La agencia calificadora de riesgos Fitch cambió la calificación del gigante inmobiliario chino Evergrande a ‘RD’ (‘default’ limitado). La calificación de ‘RD’ se aplica a las entidades que incumplieron una o más de sus obligaciones financieras, pero continúan cumpliendo con otras y no se han declarado en bancarrota.
Ni la empresa ni el gobierno chino han confirmado que Evergrande haya incumplido sus deudas, aunque la compañía dijo el viernes pasado que “no había garantías” de que pudiera cumplir con los pagos de su deuda al entrar en un proceso de reestructuración.
Fitch también bajó el ‘ranking’ de la inmobiliaria china Kaisa a un ‘default’ limitado después de que la empresa incumpliera el martes los pagos de bonos preferentes por un valor de U$S 400.000.000.
Fitch aseguró que ha tratado de ponerse en contacto con Evergrande para confirmar si ha efectuado esos pagos pero que no ha recibido respuesta, por lo que decidió que el gigante no cumplió con sus obligaciones financieras.
Evergrande afirmó en una breve presentación de intercambio el 3 de diciembre que planea «comprometerse activamente» con los acreedores extraterritoriales en un plan de reestructuración. La compañía aseguró que planea incluir todos sus bonos públicos extraterritoriales y obligaciones de deuda privada en este plan. El Gobierno chino no ha dado indicios de un rescate, aunque desde octubre ha intervenido activamente el mercado con inyecciones millonarias para mitigar la posible caída del gigante y evitar el temido contagio.
Evergrande, con una enorme deuda de unos 300.000 millones de dólares (unos 260.000 millones de euros), lleva varios meses con problemas para hacer frente a los pagos de intereses y a las entregas de apartamentos. El 6 de noviembre, el grupo debía pagar 82,5 millones de dólares (73,1 millones de euros) en intereses. Pero el periodo de gracia de un mes terminó el martes.
«Ni Evergrande ni sus acreedores han hecho ningún anuncio sobre un reembolso», dijo el jueves la agencia de calificación crediticia Fitch, dando por hecho que el grupo «no ha pagado». Se trata del primer impago de Evergrande, que, a pesar de haber incumplido varios plazos en septiembre, siempre había conseguido pagar a sus acreedores in extremis.
El impago de Evergrande llega tras un esfuerzo del Gobierno de Xi Jingping por reducir el enorme endeudamiento del sector inmobiliario chino con nuevas regulaciones, que ha visibilizado la vulnerabilidad del sector. Estas medidas, que entraron en vigencia a inicios de 2021, también han golpeado a otros grandes desarrolladores como Kaisa y Phantasia, que se encuentran en situaciones similares.
Además de las dificultades del sector inmobiliario, que representa un 25% de su PIB, China resiente el impacto de la pandemia y las actuales dificultades de aprovisionamiento en la cadena mundial.
“Los acontecimientos recientes pusieron en evidencia los riesgos persistentes en el mercado inmobiliario chino, con potenciales efectos importantes entre sectores y más allá de las fronteras”, señaló la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), subrayando “el debilitamiento de la inversión inmobiliaria, un importante motor de crecimiento”.
En su informe sobre la estabilidad financiera publicado en noviembre, la Reserva Federal estadounidense mostró su inquietud ante los riesgos de contagio de la crisis de Evergrande a la economía mundial.
Esta se ve amenazada ya por una posible ralentización de la recuperación por la elevada inflación y la imprevisible situación sanitaria.
El economista especialista de Asia-Pacífico para la firma Euler Hermes, Françoise Huang dice que “nos arriesgamos a continuar teniendo quiebras, pero su impacto debería contenerse para que la ralentización económica china no sea excesivamente inquietante para el resto del mundo”.