Orawiec dijo que desde el punto de vista de la biología, «el parasitismo es una situación en la que un organismo toma de otro y no da nada a cambio», y que el embarazo, de cierto modo, «es una situación de este tipo porque el feto no nutre en absoluto a la mujer, por lo que es un parásito».
Agregó que «la mayoría de las mujeres optan por este parasitismo y están contentas con el parásito que hay en su interior», durante una discusión sobre el aborto en el Canal Cero de Krzysztof Stanowski.
Sus polémicas declaraciones se esparcieron rápidamente por las redes sociales en Polonia, donde el aborto sigue siendo un tema sensible, ya que la práctica es ilegal, salvo en los casos en que el embarazo sea consecuencia de un acto delictivo o cuando la vida o la salud de la mujer corran peligro.
«Sigamos despreciando el embarazo, la maternidad, tener hijos, para luego retorcernos las manos por la demografía y preguntarnos por qué las niñas no deciden tener hijos», comentó la periodista Kamila Baranowska del semanario Do Rzeczy.
Una metáfora de deshumanización
El vicepresidente del Sejm (Cámara Baja del Parlamento de Polonia), Krzysztof Bosak, comentó la declaración de Orawiec en sus redes sociales.
«La deshumanización comparando a las personas con insectos, ratas o parásitos es un método popular para preparar a la sociedad a aceptar privar a un grupo de personas de protección contra la muerte…», recordó Krzysztof Bosak.
El diputado señaló que no debemos ser indiferentes a las metáforas deshumanizantes. «Un ser humano comienza en la concepción. Un ser humano en desarrollo es un niño. Aparte de la concepción, es imposible indicar cualquier momento decisivo en el que un feto en desarrollo se convierte en un ser humano. Por supuesto, se puede indicar arbitrariamente una cierta duración de la vida o algún rasgo del que, según alguien, «empieza» el hombre, pero sólo tendrá valor de opinión y nada más. La ciencia es en gran medida incapaz no sólo de definir el comienzo de la existencia humana, sino de la existencia humana en general, conciencia, la naturaleza espiritual y corporal del hombre, el momento de la muerte, la relación entre el cuerpo y la mente, etc. Cualquiera que esté familiarizado con el debate ético y filosófico admitirá que así es», leemos más adelante.
Bosak pregunta por qué la gente busca gritar sus dudas. «Precisamente porque son muy reales y serios. Y a nadie (excepto quizás a tipos como Peter Singer) le gusta saber que en la era de los derechos humanos argumentan a favor de quitarle la vida a personas autónomas, en desarrollo y, en algunos casos, ya capaces de vivir fuera del cuerpo humano», afirma.