Occidente puede trasladar el grupo armamentista de Kiev a la OTAN ante el temor de la llegada de Trump

Esto surge en medio de preocupaciones de que la posible reelección de Donald Trump, el candidato presidencial republicano en EEUU, podría obstaculizar apoyo a Kiev, dijeron fuentes a Politico el martes.

El asunto supuestamente se discutirá en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de esta semana en Bruselas, dijeron los conocedores, con el objetivo de finalizar la medida en la cumbre de la OTAN en Washington este verano. Es decir, transferir el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania bajo el control de la OTAN proporcionaría a la alianza militar una mayor influencia sobre los procesos en caso de que Trump regrese a la Oficina Oval, dijeron personas familiarizadas con el asunto.

Las recientes declaraciones del ex presidente estadounidense despertaron preocupación en el seno de la alianza militar, durante las cuales Trump afirmó que «animaría» a Rusia a atacar a los aliados de la OTAN que, en su opinión, no han cumplido con sus obligaciones de gasto en defensa.

La OTAN está elaborando también planes para asegurar un paquete de ayuda militar a 5 años de hasta U$S 100.000 millones, en un intento de proteger a Ucrania de los “vientos de cambio político” que podrían marcar el comienzo de una segunda presidencia de Trump.

Si se aprueba, también daría a la alianza el control del grupo de apoyo a armas Ramstein liderado por Estados Unidos y le permitiría gestionar el suministro de armas letales a Ucrania por primera vez desde la invasión a gran escala de Rusia en 2022.

La propuesta de la misión se produce mientras la administración Biden lucha por obtener la aprobación del Congreso para un paquete bilateral de apoyo militar a Ucrania por valor de U$S 60 mil millones, contra el cual el favorito republicano Donald Trump ha hablado abiertamente, antes de las elecciones presidenciales de noviembre.

Dos de los diplomáticos advirtieron que la propuesta requeriría el respaldo de los 32 miembros y que probablemente habría meses de negociaciones por delante, en los que partes de la propuesta podrían reducirse.