Según UNICEF, Gambia, Mauritania e Indonesia son los 3 principales países donde las niñas y adolescentes de hasta 14 años sufren esta práctica. Por otra parte, las adolescentes y adultas de entre los 15 hasta los 49 años, padecen más de esta práctica en Somalia, Guinea y Djibouti. Aún así, esta práctica se mantiene vigente en más de 30 países de África, Medio Oriente y Asia (más algunas comunidades indígenes de Latinoamérica). Por lo que se estima que este año, más de 4.000.000 de niñas pueden ser víctimas de la ablación.
Algunas de sus consecuencias son: la depresión, la ansiedad, el dolor crónico, sangrados, infecundidad e incluso el fallecimiento de la mujer. Algunas comunidades en África realizan esta práctica sin ninguna clase de higiene (lo que aumenta las probabilidades de sufrir una consecuencia mayor para la mujer). Sin embargo, en Kenia esta práctica es realizada en «clínicas comunitarias» las cuales viajan de pueblo en pueblo ofrenciendo realizar la ablación a cambio de dinero.