La secta internacional pederasta en Argentina: Ricos, famosos, políticos, hasta EEUU y Bill Clinton

Compartir en...
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on Facebook
Facebook
Email this to someone
email

El escándalo de prostitución, extorsión, pedofilia, lavado de dinero más impactante del siglo en Argentina, con alcance internacional, incluyendo a EEUU y estados como Chicago, Las Vegas. Surgen nombres desde Menem, ex presidente de Argentina, hasta Bill Clinton. Maniobras de encubrimiento desde lo más alto del poder político, la justicia, organizaciones de DDHH y del poder económico. Una trama delictiva que recién comienza y lo más oscuro comienza a salir a la luz.

En el barrio de Villa Crespo, en el centro geográfico de la capital de Argentina, funciona desde hace más de 30 años la «Escuela de yoga de Buenos Aires». Es una casa de dos plantas, paredes blancas inmaculadas y una puerta de rejas negras.

La Justicia argentina detuvo el viernes pasado en 50 redadas a 24 integrantes de la escuela, entre ellos a su fundador, un notario de 84 años llamado Juan Percowicz. El grupo está acusado de integrar una secta dedicada a reclutar y someter a cientos de personas. Las víctimas, que acudían deseosas de alcanzar “el desarrollo de la felicidad”, terminaban esquilmadas de sus bienes, sometidas a la servidumbre y hasta prostituidas.

Percowicz en 1993 fue imputado por los mismos delitos que ahora lo han llevado a la cárcel, pero salió limpio. Su expediente pasó por tres juzgados, gracias a los vínculos que el líder tenía con políticos locales y organizaciones de Derechos Humanos internacionales. Las acusaciones contra la Escuela de Yoga, finalmente, quedaron en la nada. Casi 30 años después, la justicia ha vuelto a caer sobre Percowicz y sus cómplices.

SISTEMA DE CAPTACIÓN

Sus cómplices se reparten entre Argentina y EEUU, donde la secta tiene una oficina de captación.

El mecanismo que usaban para engañar a sus víctimas era de manual. Una estructura verticalista, sistemas de captación disfrazados de cursos “ontológicos” y una aceitada maquinaria para quedarse con el dinero de los “alumnos”. En la punta de la pirámide estaba Percowicz , que se hacía llamar “el ángel” o “el maestro”. El líder era el nivel siete de la organización, secundado por “apóstoles” (nivel seis), “genios” (nivel cinco) y “alumnos”, nivel cuatro. Para los “humanos comunes” se dejaban los niveles inferiores. Según se desprende de la acusación, los integrantes de las escalas más altas tenían a su cargo distintos emprendimientos que daban vida y, sobre todo, recursos a la organización.

La captación de “alumnos” se hacía en BA Group, una escuela de “coaching ontológico” y “felicidad personal” ubicada en el centro de Buenos Aires. Cerca de 1.700 personas pasaron por la escuela. Una vez dentro, las mujeres eran sometidas el “geishado”, un eufemismo para referirse a la prostitución. Las víctimas eran entregadas durante largas temporadas a empresarios ricos que pagaban por los servicios de las “alumnas”. Las mujeres obtenían a cambio puntos para ascender en la escala elaborada por el líder.

Al mismo tiempo, la secta se quedaba con el dinero de los integrantes de la escuela, que donaban propiedades o hacían aportes de hasta 10.000 dólares por mes para ascender a “genios” o “apóstoles”. A los más díscolos se los sometía a una “cura de sueño”, un cóctel de drogas que prometía curar todo tipo de adicciones y hasta el sida. Los “pacientes” eran captados en su mayor parte en EEUU y enviados a Buenos Aires para el “tratamiento”.

Durante los allanamientos, la policía incautó más de un millón de dólares, 30 medallas de plata, una prolífica colección de viejos vídeos en VHS con escenas de sexo sadomasoquista, juguetes sexuales e historias clínicas y títulos de propiedad de los alumnos. Según un informe de la Policía, ”las ganancias obtenidas de la explotación de todas estas personas -alumnos y pacientes- ingresarían al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía, que tiene la organización en nuestro país, y distintas fundaciones creadas en los EEUU, generando con ello un flujo constante de divisas extranjeras para dicha organización”.

