La guerra birmana sigue masacrando a los cristianos

La guerra civil birmana no aparece en los titulares de los medios hegemónicos; sin embargo el oriente de Myanmar muestra cómo la Iglesia sigue aniquilada bajo la mirada indiferente del mundo. En dicha región se despliegan los enfrentamientos entre el Tatmadaw -el llamado ejército regular- y las Fuerzas de Defensa Populares (PDF). De acuerdo a la fuente de Fides, estas últimas están conformadas por diferentes organizaciones étnicas armadas -cristianas en algunos casos- que se niegan a someterse a la junta militar que tomó el poder durante el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021. Los ataques de diversa índole se recrudecen en Loikaw, localidad que alberga un importante número de fieles católicos alrededor de sus iglesias; ciertamente las mismas fungen como centros de refugio (alimento, medicina, protección) en los que han ayudado tanto a fieles como personas de la sociedad civil que solicitan asistencia. El hambre, el frío y la violencia se hacen sentir y allí está presente el espíritu del buen samaritano pronto a extender su mano.

Sin embargo, dada la naturaleza bélica del gobierno birmano, seiscientos civiles, en su mayoría católicos, decidieron dejar la ciudad para instalarse en refugios improvisados, dentro de áreas boscosas menos expuestas tal como informa FSSPX.Actualités; lamentablemente los ataques persiguen a la Fe. Ejemplo de ello se vio cómo aquí es donde el Tatmadaw decidió atacar el 17 de enero pasado, manifestando así su deseo de aterrorizar a las poblaciones inocentes del estado de Kayah. Al día siguiente de los mortíferos bombardeos, la comunidad católica se reunió para celebrar un rito fúnebre sencillo y sobrio en honor a las víctimas,a cargo del Padre Jacob Khun, quien remarcó la virtud de la esperanza.

Vale pues recordar que a estas víctimas se las conoció por su cercanía a la localidad de Moso, donde el 24 de diciembre se encontraron los cuerpos calcinados de al menos 35 civiles, todos católicos, algunos de ellos calcinados vivos en vehículos incendiados por soldados birmanos en lo que se ha descrito como la «Masacre de Navidad».
Esta es la verdad que los medios ocultan.