En Polonia, el lobby LGBT anota un punto

Por primera vez, una pareja homosexual «casada» civilmente en el extranjero fue reconocida por el Tribunal Supremo Administrativo: una decisión que podría contribuir a cambiar la ley en un país que hasta ahora se ha resistido a la legalización del «matrimonio para todos».

La Polonia católica, apegada a los valores tradicionales, se tambalea a partir de la decisión judicial del 3 de noviembre de 2022.

Pero comencemos la historia desde el principio: Jakub y Dawid se casaron en Madeira en 2017. Desde hace cinco años, los dos activistas han intentado que se reconozca su «matrimonio» en una Polonia que hasta ahora se ha negado a legalizar las uniones entre personas del mismo sexo.

En 2018, el registro civil de Varsovia rechazó las gestiones realizadas por los dos hombres que luego recurrieron a la justicia. Después de perder en primera instancia, el Tribunal Administrativo Supremo finalmente decidió acceder a su solicitud, apoyándose en un vacío legal existente en el texto de la propia Constitución polaca.

En efecto, esta última estipula en el artículo 18 que «la República de Polonia salvaguarda y protege el matrimonio como la unión de una mujer y un hombre, la familia, la maternidad y la paternidad».

Según los magistrados que juzgaron el caso, no existiría una prohibición explícita y formal para regular y dar un marco legal a las relaciones homosexuales.

La sentencia del Tribunal Supremo Administrativo fue bien recibida por la comunidad LGBT, que ve esto como una oportunidad para avanzar en su causa, animando a muchas «parejas» a viajar a la vecina Alemania, donde «el matrimonio para todos es legal desde el 1 de octubre de 2017. En última instancia, el objetivo es doblegar al Estado polaco presionándolo para que legalice las uniones entre personas del mismo sexo.

Pero la lucha de los progresistas aún está lejos de ganarse: desde 2019, alrededor de un centenar de autoridades locales se han constituido en zonas de «stop LGBT», en las que está prohibida la propaganda de los lobbies homosexuales, y donde se fomenta la familia tradicional.

Estas áreas están ahora en el radar de una Unión Europea que está intensificando su presión sobre el gobierno polaco para que las cierre.

Por lo tanto, no habrá otra solución para los defensores del orden natural que obtener una revisión de la constitución, para evitar que los que desprecian el matrimonio aprovechen la oportunidad, de lo contrario deberán presenciar la implementación del establecimiento del «matrimonio para todos» procedente del extranjero.

El enfrentamiento promete ser duro.