La verdad de las “energías verdes”

Compartir en...
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on Facebook
Facebook
Email this to someone
email

Las Naciones Unidas definen a las “energías renovables” o energías “verdes” como “un tipo de energías derivadas de fuentes naturales que llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse. […] Un ejemplo de estas fuentes son, por ejemplo, la luz solar y el viento; estas fuentes se renuevan continuamente. […] La generación de energías renovables produce muchas menos emisiones que la quema de combustibles fósiles. Una transición de los combustibles fósiles, los cuales representan en la actualidad la mayor parte de las emisiones, a energías renovables resulta fundamental para abordar la crisis producida por el cambio climático. Hoy en día, las energías renovables son más baratas en la mayoría de los países y generan tres veces más puestos de trabajo que los combustibles fósiles.”[1] El problema con esta definición es que no resulta precisa, mucho menos verídica.

Como es de público conocimiento, en 2015 ciento setenta y cinco países -a los que, con el tiempo, se unirían otros veinte- se comprometieron a reducir sus emisiones de dióxido de carbono tras finalizar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y, de esta manera, se daba inicio formal a una “transición energética” hacia una economía más sustentable que permita “combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono”[2], entendiendo que “la energía es la base en el problema del cambio climático y también algo fundamental para su solución”, en la medida que “los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, son con diferencia los mayores causantes del cambio climático global, ya que son responsables de más del 75 % del total de emisiones de gases globales de efecto invernadero y cerca del 90 % de todas las emisiones en dióxido de carbono”[3]. Se abría así el camino a las “energías limpias”.

En la actualidad, las mismas generan alrededor del 18% de la energía consumida en el planeta[4], y se estima que, de conseguir los objetivos del Acuerdo de París, para 2050 el porcentaje de energía primaria del mundo se divida en partes iguales entre fuentes fósiles y no fósiles[5]. Asimismo, según las proyecciones realizadas en 2011 por la Agencia Internacional de Energía, “la energía solar puede producir la mayor parte de la energía del mundo para 2060”[6]. Empero, y pese a la buena imagen que las mismas suscitan en las publicidades climáticas, no resultan tan limpias. Para comprender esto resulta preciso, en primera instancia, recordar cómo se componen la mayoría de estas tecnologías, a saber: que para desarrollar a las mismas se vuelve conditio sine qua non la utilización de metales raros.

Los denominados “metales raros” son un grupo de 17 elementos -entre ellos el escandio, lantano, itrio, cerio, holmio, praseodimio, neodimio, prometio, europio, samario, gadolinio, terbio, disprosio, erbio, tulio, lutecio e iterbio- que se utilizan en gran medida en la producción de vastos sectores de la economía global, incluyendo el tecnológico, el de la energía renovable y las refinerías de petróleo, entre otros, ya que los mismos cuentan con particularidades físico-químicas que les permiten poner en funcionamiento a las “tecnologías limpias”. Asimismo, vale aclarar que esta denominación corresponde a un criterio geológico: se los considera “raros” porque, en su mayoría, son menos abundantes en la corteza terrestre y hallarlos en estado puro requiere un gran esfuerzo. De esta forma, vale aclarar que, pese a ser inadvertidos las más de las veces, estos minerales resultan críticos, pues, como ha declarado el exsecretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross: “Sin ellos la vida moderna sería imposible”, al presentar un informe que designa 35 elementos y compuestos como “imprescindibles para la seguridad nacional y económica”[7] de su país.

En este sentido, el disprosio, por ejemplo, es utilizado en la fabricación de autos híbridos, al igual que el lantano y neodimio, utilizados como componentes de las baterías y los cristales refractarios de los mismos, al tiempo que el praseodimio y el cerio son empleados en la fabricación motores, y el cerio en la producción de parabrisas de autos eléctricos, ya que permite filtrar los rayos ultravioletas. A esta altura, el lector podrá dar cuenta de que, como denotó el periodista Guillaume Pitron, el uso de metales raros en la fabricación hace que un coche eléctrico sea tan contaminante como uno de gasolina o diésel[8], con la excepción de que no emitirá partículas de CO2 durante su vida útil; sin embrago, como explica Karine Samuel, profesora del Instituto Politécnico de Grenoble: “el coche eléctrico no es el único que necesita metales raros, sino que también serán necesarios los imanes para los motores eólicos, o todo tipo de material metálico para fabricar las células de los paneles solares. Todas las células fotovoltaicas necesitan metales raros. Es decir, que, para producir una energía renovable, una energía verde, se necesitan metales raros”[9].

En relación con lo dicho, es preciso remarcar que China produce el 85% de los metales raros que utiliza el mundo, lo que le otorga una influencia decisoria en un mercado clave para el sector tecnológico. De hecho, la distribución porcentual de metales raros producidos en el año 2019 muestra a China como el líder mundial, habiendo elaborado el 61,97% de la producción total, superando abrumadoramente a Estados Unidos, segundo productor mundial, con el 12,2%, y a Birmania, con el 10,32%[10], al mismo tiempo que las minas del gigante asiático representan el 70% de la producción global[11]. En este sentido, no menos interesante resulta destacar que las autoridades chinas fueron uno de los pocos gobiernos que avalaron el levantamiento militar que tuvo lugar en Birmania en febrero del presente año, al no condenar la insurrección militar y ejercer su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para que no se impusieran sanciones al ahora gobierno de Birmania[12].

Como explica Alicia Valero, responsable del grupo de ecología industrial del Instituto CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), estos elementos “son necesarios en la producción de energía renovable, pero en general en toda la electrónica. Y si estamos diciendo que vamos a transitar hacia una economía descarbonizada, es decir, basada en renovables y digitalizada, eso significa que vamos a tener que utilizar todos esos elementos”. Ahora bien, el gigante asiático controla prácticamente la totalidad de las reservas de los mismos: “China, en general, controla gran parte de todos estos elementos que van a ser esenciales; y no los controla únicamente porque tenga los yacimientos, sino que los controla porque tiene bajo su control los procesos de refinado de estos elementos. China, por ejemplo, no tiene yacimientos importantes de litio, pero o bien compra las minas que tienen el litio en Latinoamérica o Australia o bien compra el concentrado a estos países, lo refina y luego lo vende al resto del mundo. Por lo cual dependemos de China, sí o sí”. Este fenómeno, de hecho, ha sido asiduamente planeado, pues “desde el siglo pasado, China está haciendo una política de acaparamiento de toda la cadena de valor de las materias primas porque China es la fábrica del mundo. Realmente poco a poco se han quedado con el monopolio de las materias primas”[13].