En las escuchas telefónicas ordenadas por el juez Ariel Lijo queda claro el mecanismo de recaudación de la secta. En una de ellas, difundida por Infobae, Juan Percowicz, el líder, y Marcela Sorkin, una “apóstol” a la que llamaban La Leona, hablan de una alumna que vive en Estados Unidos que, sin consultar, habia decidido reducir su aporte de 10.000 dólares a solo mil. “Y aparte de eso, ahora me dijo que tiene que venir a Buenos Aires para ver a su familia biológica. Esa chica decía que se quería comprar un departamento en EEUU. Ella se quiere gastar toda la plata que heredó de este muchacho del polo. Está tan autodestructiva Juan, tan autodestructiva”, se quejaba Sorkin ante el jefe de la organización.

Más de medio millón de dólares fue el dieron secuestrado en los 50 allanamientos.

INVOLUCRADOS HASTA EX PRESIDENTES Y MIEMBROS DE LA CORTE SUPREMA

Una de las víctimas que logro escapar de la secta, hacía años venía denunciando la trama que durante décadas no podía caer por todo tipo de maniobras de encubrimientos.

El principal denunciante en la causa que terminó con el desbaratamiento de una secta que tenía su centro de operaciones en el barrio porteño de Villa Crespo, Pablo Salum, relató que fue el primer niño víctima de la organización y dijo que durante los años en que estuvo captado sufrió abusos.

Salum relató que fue el primer niño captado por la secta cuando tenía ocho años y recordó: “En la primera reunión éramos cuatro personas, yo fui el primer niño en ser captado. Luego fue creciendo rápidamente y éramos más de mil personas”.

La secta desbaratada tenía base en la Argentina, pero contaba con sedes en el extranjero, y el principal delito que le imputa la Justicia es la trata de personas con reducción a la servidumbre mediante la coerción.

Algunos de los nombre que aparecen relacionados de alguna u otra forma con la secta son los siguientes, aunque la lista no es completa y puedan surgir aún más nombres:

El principal denunciante expone a una amplia red de encubridores entre los que incluyó al exministro de Justicia durante el gobierno de Carlos Menem, Raúl Granillo Ocampo, y a algunos de los personajes de renombre en el ámbito de los derechos humanos. Figuras como Adolfo Pérez Esquivel, Estela de Carlotto, Norita Cortiñas, Osvaldo Bayer, Piero, el fallecido fiscal del juicio a las Juntas Militares, Julio César Strassera y Eugenio Zaffaroni, entre otros, fueron parte del encubrimiento a la secta.

Como prueba, se mostró un documento que todos ellos habrían firmado para defender al líder, al asegurar que era víctima de una campaña de persecución.

Ahora, se espera que los personajes involucrados den explicaciones.

El denunciante afirma que «la secta movió sus contactos en EEUU donde tenia contacto poderosos y lograron que el congreso Norteamericano envíe a varios congresistas a presionar para que cierren la causa, incluso su presidente Bill Clinton le envió un memo a Menem».

La justicia los tenía en la mira, pero…

En 1995 el entonces juez Mariano Bergés procesó al líder de la Fundación Escuela Yoga por graves delitos. Sufrió amenazas e intimidaciones.

Mariano Bergés (60) llevaba apenas unos meses como juez de Instrucción de Capital Federal cuando una joven de 24 años llamada Valeria Llamas denunció que su padrastro, Rodolfo Sommariva, la había golpeado, acosado y privado de su libertad.

Eran fines de 1993. Parecía un caso fuerte, pero no muy distinto de otros que se ven en la Justicia penal. No resultó así. Detrás de esa historia había un complejo entramado de dinero, misticismo y sexo.

Era pleno menemismo. La causa «Escuela Yoga» arrancó y progresó al punto de que el líder de la organización, Juan Percowicz, fue detenido e indagado y terminó procesado, en 1995. Los delitos: estafa, corrupción de menores, de mayores y promoción de la prostitución.

El caso fue un escándalo porque Percowicz tenía muchos contactos en el Gobierno y también en organismos de derechos humanos de EEUU que presionaron pidiendo por su liberación. Alegaban que se estaban violando los derechos humanos de él y sus seguidores. Finalmente la investigación con él pasó de juez en juez y languideció.

