Bolsonaro fue objeto de una débil acusación de abuso de poder y mala conducta económica. Fue acusado de atacar la democracia al celebrar una reunión con embajadores el año pasado para alertar a la comunidad internacional sobre las vulnerabilidades en el sistema de votación electrónica de Brasil, similar al sistema adoptado por Dominion Voting Systems.
Por 5 votos contra 2, el Tribunal Superior Electoral determinó la nulidad de los derechos políticos de Jair Bolsonaro por un período de 8 años. Durante este tiempo, no podrá participar en la carrera presidencial ni en ninguna otra elección en Brasil.
Bolsonaro dijo este viernes (30), antes de que se anunciara la mayoría, que apelará el caso ante el Supremo Tribunal Federal. Pero sus posibilidades de éxito son mínimas, ya que al igual que en el Tribunal Superior Electoral, el Tribunal Supremo está compuesto en su mayoría por ministros designados por el presidente comunista Lula da Silva, el principal opositor de Bolsonaro.
“No ataqué al sistema electoral, mostré posibles fallas y vulnerabilidades”, afirmó Bolsonaro sobre el caso.
Al igual que Donald Trump, los izquierdistas confían en la persecución legal para mantener a los conservadores alejados de las contiendas electorales y evitar que los votantes elijan candidatos conservadores.
Bolsonaro es el primer expresidente de Brasil en perder sus derechos políticos sin cargos de corrupción.
Y Joe Biden y la CIA trabajaron para expulsar a este líder demócrata de su cargo el año pasado.