- Es muy probable que se produzca un fortalecimiento del mundo multipolar durante el 2022, ya que las políticas de Rusia y de China serán cada vez más claras. Ambas naciones continuarán reforzando sus vínculos. Por lo tanto, es muy probable que surja un club de potencias multipolares alrededor de estos dos actores (mientras que los países que aún reconocen la legitimidad de la unipolaridad estadounidense se organizaran en torno a la “Liga Democrática”). Además, “Grandes Espacios” como la UE, la India o los países islámicos afirmarán igualmente su soberanía. Sin embargo, es muy probable que la tripolaridad siga siendo la norma, pues ni la India o la UE son capaces de convertirse en sujetos autónomos debido a muchas razones: élites liberales, falta de autoconciencia, influencia directa de los poderes globalistas, carencia de una idea de unidad, etc.
- El estallido de una Tercera Guerra Mundial seguirá siendo una posibilidad, especialmente porque los EE.UU. continuará negándose a abandonar el puesto de hegemón que ha ocupado desde 1945 hasta 1991. La primacía de Estados Unidos se reafirmó después del colapso de la URSS, recibiendo el nombre de “momento unipolar” (1991-2000), el cual se ha mantenido más o menos inconmovible hasta el día de hoy. Los neoconservadores aspiraban a convertir este predominio en algo absoluto durante el siglo XXI (Proyecto del Nuevo Siglo Americano). No obstante, la poca legitimidad que Biden tiene dentro de los Estados Unidos y la profunda división que existe al interior de la sociedad estadounidense dejan claro que en estos momentos el viejo Joe tiene poca autoridad como para lanzar una guerra nuclear. En cambio, Putin cuenta con ella. La guerra nuclear es una carta (tal vez necesaria) para coaccionar a los Estados Unidos y preservar la paz.
- De todos modos, es importante tener en cuenta que Biden va a encontrarse en una posición bastante precaria durante el 2022, pues tiene un índice de aprobación muy bajo y tanto su política exterior como interior está llena de contradicciones, además se aproximan las elecciones al Senado que tendrán lugar a mediados de su mandato. Gracias a esto, es probable que los republicanos y, sobre todo, al expresidente Trump vuelvan a ganar popularidad, por lo que el «trumpismo» será cada vez más relevante. No obstante, es probable que Biden se vea obligado a realizar una acción desesperada con tal de evitar el colapso de su mandato y aquí tiene sentido que se produzca un enfrentamiento directo con Rusia por la soberanía del Mar Negro y el Este de Ucrania. Biden no cuenta con el suficiente carisma como para realizar una acción de semejante envergadura, pero no se puede descartar que realice algo semejante con tal de salvar al agonizante globalismo.
- Estados Unidos continuará usando las tensiones regionales a su favor, como la que existe entre Pakistán y la India. Sin embargo, el hecho de que ambos países pertenezcan a la OCS puede ayudar a mitigar estas tensiones. Aquí Rusia jugará un papel diplomático relevante, ya que tiene buenas relaciones con la India y está mejorando sus relaciones con Pakistán.
- China seguirá consolidando su influencia por medio de su proyecto de la Franja y la Ruta y ampliará su asociación estratégica con Rusia. Por lo que es muy posible que estos proyectos dejen de girar alrededor de China y se conviertan en parte de la estrategia continental que Putin propuso para la Gran Eurasia.
- Rusia seguirá reforzando su soberanía, pero el restablecimiento de su esencia imperial solo podrá lograrse por medio de una guerra defensiva: en caso de que existan provocaciones en nuestra contra, tendremos que responder. Si estalla un conflicto en Ucrania, Rusia pasará a la ofensiva y Ucrania, como entidad independiente y plataforma del globalismo, desaparecerá de una forma u otra. En caso de que eso suceda, es posible que surja un nuevo Estado en los territorios que habitan los eslavos orientales y por fin se consiga nuevamente la reunificación de los grandes rusos, los pequeños rusos y los rusos blancos.
- El futuro del gaseoducto, Nord Stream 2, seguirá siendo incierto, especialmente porque Alemania es gobernada por una coalición pro-estadounidense y globalista dirigida por los Verdes, aunque igualmente la centro-izquierda alemana es pro-estadounidense y tiene fuertes vínculos con Georges Soros. Esto nos lleva a la conclusión de que Alemania entrará en una serie de luchas políticas, ya que el consenso entre las élites y la sociedad que habían forjado Schroeder (centro-izquierda) y Merkel (centro-derecha) desaparecerá.
- El Islam político dejará de ser relevante y comenzarán a surgir otros proyectos y soluciones a los problemas de Medio Oriente. Sin embargo, es poco probable que tales proyectos se consoliden en el futuro próximo.
- El Magreb se convertirá en el epicentro de varios conflictos regionales, especialmente entre Argelia y Marruecos o entre Marruecos y el Frente Polisario en el Sáhara Occidental. Además, varios otros enfrentamientos locales amenazan a las poblaciones musulmanas africanas (Malí, Nigeria, República Centroafricana, Chad, etc.). El futuro de Irak sigue siendo incierto, especialmente porque las tropas estadounidenses se van a retirar este año. Todo ello podría elevar las tensiones entre las poblaciones chiítas, suníes y kurdas o desatar guerras al interior de todas estas agrupaciones.
- Irán seguirá siendo un país bastante estable, ya que el gobierno de los ayatolas – a diferencia de lo que promueve la propaganda occidental – es bastante sólido.
- Turquía continuará siendo independiente y autónoma mientras Erdogan se encuentre en el poder, es muy probable que este último comience a enfrentar muchos desafíos internos.
- Francia es dentro de la UE el país que más cambios sufrirá, ya que Eric Zemmour tiene posibilidades de convertirse en presidente. Zemmour es defensor del gaullismo y el continentalismo, sin hablar de que tiene posiciones antiglobalistas y antiestadounidenses. Actualmente Francia ve como tres candidatos de derecha – Zemmour, Marine Le Pen y la republicana Valérie Pécresse – se enfrentan a Macron, estos candidatos compiten entre sí por el voto “anti-macronista” de los franceses. Si el gaullista Zemmour o Marine Le Pen llegan a la presidencia, entonces la UE en su conjunto (y sobre todo Italia y Alemania) comenzaría convertirse en un polo independiente (especialmente ahora que Gran Bretaña ya no hace parte de Europa).
Fuente: https://www.geopolitica.ru/es/article/predicciones-para-el-2022