«Los seguidores de Percowicz llegaban a las 7.30 de la mañana al Palacio de Tribunales y se paraban en la puerta de mi despacho, en el tercer piso. Montaban guardias durante horas, tiraban como unos polvillos cuando uno pasaba. Me recusaban todos los días y hasta tuve que ir a la Cámara de Diputados a dar explicaciones de mi trabajo», recuerda ahora Bergés en una charla con Clarín.

Los nombres de los ahora 24 detenidos durante los 50 allanamientos ordenados por el juez  federal Ariel Lijo son los mismos que aparecían en su expediente de 1993. Bergés -que se retiró de la Justicia en 2004- los repasa y todos están allí. Va nombre por nombre y recuerda cada circunstancia.

«Es de locos, no lo puedo creer. Son todas las mismas personas que investigamos hace 30 años. Y, claro, ahora son gente muy mayor. Yo no sé que habrá en esta causa de Lijo, pero cuando yo dejé el expediente todo el panorama ya estaba bastante claro. Se ve que se volvieron a armar», comentó el ex juez.

Los «rituales» de los seguidores de Percowicz en los pasillos de los tribunales de Talcahuano se trasladaron al edificio de la calle Viamonte y Libertad, donde la Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional tenía que resolver sobre el procesamiento dictado por Bergés.

«Hoy sin duda podría decirse que trabajamos amenazados por esta gente. En aquella época tratamos de no darles demasiada importancia. Pero una vez discutí fuerte con quien era el presidente de la Corte, Carlos Fayt», agrega Bergés.

-¿Cómo lo recordás a Percowicz?

-Yo lo indagué diez días hábiles. Era un hombre de traje y corbata, porque era un contador, no parecía alguien espiritual ni nada de eso. Yo siempre traté de encarar el caso fuera del tema religioso. Eran claramente estafas. Lo que sí este hombre tenía un séquito de mujeres muy marcado. Era una defensa cerrada. Todos tenían que protegerlo a él. Lo que recuerdo perfectamente es que se desesperaban cuando aparecía el tema plata en el medio.

-Por ejemplo…

-Mirá, la sede estaba en la calle Estado de Israel, la compraron varios seguidores de este hombre y luego se lo cedieron a él. Recuerdo que hacíamos las escuchas telefónicas con la Policía Federal porque yo no confiaba en la SIDE. Las traía dos veces por semana Néstor Roncaglia, que terminó siendo jefe de la Federal años después. Ahí hablaban de «operativo rapiña» por los bienes de una mujer que era una seguidora y había muerto. Para mí, más que una cuestion esotérica era una gran estafa. Yo fui cuidadoso con la libertad de la gente, no lo encaré como una secta.

-Pero además procesaste por corrupción de mayores y menores.

-Sí, y me acuerdo que a mí me recusaron infinidad de veces. Como en ese momento no había Consejo de la Magistratura, la denuncia por juicio político era ante la Cámara de Diputados. Yo iba solo y recuerdo claramente que una de las personas que me, me, me…

-¿Apretaban?

-Bueno sí, apretaban, eran Carlos Soria, el papá del actual ministro de Justicia; Nicolás Becerra, que luego sería Procurador y una diputada, Marcela Durrieu. Y ella me preguntaba cómo era posible corromper a personas mayores de edad. Yo tenía que dar una explicación que no había que darla, pero bueno…

-Y ahora la Justicia vuelve sobre la Escuela Yoga ¿qué pensás?

-Yo lo que leo es que hay como 24 detenidos y cuando veo los nombres son los mismos. Es como que no lo puedo creer. Porque además veo que, por ejemplo, aparece uno que era músico, que ya en mi época estaba captado. ¿Cómo puede ser que sean los mismos? Yo no lo puedo creer. A mí me quedó la impresión de que cuando la allanamos la habíamos desarticulado, pero se ve que se rearmaron. Volvieron. Aprovechan las miserias humanas.

-Acá están luego de casi 30 años.