Aunque unos 50 minerales –desde el cobalto al cobre, del níquel hasta las llamadas tierras raras– se consideran imprescindibles para la nueva economía verde, el litio es el más necesario. La extracción de litio requiere, en base a las estadísticas de Ingrid Garcés, docente del Departamento de Ingeniería Química y Procesos de Minerales de la Universidad de Antofagasta (UA), que “para producir una tonelada de litio se evaporen 2 millones de litros de agua desde las pozas, es decir, 2 mil toneladas de agua que no es posible recircular”[14]. Y eso, desde luego, sin mencionar la contaminación de la tierra que muchas veces llega hasta napas subterráneas, y el desuso de las tierras por la salinización que se produce en las mismas.

Como explica Andy Leyland -director de la consultora británica Benchmark Mineral Intelligence- al medio español La Vanguardia: “Las baterías de ión de litio constituyen la tecnología de plataforma para la transición energética; dentro de poco el 90% de la demanda del litio será para baterías”[15]. Como explican Mariastella Svampa y Enrique Viale: “En la actualidad, el 39% de la demanda de litio se destina a la producción de baterías […] Las proyecciones indican que para el año 2026 el 70% del consumo de litio se destinará a baterías […]. Asimismo, a nivel global se advierte la expansión acelerada del mercado de los acumuladores eléctricos sobre la base de litio, que supera al mercado de pilas y baterías y hace prever que estos acumuladores, que permiten un nivel de reserva energética mayor, no solo modificarán hábitos de consumo individuales, sino que ciudades enteras los adoptarán para la administración y distribución de energía”[16]. En este sentido, vale la pena recordar que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han calculado que sus necesidades futuras de litio verán un incremento sustancial con respecto a los niveles acaecidos. “La Comisión Europea calcula que la demanda de litio para su uso en vehículos eléctricos se multiplicará hasta por 44 en 2050”[17]. Al mismo tiempo, “se calcula que las baterías para los estimados 50 millones vehículos eléctricos que pueden ser construidos antes del 2050, así como para el almacenamiento de energía renovable, requerirán nada menos que 40 millones de toneladas de litio, lo cual supondría un aumento del 2.700% frente a los niveles de extracción actuales”[18].  Ahora bien, “el sector de las energías renovables […] también depende totalmente de las importaciones. Sin ellas, la fabricación de energía fotovoltaica, eólica y de vehículos eléctricos que dependen de baterías de litio se hace imposible. Lo mismo ocurre con la impresión en 3D, los drones, la robótica y otras tecnologías digitales”[19].

Desde luego que las autoridades del gobierno chino han sabido sacar tajada de su privilegiada situación económica respecto a la tenencia de estos minerales. Sólo nombrar la amenaza de recorte en las exportaciones de metales raros hacia los Estados Unidos realizada en febrero del presente año como parte de la puja por ser la primera potencia mundial a nivel económico bastaría para dar cuenta de la inmensa importancia que han tomado los mismos. En la actualidad, China ambiciona con aumentar la regulación sobre esos minerales, y la intención inmediata estriba en saber en qué medida ello perjudicaría a la industria de Defensa de los Estados Unidos y Europa. De hecho, el país ya ha mandado expertos para conocer en qué grado estos recortes abarrotarían tecnologías capitales para la fabricación de armas sofisticadas por parte del gigante norteamericano[20]. Aunque esta no es la primera vez que un hecho así sucede, y desde comienzos de siglo China ha argüido la bajada de las exportaciones con excusas medioambientales, pero lo cierto es que el gigante asiático ambiciona con promover la industria nacional para exportar productos terminados, y no solo materias primas. Estos recortes son una práctica ya denunciada en conjunto con Japón y la Unión Europea por la Administración Obama en el año 2012[21], ante la Organización Mundial del Comercio, lo que en aquella oportunidad culminó en un levantamiento de las restricciones por parte de las autoridades chinas. Ahora bien, hoy en día el marco geopolítico se torna sumamente divergente al de 2012.

China ha crecido exponencialmente en su lugar como principal potencia económica a nivel mundial, y ya no parece que una oposición articulada como la de aquella Unión Europea sea posible, en tanto sus mercados no pueden competir contra la industria China, de la cual hoy en día dependen, y el liderazgo de los Estados Unidos se torna tambaleante desde los últimos años de presidencia de Obama. Ante ello, un Donald J. Trump que parecía devolver a su lugar de grandeza a los Estados Unidos, al tiempo que denunciaba las irregularidades realizadas por las autoridades chinas, fue vencido por una oposición demócrata que poco parece asegurar respecto a su posicionamiento de plantar cara respecto a la cuestión china, no sin un ostensible fraude en los principales distritos electorales.

Asimismo, como supo exponer Ohmin Zhao, Responsable de metales no ferrosos de Argus Media[22]: “La posición de China en el mercado mundial de los metales raros es muy destacada, y la necesidad de metales raros para la industria de las nuevas energías debería conocer un rápido incremento en los próximos diez o veinte años. La demandad de algunos en concreto crece a un ritmo de un 25% al año”[23]. Pero la explotación de estos recursos en el gigante asiático se lleva a cabo “a costa de crear serios problemas ecológicos en las zonas vecinas —Baotou, en Mongolia Interior, la principal zona de explotación, arrastra como herencia un ponzoñoso ‘lago negro’— ha podido ofrecer un producto mucho más barato que cualquier otro competidor, acaparar el 80% del suministro mundial y el 85% de la capacidad global de procesado en sus minas de Baotou, Liangshan (Sichuán, centro del país), Ganzhou (Jiangxi, este) y Longshan (Fujian, en la costa). El otro 20% mundial se reparte entre Australia, Brasil, India, Rusia, Vietnam, Malasia o Tailandia. Incluso la mina estadounidense envía su producción a China para procesarla”[24].

