupos tienen un problema importante…

En este gráfico a continuación, también elaborado por Kim Catechis, el experto de Franklin Templeton, se puede ver cómo los países que están en el estadío más inicial del dividendo demográfico tienen graves problemas en su sistema educativo. Por ejemplo, la potencia del grupo, Nigeria, tiene una edad media de 17 años, lo que auguraría un buen dividendo demográfico. Pero apenas la mitad de la población de 20-24 años tiene educación secundaria superior. Y eso que es de los países líderes en ratios de educación de este grupo.

La cosa tampoco mejora mucho, por ejemplo, en grandes países del grupo del grupo que está en fase temprana de ese dividendo. El caso paradigmático es India, donde también casi la mitad de sus jóvenes de 20 a 24 años tampoco tienen la secundaria superior.

Y, sin educación, no hay investigación y desarrollo. Entre los emergentes, tan sólo Corea del Sur y China invierten más del 2% de su PIB en I+D. También malo para la mejora de la productividad y el crecimiento económico».

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