En busca de la dignidad de una Nación

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Quizá no exista otro término de mayor significación para el presente y futuro moral de Occidente que el concepto de “dignidad humana”. Siendo el hombre el centro y el punto de referencia de toda sociedad, la bondad o la maldad de una cultura se mide por su actitud hacia él mismo (Williams). Por esta razón, es aplaudible toda forma de organización que se ocupe de esclarecer y transmitir el valor de la dignidad escapando de definiciones ideologizadas que no hacen más que distorsionar el concepto con fines meramente políticos o económicos. Algunos ejemplos de estas desviaciones maliciosamente voluntarias son los utilizados para defender el aborto y la eutanasia, prácticas promovidas y solventadas por empresas multinacionales generadoras de gigantes cifras de dólares que constituyen a la Cultura de la Muerte como uno de los más grandes negocios del mundo actual.

Por eso Frente Joven, por eso Jóvenes Dirigentes. La constitución de un programa de formación de jóvenes líderes con valores anclados en la dignidad humana, brindando herramientas para ámbitos políticos y sociales, nunca fue tan indispensable.

Es también vital, además de saber definir y enmarcar conceptualmente la dignidad como valor que todo ser humano posee desde que es concebido por el sólo hecho de ser personas (la esencia misma del hombre), entender que en el momento mismo en que nos posicionamos en este sentido pasamos de manera automática a formar parte de un conflicto que nos enfrenta indefectiblemente con aquel grupo del que se hace mención párrafos atrás. Ese pequeño pero poderosísimo lado que, siendo capaz de traicionar y desoír su propia naturaleza humana, decide priorizar una agenda del descarte y la deshumanización en pos de acrecentar sus bolsillos y el control de la población. No se trata de una simple disputa dialéctica, sino más bien de la batalla por un modelo; un modelo político, económico, social y cultural que, en uno de los dos casos, llega para destruir el estilo de vida que hoy conocemos, ese que nos ha llevado al punto más próspero de nuestra historia universal. Esta es una batalla que no elegimos comenzar pero sí librar; lo que la moviliza no es el odio a lo que tenemos en frente, sino el amor a lo que tenemos detrás (llámese Patria, Familia tradicional, Dios, las costumbres y valores nacionales y la posibilidad de elegir libremente nuestro proyecto de vida). Es por todo esto que restarle importancia a la cuestión en sí implica cuanto menos una irresponsabilidad por nuestra parte como miembros de la humanidad.

Saber identificar los dos lados de este abismo que los separa es también entender que no se trata de una mera “grieta” ideológica, mucho menos política y económica. Tampoco hablamos de Derecha versus Izquierda, ya que resultan insuficientes estos términos frente a la vastedad y complejidad del asunto. En la esfera nacional suele confundirse esta disyuntiva con el inútil bipolarismo “peronismo-radicalismo” y hasta con el iluso y más contemporáneo “kirchnerismo-macrismo”. La realidad es que, para aquellos que creemos en el sentido de trascendencia, lo que libramos es una batalla espiritual. Entendemos que la única forma de que esta guerra cobre significado es cuando se da en el ámbito mundano y en la dimensión espacio temporal que habitamos como seres corpóreos (el mundo de las cosas -Platón-). Por eso, nos limitamos a afirmar que la batalla es de orden cultural y por sobre todas las cosas moral. Lo que está en juego es el conjunto de elementos culturales que rigen la escala de valores de una sociedad.

Hay una manera, a criterio de quien escribe, de nuclear el conflicto entre estos dos bandos de forma clara y concisa, con el fin de sintetizar el asunto para una más fácil divulgación, sin caer en simplismos. Estos dos bandos están comprendidos en la siguiente antinomia: Globalismo versus Patriotismo, entendiendo al primer concepto como portador de las políticas mercantilistas que imponen sus intereses foráneos por sobre la voluntad de los pueblos nacionales, y al segundo como parte de la Resistencia contra esa piratería cada vez más poderosa. Nos referimos a ese “amor irracional por el lugar en que nací, donde nacen mis hijos y donde están enterrados mis padres” (Pablo Yurman). Ese conjunto de tradiciones, costumbres, distintivos y valores que nos envuelven en un sentimiento de enamoramiento y orgullo único, esa concepción de pertenecer a un lugar que nos convierte en propietarios de una porción de nuestro planeta y nos despierta ese fuego inapagable por defenderla que sólo puede avivar la pasión.

Un patriota es, sobre todo, alguien que ama. En este caso, el objeto de amor es la propia Patria. Por lo tanto, y en especial en estos tiempos en que peligran las instituciones que más dignidad han brindado al hombre, ser patriota es un acto de amor. Y ese acto se traduce en la procura y el trabajo para darle a ella el mayor bien posible. El patriotismo es una corriente que pone a la Patria por encima de cualquier otra cosa, porque la reconoce como pilar fundamental que sostiene el feliz modo de vida de sus habitantes.

Bajo el peso de estas palabras, o más bien enarbolados con la responsabilidad de la eterna vigilia de nuestro suelo, es que debemos encarnar nosotros mismos como argentinos enamorados de nuestra Bandera y sus colores la difícil pero sincera tarea de amar, como quien ama a su madre, y cuidar, como quien cuida a su hijo, esa Patria que ocupa gran (sino todo) espacio en nuestro corazón. Porque es sólo en un mundo de patriotas, que un Pueblo se empapa de Dignidad.

Referencias

Ágora. “El patriotismo en el Siglo XXl | Entrevista con Nahuel Sotelo”. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Fsp5oWEEiYY&ab_channel=%C3%81gora

GIUSTO VAUDAGNA, H. (2021). “El conservadurismo en 10 reflexiones”. 1ed. Córdoba, Argentina.

MÁRQUEZ, N.; LAJE, A. (2016). “El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural”. Grupo Unión. Buenos Aires, Argentina.

WILLIAMS, T. “Dignidad de la Persona. Fundamentos de los derechos del hombre y principios rectores del bien común”. Recuperado de https://es.catholic.net/op/articulos/44212/dignidad-de-la-persona#modal

YURMAN, P. “Mates con historia”. (https://www.youtube.com/channel/UCuFUpg1vPX8OsowYfVxF_hQ)