China no destaca principalmente por su buen desempeño ambiental. De hecho, en su índice de desarrollo ambiental publicado en 2018, un estudio que clasifica a 180 países en base a 24 indicadores sobre diez categorías de problemas ambientales, la Universidad de Yale valoró el desempeñó ambiental de China con solo 50 puntos sobre 100, siendo uno de los países que más contaminan en el mundo, ocupando el puesto 120 de 180 países[25]. En este sentido, cabe recordar que las autoridades del gigante asiático dictaminaron en varias ciudades del país no salir de sus casas a los habitantes debido a los altos índices de contaminación durante el año 2018[26]. “Los índices de calidad de aire tienen los siguientes parámetros: debajo de los 50 es bueno; arriba de los 200 es altamente peligroso”. Pues bien, en ese año, “Beijing arrojó 341”. Como explicó el Doctor Huang Aiben: “En un lapso corto de tiempo, la exposición a tan altos niveles de contaminación puede ocasionar infecciones virales y bacterianas. Si se prolonga, puede causar tumores”[27]. Al mismo tiempo, un reciente estudio de publicado por la Organización IQAir en 2020 concluyó que, de las 50 ciudades con aire más contaminado, 14 pertenecen a China, lo que convierte a esta potencia en el segundo país con más ciudades en esta situación, solo por detrás de la India, que reúne a 26 ciudades[28]. En este sentido, resulta interesante detenerse a observar el “Índice de calidad del aire y contaminación atmosférica PM2.5 en el mundo” de esta organización, un modelo en tiempo real que convierte las concentraciones de contaminación en una escala codificada por colores de 0 a 500, donde los valores más altos indican un mayor riesgo para la salud. El mismo nos permite observar que la mayor parte de las ciudades chinas tienen una calidad de aire “insalubre para grupos sensibles”, “insalubre”, “muy insalubre” o simplemente peligrosa para el normal desarrollo de la vida humana, sobrepasando en casi todos los casos los 50 puntos recomendados, hasta límites de 243, como la ciudad de Shenyang, 186 puntos en Beijing, o 180 puntos, en Pekín[29]. En este sentido, vale destacar que no se encuentra en los planes del gobierno chino reducir estos niveles en el corto plazo, pues como informa una nota del sitio internacional Reuters: “China buscará mantener los niveles promedio de partículas pequeñas y peligrosas en el aire conocidas como PM2.5 en 34.5 microgramos por metro cúbico en el transcurso de 2021, dijo el jueves el Ministerio de Medio Ambiente. Eso es un poco más alto que el promedio de 33 microgramos registrado en 337 ciudades monitoreadas durante todo 2020, y la capital, Beijing, promedió 38 microgramos el año pasado”. A su vez, resulta prudente destacar que “El estándar nacional ‘provisional’ de calidad del aire de China es actualmente de 35 microgramos por metro cúbico, muy por encima de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud para niveles anuales promedio de no más de 10 microgramos”[30].

Y la extracción de metales raros no favorece precisamente estas estadísticas: como se muestra en el documental “La cara oculta de las energías renovables”[31], “en China hay miles de minas y refinerías de metales raros. Metales como el indio, el antimonio, el galio, pero también el tungsteno, el germanio salen de minas diseminadas por todo el país”. En este sentido, polígonos industriales “como los de la ciudad de Baotou están dedicados por completo al refinado de tierras raras, una familia específica de metales raros. Estas empresas contaminan especialmente a través de los vertidos ilegales”. Esta ciudad es especialmente conocida por el inmenso lago artificial que se encuentra a las puertas de la urbe, compuesto esencialmente por torrentes de aguas fecales cargadas de ácidos y metales pesados, como el flúor y el mercurio. Como explica Shen Zhanheng, Secretario General Adjunto de la Sociedad China de Tierras Raras: “las aguas residuales procedentes de la producción de tierras raras se filtran en el suelo. Cuando la gente extrae su agua potable de las capas freáticas, su salud se resiente. Por ejemplo, las aguas con un alto contenido en flúor, causan la llamada ‘enfermedad de los huesos de cristal, que consiste en que los huesos se fracturan muy fácilmente. En algunos lugares encontramos residuos de torio, elemento radioactivo que se filtra en el suelo con las aguas residuales y se expande lentamente”. El cerio también se produce en estas plantas, y se extrae mediante la compresión de diversos minerales y su posterior disolvencia en ácidos sulfúrico y nítrico, lo cual debe hacerse a una escala industrial, por lo que el proceso termina produciendo una enorme cantidad de desecho deletéreo. “También encontramos torio en el aire, lo transporta el aire cuando el ambiente es muy seco. Esto puede desembocar en una contaminación radioactiva”[32]. “Incluso antes de llegar al ‘lago tóxico’ -expresa Tim Maughan, miembro de Unknown Fields Division-, el impacto ambiental que la industria de ‘tierra rara’ ha tenido en la ciudad es dolorosamente evidente. En ocasiones es imposible saber dónde comienza la vasta estructura de los complejos de refinerías y dónde comienza la ciudad (…) decenas de tuberías en línea en la costa producen un torrente de residuos grueso, negro y químico procedente de las refinerías que lo rodean. El olor a azufre y el rugido de las tuberías invade mis sentidos. Parece el infierno en la Tierra”[33].