-Y… era gente con muchos vínculos políticos. Yo recuerdo una discusión fuerte que tuve con Carlos Fayt, que era presidente de la Corte. Había una eximición de prisión que habían planteado por el hijo de Percowicz que estaba prófugo. Me llamó Fayt porque lo habían apretado… bueno lo habían llamado. Ël, Fayt, tenía muchos vínculos con organizaciones internacionales. A mí me mandaban faxes permanentemente, me aparecían a la mañana cuando llegaba al despacho.

Mariano Bergés

Algunas publicaciones de medios en los años 90

Antes del gran encubrimiento se tenía conocimiento de la gravedad de la situación que se vivía en la famosa escuela

Varias escuchas vincularon a Plácido Domingo con la secta

La secta internacional a la cual está vinculado Plácido Domingo, por unas escuchas que se encuentran dentro de la causa, está siendo investigada por la Justicia.

Las pruebas que tiene la Justicia nacional señalan que Plácido Domingo estaría involucrado en los hechos. Además, el informe resaltó que captaban a mujeres para luego prostituirlas y ofrecerlas como mercancía a “personas de poder”, con el fin de explotarlas sexualmente.

En uno de los audios se logra oír como una mujer apodada “Mendy” habla con un hombre, el cual no se conoce su identidad. En un momento le comenta que tuvo una charla con el cantante. “Plácido dijo que podía venir a visitarnos, es decir, que va a venir a visitarme. Porque él va a casa en New York y lo recordó ayer”, detalló la mujer.

En ese contexto, le consulta a este hombre si pueden pactar el encuentro en el Museo, ubicado en un del edificio de avenida Corrientes al 4457, donde hay departamento acondicionado como privado. El hombre le da el visto bueno a lo que la mujer le responde entre risas: “Tendré que sacrificarme una vez más, tengo mucha vocación de servicio”.

En el siguiente audio se escucha como “Mendy” habla directamente con Plácido y arregla el encuentro. En él, Domingo le da indicaciones sobre cómo van a llegar al lugar. “Cuando salgamos de la cena venimos separados, lo hacemos así porque mis agentes se van a subir a la habitación cuando yo suba y se van a quedar en el mismo piso”, comenta el cantante y procede a indicarle el número de cuarto en el que se debían encontrar.

El dialogo entre “Mendy” y Juan Percowicz

Al finalizar la charla, la mujer llama a Juan Percowicz, el líder de la secta criminal, y le confirma que pudo pactar el encuentro con Plácido.

Mendy: Ya me llamó y armó la matufia para que me quede en el hotel sin que los agentes se den cuenta.

Percowicz: Qué degenerada que sos.

Mendy: Me parece que un poquito colaboraste con este producto. Está hecho mier**, Juan, me da pena, yo no le deseo ningún daño, pero es tan maravilloso vernos a nosotros brillando y volando por los cielos y él hecho mier**, nos contó todo lo que le hicieron. ¿Estás emocionado? Te quiero tanto.

Percowicz: Si, pero bien emocionado.

Mendy: Claro, porque seguís haciendo milagros todo el tiempo, son enormes milagros porque realmente no estaba escrito para nosotros tener esta vida tan abundante, Juan.

Percowicz: Yo estoy leyendo las primeras clases de cuando empezó la escuela y en un momento dado empieza a haber videos y en los videos se ve a la gente con una ropa mucho mas pobre.

Mendy: Y éramos todos mucho mas pobres que ahora. Yo tenia dos pesos en la cartera cuando te conocí. Ha habido una o dos personas que tenían plata, pero los demás éramos todos muy pobres. A todos nos diste un bienestar que nunca hubiéramos logrado sin vos.

Percowicz: No, no, seguro que no. Los que me siguieron todos ganaron.

Mendy: Todos ganamos, porque realmente nosotros vivimos como gente rica, todos los que estábamos en EYBA, cerca tuyo, realmente vivimos como gente rica. Viajamos, tenemos nuestros autos, casa, ropa, equipos electrónicos, como si fuésemos millonarios. Todos somos millonarios, es así.

Percowicz: Lo logramos. Muchas gracias, vos me ayudaste mucho a lograrlo.

Mendy: Gracias a vos, pa, por todo, es un milagro maravilloso EYBA y vos sos la luz que lo ilumina todos los días.

Percowicz: Me das una alegría muy grande.

Mendy: Que tengas un fin de semana hermoso, te amo.