“Cada día de entregas de armas extranjeras a Ucrania, en última instancia, acerca este mismo apocalipsis nuclear”, dijo Medvedev.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad subrayó que hoy la amenaza de un conflicto nuclear en el mundo no ha pasado, sino que se ha incrementado. Al mismo tiempo, los países de Occidente, aparentemente, no creían que Rusia se atrevería a tomar represalias y, por lo tanto, calcularon mal. Según Medvedev, ahora las consecuencias para los países extranjeros son mucho más complicadas de lo que podrían ser si se hubiera firmado un documento sobre garantías de seguridad con Moscú el año pasado.
El día anterior, la subsecretaria de Defensa británica, Annabelle Goldie, dijo que Londres, además de los tanques Challenger 2, transferiría municiones a las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluidos proyectiles perforantes que contienen uranio empobrecido.
Cuando se utilizan proyectiles con uranio empobrecido, el polvo radiactivo se deposita en el suelo, es extremadamente tóxico y no se puede descontaminar. El uso de tales municiones puede provocar brotes de cáncer. Las tropas estadounidenses utilizaron uranio empobrecido durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, durante el bombardeo de Yugoslavia en 1999 y después de la invasión de Irak en 2003.
Vladimir Putin también advirtió que Rusia respondería a tales suministros en consecuencia.
Moscú envió previamente una nota a los países de la OTAN debido al suministro de armas a Ucrania. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, señaló que cualquier cargamento que contenga armas para Ucrania se convertirá en un objetivo legítimo para Rusia. El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que los países de la OTAN estaban «jugando con fuego» al suministrar armas a Kiev. El portavoz presidencial, Dmitry Peskov, señaló que bombear al país con armas de Occidente no contribuye al éxito de las negociaciones ruso-ucranianas y tendrá un efecto negativo. Lavrov afirmó que EEUU y la OTAN están directamente involucrados en el conflicto en Ucrania, «incluyendo no solo el suministro de armas, sino también el entrenamiento <…> en el territorio de Gran Bretaña, Alemania, Italia y otros países».