“China es el primer productor mundial de metales raros. De allí procede el 70% de un mineral especialmente codiciado por los productores de las energías renovables: el grafito”, exportado especialmente para la producción de energías renovables, baterías de los autos eléctricos y para la electrónica en general. Con el afán de asegurar un futuro más “ecológico”, en la ciudad de Heilongjiang, las excavadoras han desmoronado la montaña hasta dejar al descubierto las capas freáticas de la misma. Como se exhibe en el documental, los obreros de las refinerías trabajan a menudo con una paupérrima protección frente a un aire irrespirable. Asimismo, se vuelve evidente como los despojos del grafito se diseminan por todo el ejido -antes, un campo-, a decenas de kilómetros a la redonda. Una decena de residuos tóxicos va cubriendo toda esta región agrícola, donde “los árboles ya no tienen hojas, y las plantas están enfermas. Sin embargo, la contaminación es un tema tabú, y es difícil conseguir un testimonio”. Tal y como lo expresó un habitante del lugar: “La basura y los residuos de la mina están por todas partes. […] Las fábricas y el gobierno son unos irresponsables. Nosotros somos víctimas, pero tenemos las manos atadas. Ellos son grandes y nosotros pequeños. Además, si dejamos ver que estamos enfadados nos ponen las esposas. Uno tiene que venir aquí para entenderlo”.

Ante esta situación, surge el interrogante acerca de por qué la Organización de las Naciones Unidas y, más precisamente el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), pone su foco de atención especialmente en aquellos países que gozan de una mejor calidad de aire y protección de sus ecosistemas, y no en los países de segunda categoría del Acuerdo de París, como China, que en los hechos no fomentan ningún tipo de esfuerzo por mitigar la contaminación que efectúan, a pesar de recibir financiamiento por parte de los primeros, de acuerdo con el Tratado de París.  La dictadura impartida por el gobierno chino expone a sus habitantes a condiciones de contaminación increíblemente elevados que continúan en aumento gracias a la explotación de metales raros, condición sine qua non de los ahíncos en la fabricación de energías limpias. Lo cierto es que, gracias a lo signado por la COP-21 de la ONU durante el año 2015 y, en especial, a la nueva “ley climática europea”[34] -que en palabras de su presidente, Ursula von der Leyen,  convertirá Europa “en el primer continente climático”-, o el “gran reinicio” del transporte, mediante el cual la Comisión Europea fijó el fin de la venta de autos de combustión para 2035[35] como parte de las nuevas medidas para reducir las emisiones de carbono en un 55% con respecto a la década de 1990-, mientras estas nuevas fuentes de energía producidas con metales raros “protegen” el aire de Europa, seguirán exponiendo a condiciones de insalubridad a millones de personas en el resto del mundo y, quod certissime, las emisiones contaminantes continúan agravando la contaminación atmosférica, pues ahora las emisiones de gases de efecto invernadero de China son ahora mayores que las de los países desarrollados juntos[36].

 

Energías… no tan limpias

 

Lo cierto es que ningún tipo de energía es verdaderamente “limpia”. La energía eólica, por ejemplo, no genera emisiones, pero sí su ciclo de vida: desde la extracción de materias primas hasta la fabricación y construcción hasta la eliminación al final de su vida útil. Hasta el 86% de las emisiones de la energía eólica en su ciclo de vida corresponden a la extracción de materias primas y la producción de aerogeneradores. Esto incluye el uso de metales como acero, cobre y aluminio. El 14% restante proviene del transporte, la instalación, las operaciones y el mantenimiento, el posterior desmantelamiento y la eliminación. De esta forma, las nuevas emisiones globales del ciclo de vida de la energía eólica alcanzarán las 55 millones de toneladas de CO2 entre 2020 y 2050 debido al incremento en su producción[37]. A menudo se suele sostener que esta energía es la más limpia entre las verdes y, sin embargo, poco se dice acerca de lo problemáticos que resultan sus desechos: al no poder ser reutilizadas sus turbinas ni astas, las mismas son abandonadas en los albores de los parques eólicos. Al mismo tiempo, vale recordar la contaminación visual y sonora que estos gigantes efectúan durante su funcionamiento, hechos que han hecho bajar ostensiblemente su popularidad nada menos que en Alemania, estándar en lo que a energías renovables se refiere.

