Un grupo de influencia extranjera vinculado al Partido Comunista Chino patrocinó una conferencia sobre el cambio climático que busca movilizar a los defensores de la juventud en EEUU, reveló el medio The National Pulse.
La entidad que patrocina la conferencia reciente, la Fundación de Intercambio China-EEUU (CUSEF), es parte del esfuerzo del «Frente Unido» de Pekín, que el gobierno de los EEUU identifica como que busca «cooptar y neutralizar las fuentes de posible oposición a las políticas y la autoridad de su gobernante Partido Comunista Chino ”e“ influenciar a gobiernos extranjeros para que tomen acciones o adopten posiciones de apoyo a Beijing”.
El sitio web de CUSEF señala que “patrocinó” el Diálogo Juvenil Chino -Americano sobre Cambio Climático, realizado en colaboración con dos escuelas: el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Tsinghua.
“Co-organizado por la Universidad de Tsinghua y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el Diálogo Juvenil Chino-Americano sobre el Cambio Climático (SAYD) se llevará a cabo el 8 de octubre, un mes antes de la COP26. El objetivo del evento es ofrecer una plataforma para que los jóvenes de China y EEUU presenten ideas y sugerencias para que la COP26 aborde el cambio climático y el desarrollo sostenible”, explica CUSEF antes de plantear las siguientes preguntas a los asistentes:
¿Qué deberían hacer los gobiernos para enfrentar la emergencia climática?
¿Cómo deberían las empresas desarrollar estrategias de sostenibilidad para lograr emisiones netas cero?
¿Cuáles son las acciones que podríamos hacer para reducir el desperdicio y las emisiones de gases?
La conferencia busca explícitamente movilizar a los activistas juveniles, ya que su tema es «hacer que los jóvenes en acción sean neutrales en carbono».
“A través de debates y el intercambio entre jóvenes delegados y expertos de campo, el foro espera llegar a un consenso sobre el tema y formar valiosas recomendaciones de políticas”, agrega el sitio web de la conferencia.
Entre los oradores del evento se encontraban el fundador de CUSEF, Tung Chee-hwa, funcionarios del Partido Comunista de China y presidentes tanto del MIT como de la Universidad de Tsinghua. La participación de la Universidad de Tsinghua en la conferencia también sigue a la escuela que supuestamente lanzó ciberataques contra el gobierno de EEUU y tuvo una «conexión clara» con el gobierno chino en cuestiones de tecnología y seguridad nacional, según el Departamento de Estado de EEUU.
La escuela es el alma máter del líder del régimen Xi Jinping y alberga una escuela de periodismo «marxista», que capacita a la próxima generación de propagandistas de los medios de comunicación estatales chinos con la ayuda del New York Times, CNN y otros.
“Debemos estar comprometidos con una orientación política firme y correcta. Nuestra escuela ha estado explorando activamente la teoría y las prácticas del periodismo marxista, es decir, aplicando la teoría marxista en la observación del mundo, seleccionando y manejando la producción de noticias”, dice la carta de presentación del decano.
La infiltración china en EEUU
La Fundación de Intercambio China-EEUU (CUSEF), ha comenzado hace algunos años una campaña dentro de los EEUU con el objetivo de penetrar en el sistema educativo escolar a fin de poder influir en los materiales y planes de estudio, buscando imponer su propaganda comunista en diversos aspectos de la educación primaria y secundaria.
Interviniendo en la educación temprana de nuestros niños y jóvenes estadounidenses, rompiendo con estructuras básicas de educación e imponiendo nuevas narrativas amigables hacia los valores del Partido Comunista Chino, revisionismos históricos con tendencias izquierdistas y fomentando el desprecio hacia las instituciones y culturas tradicionales y espirituales.
Según informó la revista The National Pulse, la organización CUSEF ha implementado muchos esfuerzos para lograr una cobertura favorable de su accionar por parte de los medios de comunicación occidentales más importantes así como con representantes del Congreso. Los esfuerzos incluyeron grandes cenas privadas e importantes viajes a periodistas y políticos.