
El comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, habló con el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, en las últimas 24 horas y ambas partes acordaron estudiar la posibilidad de establecer precios mínimos, dijo el portavoz de la UE.
Sefcovic había dicho anteriormente que cualquier precio mínimo tendría que ser tan efectivo y ejecutable como los aranceles de la UE.
Los acuerdos previos sobre precios mínimos acordados por la UE se han aplicado a productos homogéneos, no a productos complejos como los automóviles. La Comisión ha declarado que cree que un precio mínimo único no sería suficiente para contrarrestar el perjuicio causado por las subvenciones.
La UE aumentó los aranceles sobre los vehículos eléctricos fabricados en China hasta el 45,3% en octubre pasado, pero Bruselas y Pekín han planteado la idea de levantar los aranceles a través de posibles compromisos de precios mínimos, conocidos como compromisos de precios para los automóviles importados.
La Comisión Europea ha dicho que está dispuesta a seguir negociando una alternativa a los aranceles con China, que incluía aranceles del 17,0% para los vehículos fabricados por BYD, 18,8% para Geely y 35,3% para SAIC, además del arancel de importación de automóviles estándar de la UE del 10%.
La asociación de la industria automovilística alemana, VDA, acogió con satisfacción las conversaciones entre la UE y China, calificó los aranceles de «error» y abogó por una solución negociada.
«Independientemente de los acontecimientos mundiales actuales, también debe debatirse aquí cómo reducir los obstáculos y las distorsiones en el comercio internacional, en lugar de crear nuevos obstáculos», dijo VDA el jueves.
Los fabricantes de automóviles alemanes, que realizaron un tercio de sus ventas el año pasado en China, se opusieron a los aranceles, preocupados por un conflicto comercial con el segundo socio comercial más importante del país después de EEUU.
También hay sectores en Alemania que están pidiendo desacoplarse un poco de China para evitar una dependencia similar a la que tenían con Rusia por el gas y teniendo en cuenta que si hay tensiones entre China y Occidente (como en el caso de semiconductores o Taiwán), Alemania queda atrapada, además de generar un incremento de la desindustrialización en Europa que termina trasladando sus fábricas a China.
Un problema para las fábricas europeas
Los fabricantes europeos —como Volkswagen, Renault, Peugeot, etc.— no pueden competir en igualdad de condiciones con los chinos en precio. ¿Por qué?.
Los autos eléctricos chinos, como los de BYD, NIO o XPeng, son mucho más baratos de producir, reciben fuertes subsidios estatales de parte del gobierno chino y los costos laborales y de insumos en China siguen siendo mucho más bajos.
Esto llevaría a una avalancha de autos chinos baratos inundando el mercado europeo. Las marcas locales podrían perder cuotas de mercado rápidamente, y algunas podrían ver reducida su producción o incluso cerrar plantas.
La industria automotriz es una fuente clave de empleo en países como Alemania, Francia o España y, si los autos chinos desplazan a los europeos, podrían cerrarse fábricas o reducir turnos, se perderían empleos tanto directos (trabajadores de ensamblaje) como indirectos (proveedores, logística, talleres, etc.).
Europa ya viene peleando contra la deslocalización industrial, y quitar los aranceles sería como entregarse. Las empresas europeas podrían mover más producción a Asia si ven que es más rentable importar que fabricar en Europa.