Como explica Fritz Vahrenholt, Doctorado en Química por la Universidad de Münster, profesor honorario en el Departamento de Química de la Universidad de Hamburgo desde 2009 y Director de la Fundación Alemana de Vida Silvestre: “Nuestra política energética y de protección del clima se está convirtiendo en la principal amenaza para la biodiversidad. […] Cada vez más ciudadanos sienten cómo la transición energética está poniendo bajo presión la protección de la naturaleza y el medio ambiente en Alemania. Hasta ahora solo en miles de iniciativas ciudadanas locales, apenas conectadas entre sí, las bases protestan contra la cornificación del paisaje con las consecuencias para la biodiversidad, contra la puesta en peligro del mundo de las aves autóctonas por las turbinas eólicas en los bosques alemanes y contra la Deterioro de espacios culturales y paisajísticos singulares por la energía fotovoltaica. De las 115 especies de aves reproductoras alemanas más comunes, 51 han disminuido significativamente en los últimos 20 años. El jefe de la Reserva de la Biosfera de Schorfheide, Martin Flade, habla de un ‘desastre de la biodiversidad’ debido al ‘clima agitado, la energía y la política agrícola: las aves de campo no tienen ninguna posibilidad en las áreas de cultivo de maíz – el cultivo de los campos cae durante la cría’ temporada, y luego encuentran su camino Los monocultivos apenas usan insectos como alimento. De las 30 especies más comunes, solo hay cuatro que aún pueden mantener sus poblaciones, todas las demás han estado disminuyendo desde 2007 a más tardar’. […] Principalmente los estados con ministros ecológicos (Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado, Baden-Württemberg, Brandeburgo y Hesse) han aprobado el uso de bosques por turbinas eólicas a través de Winderlasse. Para colocar un aerogenerador cada 500 metros en el bosque, se deben cortar pasillos pavimentados de seis metros de ancho en el bosque para poder transportar los aerogeneradores de 100 toneladas y poder darles servicio posteriormente. Se debe crear un campo abierto de cinco hectáreas alrededor de cada turbina para que el ala se pueda izar con enormes grúas. […] Incluso hoy en día, cada año se encuentran 200.000 murciélagos muertos debajo de las turbinas eólicas. Los inteligentes animales localizan los rotores, vuelan a través de ellos y a sotavento detrás de la instalación, donde la presión del aire cae bruscamente, los murciélagos reventan los pulmones. El murciélago nocturno, el murciélago de alas anchas o el murciélago bicolor se ven particularmente afectados. La murciélago hembra tiene sólo una o dos crías por año, por lo que la continuidad de estos útiles insectívoros está en peligro por una mayor expansión descontrolada de las turbinas eólicas. Si sigue la evaluación del Consejo Alemán para la Protección de las Aves (DRV) y la asociación paraguas de avifaunistas alemanes (DDA, 2012), el milano rojo también corre un peligro particular. Según una investigación del Instituto Ornitológico del Estado de Brandeburgo, la población de milanos reales en este estado con 3200 aerogeneradores ya no está asegurada. Más de 300 cometas rojas mueren por los rotores solo en Brandeburgo. La disminución en el número de milanos rojos en Alemania Occidental desde 2005 también es notable, como advierte Klaus Richarz, exjefe del santuario de aves del estado de Hesse, Renania-Palatinado y Sarre. Para él, también, las turbinas de viento en el hábitat de la cometa son potencialmente mortales para las aves. La protección de la cometa roja es una obligación particular para Alemania, porque la parte global de gran tamaño de la ocurrencia se encuentra en Alemania. Incluso 50.000 aerogeneradores solo generan excedentes masivos cuando sopla el viento. Aritméticamente, las plantas de energía eólica tienen alrededor de 2500 horas a plena carga, pero el año tiene 8760 horas. En tiempos de calma no fluye electricidad, incluso si se multiplica el número de sistemas. Cero por x es cero. La volatilidad de las energías renovables eólica y solar requiere plantas de energía fósil en la sombra o almacenamiento. Las tecnologías de almacenamiento solo pueden realizar esta tarea a costos inaceptablemente altos. Sin plantas de energía de equilibrio fósil, no habrá un suministro eléctrico seguro en Alemania, con consecuencias fatales para la competitividad de la industria alemana y el sector manufacturero”[38].

“En la última década, la generación de electricidad a partir de energía solar y eólica se ha cuadruplicado en Estados Unidos, y eso es sólo el principio de lo que, según los expertos, debemos hacer para abandonar los combustibles fósiles y evitar los peores efectos del cambio climático. Para 2030, Nevada planea obtener la mitad de su electricidad a partir de energías renovables, en línea con el objetivo de la Administración Biden de descarbonizar completamente su economía para 2050. El resultado es lo que algunos activistas describen como una fiebre por las energías renovables que pone en peligro especies raras y ecosistemas desérticos intactos.”[39] El trigo sarraceno de Tiehm es una especie podría seguir subsistiendo, por desgracia, crece justo por encima de la única reserva de litio de los Estados Unidos. Por otro lado, el alforfón de Tiehm es más raro que el litio, pues sólo crece en aproximadamente 40.000 metros cuadrados de tierra en Rhyolite Ridge, en el suroeste de Nevada, justo donde se planea abrir una de las nuevas minas de litio. Como explica Dustin Mulvaney, profesor de estudios medioambientales en la Universidad Estatal de San José (E.E.U.U.): “Entre las especies que más peligro corren por la minería por la minería del litio, están: el alforfón de Tiehm, el pico de pájaro de Tecopa (una hierba anual), el pez ballesta del valle del ferrocarril, el sapo del valle del ferrocarril, el pirg del río Kings (un caracol diminuto) y las trenzas de dama de Ash Meadows (una orquídea). Amenazados por la energía solar: la tortuga del desierto, el avellano de tres esquinas y la lengua de oso de margen blanco (una flor). Y por la energía geotérmica: el sapo del Valle de Dixie, el pirg del Valle de Dixie, el macabeo del Valle de Long (un pez pequeño), el alforfón de Steamboat, el tui chub del Valle de Fish Lake (otro pez pequeño) y la mariposa blanqueada. Y todas estas especies en un estado de 286 000 km2, casi la mitad del tamaño de Francia”[40].

 

Los apagones verdes

 

El planeta se calienta pero… “un invierno inusualmente largo y frío a principios de este año agotó las existencias de gas natural en Europa. La creciente demanda de energía ha impedido el proceso de reabastecimiento, que suele ocurrir durante la primavera y el verano”, según CNN. En un contexto en que los líderes europeos en las Naciones Unidas prometieron duplicar sus esfuerzos de reducir las emisiones de CO2, Europa lidia con una severa escasez de energía y los precios en alza provocados por su revolución industrial verde. En la última década, el Reino Unido y la Unión Europea han cerrado cientos de plantas de carbón, a tal punto en que a Gran Bretaña solo mantiene dos en funcionamiento. España cerró la mitad de sus plantas de carbón durante el acaecido año 2020. Los países europeos han gastado billones de dólares en subsidiar las energías renovables, que el año pasado superaron por primera vez a los combustibles fósiles como parte de la producción de electricidad.

