El pasado martes, el Parlamento húngaro votó a favor de celebrar un referéndum sobre la reciente ley de protección infantil de Hungría. La moción fue aprobada por legisladores partidarios del gobierno y varios independientes, mientras que la oposición boicoteó la votación.
Se le harán al público las siguientes preguntas en el plebiscito:
– ¿Apoya a los niños de las escuelas públicas que participan en clases que demuestran su orientación sexual sin el consentimiento de los padres?
– ¿Apoya la información sobre los tratamientos de cambio de género que se están dando a los niños?
– ¿Apoya el contenido de los medios de comunicación de carácter sexual y que afecte al desarrollo de los niños que se les presenta sin restricciones?
– ¿Apoya el contenido de los medios que presenta el cambio de género a los niños?
Según la resolución del parlamento, el referéndum costaría 5.500 millones de florines húngaros (15 millones de euros) si se celebrara simultáneamente con unas elecciones generales, en lugar de 12.600 millones de HUF si se celebrara por separado. Según una enmienda a la ley electoral propuesta por la oposición y aprobada el 9 de noviembre, los referendos no pueden realizarse 41 días antes o después de las elecciones parlamentarias locales, nacionales o europeas. Sin embargo, pueden vincularse a tales elecciones el mismo día.
La ministra de Justicia de Hungría, Judit Varga, se congratuló de la decisión del Parlamento, y se comprometió a «proteger los derechos de los niños y los padres húngaros, y a detener el lobby LGBTQ en la cerca escolar». «Sólo una voluntad común puede detener el violento lobby LGBTQ y la presión de Bruselas, por lo que el Gobierno ha iniciado un referéndum sobre la protección de los niños», dijo Varga en un post bilingüe en Facebook.