Support After Abortion, una organización de educación e investigación sobre la sanación posterior al aborto, descubrió que el 71% de los hombres sufrieron problemas después del aborto, incluido casi un tercio de los hombres que se identifican como «proaborto», y que el 82% de los hombres no sabían dónde encontrar ayuda.
Esta investigación es la última en mostrar que, al igual que las mujeres (más información en supportafterabortion.com), muchos hombres necesitan ayuda después de un aborto. En Psychology Today, la Dra. Mary C. Lamia observa que “el duelo posterior al aborto a menudo se guarda en silencio como resultado de emociones contradictorias”. A pesar de sentir un alivio limitado, «la investigación cualitativa ha demostrado que [los hombres] experimentan un dolor intenso por la pérdida de un hijo y la paternidad, incluso después de muchos años después del aborto» (fuente de psychologytoday.com).
El aborto puede causar profundos problemas a los hombres durante años, independientemente de su participación en la decisión del aborto. Sin embargo, la cultura hegmemónica les dice a los hombres que su voz no importa.
Como cualquier problema de salud mental, el sufrimiento posterior al aborto tiene profundos efectos negativos. Guttmacher (institución abortista a nivel global) informó hace 18 años que las finanzas y las relaciones son las razones por las que la gran mayoría de las mujeres abortan. Se sabe que las personas que sufren traumas a menudo se involucran en relaciones poco saludables y decisiones dañinas en esas uniones, las cuales pueden conducir a embarazos no planificados en circunstancias difíciles, lo que a menudo es el catalizador del aborto.
En el otro lado de la moneda, los hombres y mujeres emocional y psicológicamente saludables tienden a tomar decisiones financieras y de relaciones más sanas. A menudo trabajan juntos cuando enfrentan desafíos porque son socios saludables e iguales. La investigación de Guttmacher indica claramente que cuando los hombres y las mujeres trabajan juntos se establece un proyecto sólido de vida que es armonioso para cada uno.
Greg Mayo, autor y colaborador de “Support After Abortion” analiza sus datos en el contexto del desprecio cultural de los Estados Unidos hacia los roles de los hombres durante y después de los abortos; este señor experimentó un dolor intenso después de perder dos hijos a causa del aborto cuando era joven. Mayo ha hablado públicamente sobre cómo le llevó hasta casi los 40 años aceptar a sus hijos perdidos y los sentimientos relacionados de arrepentimiento, impotencia y miedo.
El sufrimiento de los hombres después del aborto es un problema que los cristianos deben abordar con cuidado y sensibilidad. Sin embargo, solo el 7% de los hombres que respondieron a la encuesta dijeron que acudirían a un miembro del clero en busca de ayuda, aunque el 40% dijo que preferiría un programa de sanación religiosa; ello según las fuentes citadas en la obra de Mayo.
Esto plantea un desafío y una oportunidad para la Fe. Las expresiones religiosas a menudo se enmarcan y se perciben como críticas por oponerse al aborto tal como lo expresa la Verdad revelada, pero tienen mucho que ofrecer a las mujeres y los hombres que sufren después del aborto. Muchos críticos de la iglesia piensan que todo se trata de que «el aborto es un asesinato» en el altar, pero existen recursos comunitarios como dirección espiritual, reuniones sociales después de la iglesia y, en la fe católica romana, el sacramento de la confesión. Las pruebas de programas de consejería de duelo y grupos de apoyo diseñados específicamente para hombres podrían ser un salvavidas vital para los que hasta ahora han sufrido en silencio. Ejemplo de ello es Support After Abortion que está liderando esto con un programa piloto en Venice, Florida, con el apoyo del obispo Frank J. Dewane, miembro del Secretariado Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU.
Quizás sea momento que en toda América se trabaje sobre este gran mal que también daña a los hombres.