Los vehículos eléctricos parecen ser la gran fantasía de aquellos pequeños burgueses que anhelan vivir en un mundo donde la naturaleza se sirva del hombre; lo real es que el impacto ambiental de las baterías de iones de litio en los vehículos eléctricos a menudo supera los beneficios de renunciar a los combustibles fósiles.
La transición de los vehículos convencionales a la industria automotriz eléctrica encuentra un impulso, mediante la coacción, por parte de numerosos estados, la gran mayoría asentados en EEUU. Los vehículos eléctricos son la supuesta tecnología de “cero emisiones” más avanzada del mercado. Ejemplo de esta moda se ve en los californianos que compran alrededor del 50% de los vehículos eléctricos vendidos en EEUU y donde Tesla representa el 75% de esas ventas.
Aquí unos datos para ver la realidad oculta tomados de The American Conservative:
1- Las baterías más comunes están compuestas de litio, cobalto, níquel y manganeso. La minería de cobalto y litio está implicada en abusos contra los derechos humanos, trabajo infantil, destrucción de ecosistemas y contaminación en el Congo, América del Sur y China.
2- La minería de litio en Chile, Argentina y Bolivia es intensiva en recursos y energía (una tonelada de litio requiere 500.000 galones de agua) y también está plagada de devastación social y ambiental. Sin embargo, los agricultores locales (obligados a importar agua de otras áreas), las comunidades indígenas, la vida silvestre y la vegetación regionales y la calidad del suelo, el aire y el agua, son sacrificados en el altar de la tecnología “verde”.
3- En 2016, las investigaciones de Amnistía Internacional y el Washington Post revelaron que entre100000 y 150000 mineros en el Congo, incluidos 40 000 niños (algunos de tan solo 6 años), utilizan sus manos y herramientas básicas para excavar cientos de metros bajo tierra en busca de rocas ricas en cobalto, lo que conlleva que a falta de seguridad, las muertes, las lesiones, las enfermedades respiratorias y los defectos de nacimiento causados por la exposición a altos niveles de toxicidad son comunes.
4- Un informe de la organización sin fines de lucro del Reino Unido “Rights and Accountability in Development” (RAID) detalla el racismo diario, la violencia física y el abuso verbal que sufren los mineros congoleños que trabajan para empresas y subcontratistas de propiedad china.
5- El litio es tóxico, inflamable y altamente reactivo, lo que crea desafíos para su eliminación segura. Las baterías agotadas de los vehículos eléctricos no se pueden tirar a vertederos comunes, como tampoco están diseñadas para ser recicladas. En la actualidad, se recicla menos del 5% de las baterías de iones de litio; en comparación, se recicla el 100 por ciento del plomo de las baterías de plomo-ácido para automóviles. Esto expone cómo los ecologistas que atacan los vehículos convencionales no generan ni por asomo una alternativa superadora con sus “autos eléctricos Eco-Friendly”.
6- Las empresas chinas (encabezadas por CATL) dominan la producción mundial de baterías para vehículos eléctricos; el dato es que las fábricas chinas funcionan con energía a base de carbón mientras se le dice a Occidente cómo deben plegar sus agendas al ecologismo de cara al 2030.
7- China es el mayor productor de carbón y el mayor consumidor de electricidad derivada del carbón; se queman 4.400 millones de toneladas de carbón al año. El Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) confirma la enorme huella de carbono de los vehículos eléctricos. Una extensa revisión de la literatura publicada por ICCT en 2018 encontró que la fabricación de vehículos eléctricos utiliza más energía y produce más emisiones de carbono que la fabricación de vehículos con motor de combustión interna.
8- Los vehículos eléctricos funcionan con electricidad que se produce y distribuye predominantemente con combustibles fósiles. Un estudio de la Iniciativa de Energía del MIT de 2019 reconoció que un vehículo eléctrico que funcione con electricidad puede generar huellas de carbono mayores que un vehículo convencional.