No obstante, como hemos mencionado, las energías “verdes” no proporcionan una fuente segura de energía estable, pues como reconociera el sitio de noticias Bloomberg, “la crisis energética global es la primera de muchas en la era de la energía limpia”: “Las próximas décadas podrían ver más períodos de inflación impulsada por la energía, escasez de combustible y pérdida de crecimiento económico a medida que los suministros de electricidad se vuelven vulnerables a las crisis. El mundo está atravesando la primera gran crisis energética de la transición a energías limpias. No será el último. […] Al mismo tiempo, otras dos fuentes de energía, el viento y el agua, han tenido una producción inusualmente baja, gracias a velocidades del viento inesperadamente más lentas y escasas precipitaciones […]. A pesar de que la energía solar y eólica se vuelve cada vez más abundante y barata, muchas partes del mundo seguirán dependiendo durante décadas del gas natural y otros combustibles fósiles como respaldo. Y, sin embargo, el interés de los inversores y las empresas en producir más de ellos está disminuyendo”[41]. Incluso China durante los últimos meses se ha visto obligada a racionar la electricidad a las fundiciones de aluminio debido a la escasez de energía del carbón: “Al menos 17 provincias y regiones, que representan 66% del PIB chino, anunciaron alguna forma de corte de energía en los últimos meses, afectando especialmente a las industrias pesadas, según Bloomberg Intelligence”. En este sentido, “casi 60% de la economía china depende del carbón, pero su abastecimiento se vio afectado por la pandemia y una baja en las importaciones por una disputa comercial con Australia. Aún así, la demanda de energía en el primer semestre de este año en China superó los niveles prepandemia, según la Administración Nacional de energía”[42]. Esto ha hecho disparar los precios mundiales del aluminio[43]. Asimismo, el incremento de la demanda mundial ha hecho que el precio del carbón se triplicara y el precio del gas natural se quintuplicara, como explica CNN: “En Europa, el gas natural se cotiza ahora al equivalente a 230 dólares por barril, en términos de petróleo, más del 130% desde principios de septiembre y más de ocho veces más que el mismo punto del año pasado, según datos de Independent Commodity Intelligence. Servicios”[44]. Según el programa de comercio europeo, los fabricantes y proveedores de energía deben comprar créditos de carbono en un mercado comercial abierto para compensar sus emisiones. Esto ha provocado que el precio de los créditos se haya ido en alza este año, debido al aumento de la demanda por parte de las plantas de carbón y otros fabricantes, mientras que los reguladores gubernamentales han restringido la oferta, en una Unión Europea que, como reconociera su presidente, Ursula von der Leyen, importa el 90% del gas natural que consume[45].

Otra de las consecuencias ostensibles de ello es que Europa se ha vuelto cada vez más dependiente de Rusia, el segundo productor de gas más grande del mundo, después de los Estados Unidos, ya que tanto el Reino Unido como Alemania han prohibido la fracturación hidráulica, dejando que sus ricos recursos de gas de esquisto se desperdicien. Mientras tanto, los Países Bajos tambien están cerrando el campo de gas más grande de Europa. En definitiva, como lo resume The Economist: “Desde mayo, el precio de una canasta de petróleo, carbón y gas se ha disparado en un 95%. Gran Bretaña, el anfitrión de la cumbre [COP26 de 2021], ha vuelto a encender sus centrales eléctricas de carbón, los precios de la gasolina estadounidenses han alcanzado los $ 3 el galón, los apagones han afectado a China e India, y Vladimir Putin acaba de recordarle a Europa que su suministro de combustible depende de Rusia. […] sin reformas rápidas habrá más crisis energéticas y, quizá, una revuelta popular contra las políticas climáticas”[46]. Las fuentes de energía “verde” han tenido la oportunidad de demostrar que constituyen fuentes de energía alternativas a las convencionales, y no lo hicieron, pues aún a día de hoy, resultan ser no solo más costosas, sino más ineficientes, en un mundo cuyos ingresos vinculados a los impuestos por emisiones de CO2 -generados por tasas o mercados de cuotas- alcanzaron los 57.000 U$D, un 18% más que en 2019, y el triple a comparación de 2016[47].

Lo cierto es que, tal como lo resume el escritor Martín Hary en su libro “Climagate”: “Hoy por hoy es impensable, poco realista, suponer un cambio drástico en la matriz energética a nivel mundial. A lo mucho se podrá, vía mejores tecnologías, moderar su consumo, es decir, hacer un uso más eficiente […] Mucho se ha hablado, y los ambientalistas así lo pregonan, respecto de la energía solar y de la eólica. De las dos, es la eólica la más promisoria […] De todas maneras es una tecnología, si se pretende una generación importante, sumamente costosa. La energía solar se ha revelado como una posibilidad más reducida […] Los paneles captan cantidades pequeñas, además son caros y no tienen una duración ilimitada […] la energía que insume la fabricación de un panel solar supera toda la energía eléctrica que puede generar a lo largo de su vida útil”.[48] Por otra parte, las mejoras tecnológicas que han alcanzado a día de hoy siguen siendo prácticamente nulas: “Cuando en la década de los setenta se introdujeron las células fotovoltaicas de cilicio cristalino, transformaban en electricidad cerca del 15 por ciento de la luz del sol que incidía en ellas. Hoy se transforma aproximadamente un 25 por ciento”.[49] Asimismo, una realidad innegable es que la energía a base de combustibles fósiles es increíblemente barata para promover el progreso económico de países en desarrollo. Tomemos un ejemplo: “«El petróleo es más barato que un refresco», dicen. […] Hagamos números: un barril de petróleo contiene casi 159 litros; a un precio medio de 42 dólares por barril en 2020, sale a 0,27 por litro. Por otro lado en Costco [cadena estilo club de precios más grande en el mundo, basada en la venta mayorista] se pueden comprar ocho litros de refresco por seis dólares, lo que equivale a 0,75 dólares por litro”. En otras palabras, es más barato un litro de petróleo que un litro de refresco.[50] Por el contrario, resulta evidente que las energías renovables son una inversión infructífera y costosa: tal como lo clarificó Jeff Currie, economista de Goldman Sachs, una inversión de “$ 3.8 billones en energías renovables movieron los combustibles fósiles del 82% al 81% del consumo total de energía” en los Estados Unidos en un lapso de 10 años, según la Administración de Información Energética de este país. En otras palabras: en 1908, los combustibles fósiles representaban el 85% del consumo de energía de los EE. UU.; en 2015, el 81%[51].

