
La nave X-37B fabricada por Boeing fue lanzada silenciosamente por SpaceX en 2023 desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida y permaneció en órbita hasta el viernes por la mañana, cuando aterrizó en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.
La USSF aterrizó el vuelo para ejercitar la rápida capacidad del barco para lanzar y recuperar sus sistemas en múltiples sitios, dijo la agencia en un comunicado.
Desde su primera misión en 2010, el X-37B ha completado siete misiones hasta la fecha, cada una con una duración mayor que la anterior. Este fue el séptimo vuelo de prueba exitoso de uno de estos vehículos, dijeron funcionarios de la Fuerza Espacial.
“La Misión 7 abrió nuevos caminos al demostrar la capacidad del X-37B para cumplir con flexibilidad sus objetivos de prueba y experimentación en todos los regímenes orbitales”, dijo el Jefe de Operaciones Espaciales, general Chance Saltzman, en un comunicado.
«La exitosa ejecución de la maniobra de ruptura aerodinámica subraya el compromiso de la Fuerza Espacial de EEUU de ampliar los límites de las nuevas operaciones espaciales de una manera segura y responsable», concluyó el general.
Otros funcionarios de la Fuerza Espacial calificaron la prueba exitosa como un “hito significativo” en la misión de la agencia de crear una flota versátil, reutilizable y sostenible.
Con el vuelo orbital prolongado, los ingenieros de la Fuerza Espacial estaban probando la “tecnología de conocimiento del dominio espacial” de la nave a través de una serie de experimentos, dijo la rama militar creada por Trump en su declaración el viernes.
La nave USSF capturó esta imagen de la Tierra mientras realizaba experimentos en febrero de 2024
Debido al secretismo del programa, han surgido muchas teorías sobre su posible uso en operaciones militares secretas, pruebas de armas espaciales o incluso como una plataforma para interceptar satélites de otras naciones.
El X-37B es un dron espacial altamente avanzado, con capacidades desconocidas y un gran potencial para el futuro de la exploración y la seguridad espacial.
Durante el viaje de 434 días, el X-37B demostró con éxito la capacidad de cambiar de órbita utilizando la resistencia atmosférica para reducir la velocidad, alardearon los funcionarios de la Fuerza Espacial.
Este método de cambio de trayectoria también preservó combustible, lo que permitió que la misión durara tanto tiempo.
La nave espacial no tripulada, de 9 metros de largo y 4,5 metros de ancho, parecía algo desgastada por sus largos viajes y presentaba una imagen impactante en la pista de Vanderberg.
Se parece al famoso transbordador espacial de la NASA en que funciona con energía solar, aunque carece de cualquier tipo de ojos de buey y es considerablemente más pequeño.
Dado que el gobierno de EEUU mantiene gran parte de la información en secreto, se especula que el X-37B podría utilizarse para:
- Pruebas de tecnologías espaciales avanzadas, como nuevos materiales o sistemas de propulsión.
- Vigilancia y reconocimiento, con la capacidad de cambiar de órbita para observar diferentes puntos del planeta.
- Pruebas de sistemas de defensa espacial, incluyendo experimentos con satélites espías o tecnologías de interferencia electrónica.
- Investigaciones científicas, como la exposición de materiales y equipos a las condiciones espaciales durante largos períodos.