López Obrador impone aranceles al maíz genéticamente modificado para impedir su ingreso al país

La medida, publicada la víspera en el Diario Oficial de la Federación (DOF), estará vigente hasta fin de año y tiene lugar en medio de la controversia comercial abierta con EEUU y Canadá sobre maíz transgénico.

La decisión de reinstalar los aranceles a la importación del grano sigue a la promesa del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de prohibir el maíz genéticamente modificado y eliminar gradualmente el herbicida glifosato para 2024.

EEUU y Canadá dicen que esto es una violación de leyes comerciales.

La semana pasada, el presidente mexicano insinuó la medida para restablecer los aranceles sobre el grano como parte de un decreto para asegurar que «solo se use maíz blanco y no transgénico en las tortillerías».

El maíz blanco fue uno de los alimentos de la canasta básica que quedaron exentos de aranceles a principios de año en un intento del gobierno de controlar la inflación en el país. Pero según el decreto, esa decisión “no ha generado un impacto significativo en la disminución de precios en el mercado nacional, por lo que se considera pertinente eliminarla”.

La inflación general anual se considera ya más o menos controlada por el gobierno. Se ubicó en mayo en el 5.84%. Y llegó a 5.18% en la primera quincena de junio.

México importa poco maíz blanco —-el que se usa para consumo humano— principalmente de EEUU y de Sudáfrica. Pero como la imposición de aranceles choca, en principio, contra el tratado de libre comercio T-MEC, podría complicar la controversia comercial que ya tiene el país con Washington y Canadá por el comercio de maíz modificado genéticamente.

México quiere restringir el maíz transgénico para el consumo humano —el blanco— y, a la larga, vetarlo también para la alimentación animal —el maíz amarillo o forrajero—, algo que sus dos socios del norte dicen que dañaría el comercio en la región. Solo de EEUU, México lleva años importando maíz transgénico amarillo por un monto de unos 3 mil millones de dólares anuales porque ese producto es deficitario en el país.

Tanto EEUU como Canadá consideran que los miedos mexicanos a los peligros de ese maíz modificado genéticamente no están sustentados por la ciencia y por ello activaron un instrumento para solucionar controversias que existe en el seno del tratado de libre comercio norteamericano, el T-MEC, y que, de no llegarse a un acuerdo, podría acabar en sanciones.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho no tener miedo a las controversias y ha insistido en que solo se debe usar para consumo humano el blanco nacional, en primer lugar para apoyar el mercado mexicano y también porque el importado, aunque más barato, está modificado genéticamente.

El debate en torno al maíz genéticamente modificado (GM) tiene diversos puntos de vista y hay opiniones divergentes sobre los aspectos negativos que se le atribuyen. Algunos de los argumentos críticos relacionados con el maíz genéticamente modificado son los siguientes:

  1. Impacto ambiental: Se plantea que los cultivos transgénicos pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente. Por ejemplo, el cultivo de maíz transgénico puede resultar en la pérdida de biodiversidad al desplazar variedades nativas y alterar el equilibrio de los ecosistemas.
  2. Riesgos para la salud: Existen preocupaciones sobre los posibles efectos adversos para la salud humana relacionados con el consumo de alimentos derivados de maíz GM. Algunos argumentos que podrían surgir alergias u otros efectos desconocidos debido a la introducción de genes extraños en la planta.
  3. Dependencia de las empresas: Se argumenta que el cultivo de maíz GM puede generar una mayor dependencia de las empresas de biotecnología, ya que los agricultores necesitan adquirir semillas y productos químicos específicos para el manejo de estos cultivos. Esto podría limitar la libertad de los agricultores y aumentar la concentración de poder en el sector agrícola.
  4. Contaminación genética: Existe preocupación acerca de la posible contaminación genética de los cultivos convencionales o nativos por el polen de maíz GM, lo que podría tener efectos no deseados en la diversidad genética y la agricultura tradicional.