[1] Naciones Unidas. Naciones Unidas. ¿Qué son las energías renovables? Recuperado de: https://www.un.org/es/climatechange/what-is-renewable-energy

[2] United Nations, Climate Change. “¿Qué es el Acuerdo de París?”. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado en: https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-paris-agreement/que-es-el-acuerdo-de-paris

[3] Naciones Unidas. (s. f.). Energías renovables: energías para un futuro más seguro. Acción por el Clima. Recuperado de: https://www.un.org/es/climatechange/raising-ambition/renewable-energy

[4] Banco Mundial. Birfj-Airf. “Consumo de energía renovable (% del consumo total de energía final). Banco Mundial. Recuperado en: https://datos.bancomundial.org/indicador/EG.FEC.RNEW.ZS?end=2015&start=1990&view=chart

[5] DNV. “Perspectivas de la transición energética 2018”. Recuperado en: https://eto.dnv.com/2018/#Energy-Transition-Outlook-2018-

[6] Sills, B. (29 de Agosto de 2011). «Solar May Produce Most of World’s Power by 2060, IEA Says». Bloomberg. Recuperado en: https://www.bloomberg.com/news/articles/2011-08-29/solar-may-produce-most-of-world-s-power-by-2060-iea-says

[7] Vidal, M. (15 de junio de 2019). “Tierras raras: el oro del siglo XXI, el arma de China en la guerra tecnológica”. El País. Recuperado en: https://elpais.com/economia/2019/06/06/actualidad/1559832258_232021.html

[8] Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/magazine/experiencias/cara-sucia-energia-limpia.html

[9] Pitron, G. Pérez, J. (directores). 2018. “La fase cachée des énergies vertes”. Francia: La noche temática.

[10] Statista. “Distribución porcentual de tierras raras producidas a nivel mundial en 2020, por países”. Recuperado en: https://es.statista.com/estadisticas/600572/porcentaje-de-tierras-raras-producidas-por-paises/

[11] Cinco Días. (2 de junio de 2019). “¿Qué son las tierras raras y por qué China las lanza como amenaza sobre EE UU?”. Recuperado en: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/05/31/mercados/1559304435_784199.html

[12] Swiss Info. (08 abril 2021). China realiza un primer contacto con el denominado Gobierno civil birmano. Recuperado de: https://www.swissinfo.ch/spa/birmania-golpe_china-realiza-un-primer-contacto-con-el-denominado-gobierno-civil-birmano/46514694

[13] Cerrillo, A. (7 de julio de 2021). Alicia Valero: «Nuestra civilización depende de minerales muy escasos en la naturaleza». La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/natural/energia/20210707/7579886/alicia-valero-china-apoderado-recursos-minerales-estrategtico.html

[14] CHILE SUSTENTABLE.NET. (29 de mayo de 2019). “Cada tonelada de litio requiere la evaporación de 2 mil litros de agua”. OCMAL. Recuperado en: https://www.ocmal.org/cada-tonelada-de-litio-requiere-la-evaporacion-de-2-mil-litros-de-agua/#:~:text=Cada%20tonelada%20de%20litio%20requiere%20la%20evaporaci%C3%B3n%20de%202%20mil%20litros%20de%20agua,-29%20mayo%2C%202019&text=Experta%20de%20la%20Universidad%20de,salmuera%20del%20salar%20de%20Atacama.

[15] Robinson, A. (27 de diciembre de 2020). La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/economia/20201227/6150061/litio-ventajas-baterias-economia-verde.html

[16] Svampa, M.; Viale, E. El colapso ecológico ya llegó. Buenos aires: Siglo XXI Editores, 2021, p.158.

[17] Penke, M. (20 de abril de 2021). Tierras raras: reutilización y sustitución de materias primas críticas. DW. Recuperado de: https://www.dw.com/es/tierras-raras-reutilizaci%C3%B3n-y-sustituci%C3%B3n-de-materias-primas-cr%C3%ADticas/a-57269082

[18] Robinson, A. (27 de diciembre de 2020). La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/economia/20201227/6150061/litio-ventajas-baterias-economia-verde.html

[19] Penke, M. (20 de abril de 2021). Tierras raras: reutilización y sustitución de materias primas críticas. DW. Recuperado de: https://www.dw.com/es/tierras-raras-reutilizaci%C3%B3n-y-sustituci%C3%B3n-de-materias-primas-cr%C3%ADticas/a-57269082

[20] BBC. (22 de enero de 2019 ). 3 nuevas armas de alta tecnología de China con las que desafía el poderío de Estados Unidos y Rusia. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46803904

[21] Pozzi, S. (13 de marzo de 2012). EE UU lleva a China ante la OMC por limitar la exportación de minerales raros. El País. Recuperado de: https://elpais.com/economia/2012/03/13/actualidad/1331658081_057085.html

[22] Compañía proveedora de datos de mercado e inteligencia de negocios para las industrias mundiales de petróleo, gas natural, electricidad, biocombustibles, metales, petroquímicos, carbón, etc. https://www.argusmedia.com/

[23] Pitron, G. Perez, J. (directores). 2018. “La fase cachée des énergies vertes”. Francia: La noche temática. Recuperado en: https://www.youtube.com/watch?v=SSk3tCzGz7I

[24] Vidal, M. (15 de junio de 2019). “Tierras raras: el oro del siglo XXI, el arma de China en la guerra tecnológica”. El País. Recuperado en: https://elpais.com/economia/2019/06/06/actualidad/1559832258_232021.html

[25] Universidad de Yale. 2018. “2018 environment performance index”. Recuperado de: indice desarrollo ambiental yale.pdf

[26] National Geographic. (9 de agosto de 2018). “China contaminada”. National Geographic en español. Recuperado en: https://www.ngenespanol.com/naturaleza/altos-niveles-contaminacion-china/#:~:text=Los%20%C3%ADndices%20de%20calidad%20de,Beijing%20arroj%C3%B3%20341.&text=La%20contaminaci%C3%B3n%20en%20China%20ha,de%20coches%20que%20circulan%20diariamente

[27] National Geographic. (9 de agosto de 2019). “China contaminada”. National Geographic en español. Recuperado en: https://www.ngenespanol.com/naturaleza/altos-niveles-contaminacion-china/#:~:text=Los%20%C3%ADndices%20de%20calidad%20de,Beijing%20arroj%C3%B3%20341.&text=La%20contaminaci%C3%B3n%20en%20China%20ha,de%20coches%20que%20circulan%20diariamente

[28] Cerrillo, A. (2 de marzo de 2020). “Las cincuenta ciudades con el aire más contaminado están en Asia”. La vanguardia. Recuperado en: https://www.lavanguardia.com/natural/20200302/473884232002/asia-polucion-50-ciudades-pekin-oms.html

[29] Consultado 01:54, 11 de marzo (hora local). IQAir Map. IQAir Earth. Recuperado en: https://www.iqair.com/air-quality-map

[30] Reuters. (25 de febrero de 2021). China tiene como objetivo permitir que la contaminación del aire aumente ligeramente en 2021: ministerio de medio ambiente. Recuperado de: https://www.reuters.com/article/us-china-pollution-idUSKBN2AP0BH

[31] Pitron, G. Perez, J. (directores). 2018. “La fase cachée des énergies vertes”. Francia: La noche temática.

