La angustia alemana y el pesimismo sobre el futuro ya es evidente

Sólo el 17% opinó que las cosas mejorarán para ellos. Los encuestados están preocupados por:

  • Una posible crisis económica en Alemania (62%)
  • Un desarrollo incontrolable del cambio climático (58%)
  • Un posible deterioro de su situación financiera (46%).
  • La desconfianza en la política ahora es muy alta. El 80% de los encuestados tiene la impresión de que la mayoría de los políticos no conocen las preocupaciones de los ciudadanos en su vida cotidiana.

Encuesta realizada por el instituto de encuestas Forsa para la Red Editorial Alemania (RND) entre 1.003 encuestados. El margen de error estadístico es de tres puntos porcentuales hacia arriba y hacia abajo.

Según la encuesta, el 32% cree que su situación no cambiará. El 5% dijo «No sé». Sólo el 17% opinó que mejorarían. Esta cifra fue ligeramente mayor para los hombres (24%) que para las mujeres (11%).

Una situación que empeora para los alemanes. Y no es para menos cuando sus funcionaros de alto nivel como la Ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, dijo prácticamente que Alemania estaba en guerra con Rusia, básicamente que le importa un carajo lo que piensen los votantes alemanes. No es de extrañar que esos votantes alemanes no confíen ya en sus políticos.

Los alemanes observan con calculada frialdad y malestar las políticas intervencionistas de la coalición izquierdista/verde/progresista en el conflicto de Ucrania con Rusia, y las presiones desde EEUU sobre el débil Olaf Schölz quien termina cediendo al final del día a esas pretensiones dictadas desde Washington. Desde la posición del no envío de tanques a Ucrania a finalmente acceder por la condición de que EEUU hará lo mismo próximamente con sus M1 Abrams, o hasta el reciente pedido de Ucrania de apresurar el envío de misiles Taurus de largo alcance, lo cual introduce aún más a Alemania en el conflicto desde el inicial «no intervencionismo», a luego un suministro de armas para «defensa» y actualmente un involucramiento de armamento con capacidad de ataque a territorio ruso.

El Canciller Olaf Schölz como el máximo responsable de la «posible crisis económica» en Alemania. No tiene nada que ver con Putin sino con el hecho principal de que Biden hizo estallar los oleoductos Nord Stream esenciales para la producción industrial de Alemania urgida de energía. En resumen, Schölz parece haber cometido alta traición ante su pueblo al confabularse con Biden para atacar a su propio país. Sin dejar de lado la ya no existencia de plantas de energía nuclear como último recurso en caso de una emergencia energética.

El alemán, de por sí no quiere ceder al suicidio colectivo por intereses ajenos, donde ven que no obtienen ni un solo redito económico, sino que además pierden, desde su material militar a cientos de kilómetros como también sus recursos energéticos, ya sea por el sabotaje que sufren de parte de la OTAN con EEUU a la cabeza frente a sus costas en el Mar Báltico, como a causa de las políticas de energía verde que se han convertido en perjudiciales lejos de serles beneficiosas, descontando que el enojo alemán se traslada a la Unión Europea, quien dicta esas reglas agresivas en un contexto desfavorable.

Rápidamente, surge la respuesta contra los gobernantes, y las encuestas muestran el giro a la derecha de forma contundente en las últimas semanas, con el AfD como 2° partido político como potencial futuro gobierno o, mínimamente, un potencial opositor férreo con capacidad de bloquear a la coalición gobernante. Un ascenso político que despierta el miedo de toda la izquierda, establishment y medios de comunicación que no dudan en el intento de buscar la censura a toda costa del partido, infundiendo ideas y temores de que rememoran el resurgir de lo que llaman extrema derecha y aquella Alemania de los años 30, pero que aún así la población parece estar cada vez más consciente y decidida a no dejarse manipular ni engañar por las marionetas que responden a intereses extranjeros.

En cuanto la crisis aumente en Alemania y el AfD tome posición de poder será cuando esos alemanes hagan retumbar el enojo y terminen por resquebrajar la Unión Europea, que pende de un hilo y en nada les beneficia.

Tirar de la cuerda a Alemania podría ser el peor error que están cometiendo, pero no es la primera vez en la historia.