El informe concluyó que beber agua con más de 1,5 miligramos de flúor por litro está asociado con un coeficiente intelectual más bajo en los niños. Ese límite está por encima del nivel de fluoración recomendado en 0,7 miligramos por litro de agua por los funcionarios de salud federales desde 2015. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un límite seguro para el flúor en el agua potable en 1,5, según el medio AP.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, el flúor reemplaza los minerales que se pierden naturalmente en los dientes, fortaleciendo así los dientes y reduciendo el riesgo de caries. La AP señaló que agregar niveles bajos de flúor al agua potable se ha promocionado como un logro importante de salud pública, aunque ha tenido críticos.
Ashley Malin, investigadora de la Universidad de Florida que ha estudiado los niveles elevados de flúor en mujeres embarazadas, dijo a la AP que el informe del Programa Nacional de Toxicología «es crucial para nuestra comprensión» de los riesgos de los niveles elevados de flúor.
AP escribió que el informe decía que aproximadamente el 0,6% de la población de EEUU utiliza actualmente sistemas de agua que naturalmente tienen niveles de flúor de 1,5 miligramos o más.
«Los hallazgos de este informe plantean preguntas sobre cómo se puede proteger a estas personas y qué es lo que tiene más sentido», dijo Malin, según AP.
Sin embargo, la Asociación Dental Americana (ADA), una firme defensora de la fluoración del agua, ha criticado estudios anteriores que vinculan el flúor con efectos neurológicos. Según la AP, la organización está revisando actualmente los hallazgos del Programa Nacional de Toxicología.
El papel del flúor en la salud dental ha sido ampliamente aceptado desde mediados del siglo XX, siendo Grand Rapids, Michigan, la primera ciudad de EEUU en añadir flúor al agua del grifo en 1945. Además, los funcionarios federales aprobaron la fluoración del agua para prevenir la caries dental en 1950 y continuaron promoviéndola incluso después de que las marcas de pasta dental con flúor llegaran al mercado varios años después, informó AP.
Hoy en día, el agua potable sigue siendo la principal fuente de exposición al fluoruro para la mayoría de los estadounidenses, según los investigadores.
Sin embargo, en 2015, los funcionarios de salud revisaron sus recomendaciones de flúor, reduciendo los niveles en el agua potable para abordar la fluorosis, una afección que causa decoloración de los dientes y que se había vuelto cada vez más común entre los niños de los EEUU.
Mientras tanto, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha mantenido una norma estricta, limitando los niveles de flúor en los sistemas públicos de agua a no más de 4 miligramos por litro. Esta regulación tiene como objetivo prevenir la fluorosis ósea, una enfermedad debilitante que se caracteriza por el debilitamiento de los huesos, la rigidez y el dolor.