Ahora, si un niño quiere hacer cosas como jugar a disfrazarse, claramente quiere ser una niña.
La madre también dice que su centro de cuidado infantil aceptó mucho el deseo de su hijo de jugar a disfrazarse y “experimentar” con su género. ¿Quién sabe cómo los maestros de este preescolar estaban influyendo en sus decisiones y pensamientos sobre el género?.
Luego, alrededor de los cuatro años, su hijo “comenzó a usar mallas y cintas para la cabeza” e hizo comentarios sobre querer ser una niña.
Entonces, ¿qué hicieron los padres? Decidieron que la prueba definitiva para su niño pequeño sería ponerlo en un equipo de tee ball para ver si quería jugar.
No está claro por qué pensaron que este sería el factor decisivo para determinar si en realidad estaba destinado a ser una mujer o no. Las niñas también juegan tee ball, mientras que a muchos niños no les gusta jugar.
Que alguien juegue o no al tee ball no tiene absolutamente nada que ver con el género.
Sin embargo, dado que a su hijo no le gustaba jugar tee ball y no le gustaba usar el uniforme, decidieron que definitivamente era una niña.
Como mujer, algunos días mis padres no podían sacarme a la puerta para practicar ballet cuando era joven porque simplemente no quería ir, no porque quisiera ser un niño.
No hay una lógica sólida en el argumento de esta madre de por qué decidió hacer la transición de su hijo, que es demasiado pequeño para comprender completamente el concepto de género.