[32] Íbid.

[33] Rt. (6 de abril de 2015). “’Lago tóxico’ de China, ‘una pesadilla creada por nuestra sed de aparatos electrónicos’». Recuperado en: https://actualidad.rt.com/ciencias/171207-lago-toxico-china-accesorios-electronicos#:~:text=%22Escondido%20en%20un%20rinc%C3%B3n%20desconocido,Division%2C%20tras%20una%20expedici%C3%B3n%20al

[34] Promulgada el 21 de abril de 2021, que presiona a los países miembros de la Unión Europea para reducir al menos un 55% de las emisiones de CO2 para 2050, consiguiendo ser “climáticamente neutros en sus emisiones”. El Mundo. (4 de abril de 2021). “La UE acuerda reducción de ‘al menos el 55%’ del CO2 en 2030”. DW. Recuperado en: https://www.dw.com/es/la-ue-acuerda-reducci%C3%B3n-de-al-menos-el-55-del-co2-en-2030/a-57271931

[35] De Miguel, B. (14 de julio de 2021). La Comisión Europea fija para 2035 el fin de la venta de coches de combustión. El País. Recuperado de: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2021-07-14/la-comision-europea-fija-para-2035-el-fin-de-la-venta-de-coches-de-combustion.html

[36] The Washington Post. (6 de mayo de 2021). Las emisiones de gases de efecto invernadero de China son ahora mayores que las de los países desarrollados juntos. Recuperado de: https://www.washingtonpost.com/climate-environment/2021/05/06/china-greenhouse-emissions/

[37] Wood Mackenzie. (08 de julio de 2021). Las nuevas emisiones globales del ciclo de vida de la energía eólica alcanzarán las 55 Mt de CO2 entre 2020 y 2050. Recuperado de: https://www.woodmac.com/press-releases/new-global-wind-power-life-cycle-emissions-to-reach-55-mt-co2-from-2020-2050/

[38] Vahrenholt, F. (18 de septiembre de 2010). Cómo la transición energética está destruyendo la naturaleza de Alemania. Welt. Recuperado de: https://www.welt.de/debatte/kommentare/article131347057/Wie-die-Energiewende-Deutschlands-Natur-zerstoert.html

[39] Gibbens, S. (30 de mayo de 2022). ¿Por qué las energías renovables pueden suponer una amenaza para la biodiversidad? National Geographic. Recuperado de: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2022/05/por-que-las-energias-renovables-pueden-suponer-una-amenaza-para-la-biodiversidad

[40] Gibbens, S. (30 de mayo de 2022). ¿Por qué las energías renovables pueden suponer una amenaza para la biodiversidad? National Geographic. Recuperado de: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2022/05/por-que-las-energias-renovables-pueden-suponer-una-amenaza-para-la-biodiversidad

[41] Bloomberg Green. (5 de octubre de 2021). La crisis energética global es la primera de muchas en la era de la energía limpia. Recuperado de: https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:dCZTUcCKmhYJ:https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-10-05/global-energy-crisis-is-the-first-of-many-in-the-clean-power-era+&cd=1&hl=en&ct=clnk&gl=us

[42] Infobae. (28 de Septiembre de 2021). “Es como vivir en Corea del Norte”: gigantescos apagones en ciudades chinas reducen las proyecciones de su economía. Recuperado de: https://www.infobae.com/america/mundo/2021/09/28/es-como-vivir-en-corea-del-norte-gigantescos-apagones-en-ciudades-chinas-reducen-las-proyecciones-de-su-economia/

[43] Bloomberg. (6 de septiembre de 2021). El precio del aluminio se dispara mientras crecen las dudas por el suministro tras el intento de golpe de Guinea. El País. Recuperado de: https://elpais.com/economia/2021-09-06/el-precio-del-aluminio-se-dispara-mientras-crecen-las-dudas-por-el-suministro-tras-el-intento-de-golpe-de-guinea.html

[44] Horowitz, J. (7 de octubre de 2021). Se acerca una crisis energética mundial. No hay una solución rápida. CNN. Recuperado de: https://edition.cnn.com/2021/10/07/business/global-energy-crisis/index.html

[45] Horowitz, J. (7 de octubre de 2021). Se acerca una crisis energética mundial. No hay una solución rápida. CNN. Recuperado de: https://edition.cnn.com/2021/10/07/business/global-energy-crisis/index.html

[46] The Economist. (16 de octubre de 2021). El primer gran impacto energético de la era verde. Recuperado de: https://www.economist.com/leaders/2021/10/16/the-first-big-energy-shock-of-the-green-era

[47] AFP. (21 de octubre de 2021). Crecen ingresos mundiales por CO2. ABC. Recuperado de: https://www.abc.com.py/ciencia/2021/10/21/crecen-ingresos-mundiales-por-co2/

[48] Hary, M. “Climagate” (2013); Buenos Aires. Ed: Maihuensh. Pp. 116-118.

[49] Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Penguin Random House: Buenos Aires, 2021, p. 64.

[50] Gates, B. Cómo evitar un desastre climático. Ob. Cit. p. 56.

[51] Ver: https://www.eia.gov/todayinenergy/detail.php?id=28592