Rusia aumenta la financiación de la energía nuclear espacial

En una declaración del día 10 de abril, el Kremlin dijo que Putin había ordenado al gobierno nacional que proporcionara fondos para la implementación de un proyecto llamado ‘Desarrollo del campo de energía nuclear espacial de Rusia’.

La campaña de financiación debería comenzar este año y el esfuerzo general contaría con el apoyo de Roscosmos, la agencia espacial nacional, y Rosatom, la corporación energética estatal.

Putin también ha instado al gobierno a prestar especial atención a “medidas para seguir avanzando en las capacidades científicas y tecnológicas ya existentes en el campo de la energía nuclear espacial”. La fecha límite para completar la tarea se fijó para mediados de junio.

En marzo, Putin dijo a los funcionarios del gobierno que dieran prioridad a la esfera espacial, especialmente cuando se trata de construir una planta de energía nuclear, señalando que Moscú tiene “buenas competencias” en esta área, de las cuales puede estar verdaderamente orgulloso.

A principios de ese mes, el jefe de Roscosmos, Yury Borisov, dijo que Rusia y China habían estado estudiando la posibilidad de desplegar una unidad de energía nuclear en la Luna para 2035. Añadió que los científicos habían resuelto casi todos los desafíos técnicos involucrados en esta hazaña.

En diciembre, Borisov también afirmó que Rusia tenía “una ventaja” en relación con el desarrollo de un módulo de transporte espacial de propulsión nuclear, y describió el proyecto como “innovador”.

Moscú y Beijing han intensificado la cooperación espacial en los últimos años. En diciembre de 2022, las dos potencias prepararon un acuerdo para la construcción de la Estación Internacional de Investigación Lunar, un proyecto abierto a otros países y cuyo lanzamiento se espera sea a principios de la década de 2030.

Mientras tanto, el jefe del Comando Espacial de EEUU, general Stephen Whiting, advirtió a principios de mes que Rusia y China estaban desarrollando rápidamente capacidades espaciales que podrían representar una amenaza significativa para los activos occidentales en órbita.

Se produce después de que EEUU acusara a Rusia de tener planes de desplegar capacidades nucleares anti satélites en el espacio. Moscú ha desestimado estas acusaciones por considerarlas “infundadas”, sugiriendo que habían tratado de atraer a Rusia a conversaciones sobre control de armas en los términos de Washington.