9- Alrededor del 61% de la electricidad de EEUU es generada por combustibles fósiles, el 19% por energía nuclear, el 12% por energía eólica y solar, y el resto por energía hidroeléctrica, biomasa y fuentes geotérmicas. Teniendo en cuenta la producción y el abastecimiento para las baterías de los vehículos eléctricos, el ecologista Bjørn Lomborg sostuvo: “Durante sus primeros 60.000 kilómetros, un coche eléctrico de largo alcance emitirá más dióxido de carbono que un coche de gasolina”.
10- El precio promedio de un vehículo eléctrico es de U$D 56,437 (Kelley Blue Book – 2021), equivalente a un automóvil convencional de lujo (Mercedes-Benz Clase C, BMW Serie 3 o Jaguar XE). A su vez, las estaciones públicas de carga de vehículos eléctricos imponen tarifas por kilovatio-hora (kWh) que de 2 o 3 veces mayores que los costos de energía eléctrica residencial, para peor, a diferencia de las gasolineras, estas no son omnipresentes.
11- Los cargadores de nivel 1 son insuficientes para viajes largos. La instalación de un cargador de nivel 2 para dos automóviles con un tomacorriente de 240 voltios (requiere una renovación del panel de circuitos en el hogar) cuesta en promedio entre U$D 2370 y U$D 6700. Un análisis de 2021 realizado por Anderson Economic Group comparó el costo de alimentar vehículos eléctricos y vehículos ICE en los segmentos de nivel de entrada, de precio medio y de lujo; los autores encontraron que «los vehículos eléctricos a menudo cuestan más combustible que los vehículos ICE [motor de combustión interna] similares».
12- Un artículo de Nature Energy (2021- Universidad de California) mostró que el 18% de los propietarios de vehículos eléctricos, más el 20% de los propietarios de vehículos eléctricos híbridos, cambiaron a vehículos ICE en gran parte debido al alto costo y la inaccesibilidad de la carga. Más del 70% de los que reemplazaron sus vehículos eléctricos por vehículos convencionales no tenían cargadores de Nivel 2 en casa.
13- Entre 2018 y 2022, el gobierno de EEUU otorgó U$D 7.500 millones en créditos fiscales a los compradores de vehículos eléctricos, la mitad de los cuales fueron reclamados por corporaciones. Según el Servicio de Investigación del Congreso, el 78% de los estadounidenses que reclamaron el crédito fiscal federal para vehículos eléctricos ganaban U$D100,000 o más, mientras que el 7% tenía un ingreso de más de $1 millón. Al obligar a los trabajadores y las familias de clase media a financiar los vehículos de los ricos, esta política de promoción de vehículos eléctricos profundiza la desigualdad socioeconómica.
14- Promover los vehículos eléctricos mediante la prohibición de los vehículos con motor de combustión interna, la principal tecnología de transporte, perjudicará directa e indirectamente a los a la clase media y personas de bajos ingresos.
15- En 2018, el Departamento de Energía de EEUU examinó cómo la adopción masiva de vehículos eléctricos afectaría la demanda de electricidad. El informe predice que el consumo de electricidad de EEUU aumentará entre un 20 % y un 38 %, respectivamente, en los escenarios de adopción media y alta para el año 2050. Las redes eléctricas pueden sostener aumentos tan sustanciales en la demanda sólo si la electricidad es producida por fuentes de energía confiables (convencionales); no es así si sucede lo ya expuesto en Texas donde las fuentes intermitentes como la eólica y la solar hacen colapsar el sistema.
16- Al igual que los combustibles fósiles, la energía nuclear es confiable, abundante, económica, escalable y no contiene carbono. No hay camino hacia una red eléctrica estable y “descarbonizada” sin energía nuclear, pero los ecologistas contantemente accionan políticamente para impedir su implementación.
17- El dominio de China en la industria los flujos comerciales de materias primas consolida un mercado global de un nuevo orden a base de contaminación y esclavitud.