«Hoy el peor peligro es la ideología de género, que borra las diferencias», afirmó, subrayando que ha pedido que se hagan estudios «sobre esta fea ideología de nuestro tiempo, que borra las diferencias y hace que todo sea igual».
“Borrar la diferencia es borrar a la humanidad. El hombre y la mujer, por otro lado, mantienen una fructífera ‘tensión’ entre sí”, dijo el 1 de marzo.
El Papa hizo estas declaraciones al inaugurar un congreso internacional en el Salón del Sínodo del Vaticano titulado “Hombre-Mujer: Imagen de Dios. Por una antropología de las vocaciones”.
El congreso del 1 y 2 de marzo fue patrocinado por el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones, fundado en 2020 por el cardenal Marc Ouellet, prefecto jubilado del Dicasterio para los Obispos, para promover y apoyar la investigación en ciencias sociales sobre las vocaciones en la sociedad.
El Papa saludó a los asistentes y les dijo que contaría con un asistente, mons. Filippo Ciampanelli, funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, leyó en voz alta el texto preparado porque “todavía estoy resfriado y me canso de leer” al cabo de un rato.
Sin embargo, continuó hablando espontáneamente diciendo: “Me gustaría enfatizar una cosa: es muy importante que tengamos este encuentro, este encuentro entre hombres y mujeres, porque hoy el peor peligro es la ideología de género, que borra diferencias”.
Como lo ha hecho a menudo en el pasado, el Papa hizo referencia a la novela distópica de ciencia ficción “El Señor del Mundo”, escrita en 1907 por Mons. Robert H. Benson, ex vicario anglicano, anima a su audiencia a leerlo. Reiteró que considera la novela “profética porque muestra esa tendencia de borrar todas las diferencias”.
En sus comentarios preparados y leídos en voz alta por el asistente, el Papa escribió que es necesario redescubrir una verdad básica “en toda su belleza: la vida del ser humano es vocación”.
Cada persona necesita descubrirse y expresarse “como llamada, como vocación, como persona que se realiza escuchando y respondiendo, compartiendo su ser y sus dones con los demás para el bien común”, escribió.
Hoy en día a veces “olvidamos u oscurecemos esta realidad, con el riesgo de reducir al ser humano únicamente a sus necesidades materiales o básicas, como si fuera un objeto sin conciencia ni voluntad, simplemente arrastrado por la vida como un engranaje en una máquina”, escribió.
“En cambio, los hombres y las mujeres son creados por Dios y son imagen del Creador; es decir, llevan dentro de sí un deseo de eternidad y de felicidad que Dios mismo ha sembrado en sus corazones y que están llamados a realizar mediante una vocación específica”, escribió. “Estamos llamados a la felicidad, a la plenitud de vida, a algo grande para lo que Dios nos ha destinado”.
“Somos parte de un proyecto de amor y estamos invitados a salir de nosotros mismos y realizarlo, por nosotros mismos y por los demás”, escribió.
Después de que el asistente terminó de leer los comentarios preparados, el Papa Francisco dijo a los participantes que «no tengan miedo durante estos momentos ricos en la vida de la iglesia».
“El Espíritu Santo nos pide una cosa importante: fidelidad. Pero la fidelidad es estar en camino, y la fidelidad muchas veces nos lleva a correr riesgos”, afirmó.
Los instó a seguir adelante “con el coraje de discernir y arriesgarse a buscar la voluntad de Dios” y “¡sin perder el sentido del humor!”.
Fuente: americamagazine.org