Catholic News Agency y FSSPX.Actualités informan lo siguiente:
«En Brasil, el aborto ha sido incluido en la campaña electoral desde que el expresidente, nuevamente candidato a pesar de las numerosas acusaciones de corrupción vertidas en su contra, se pronunció a favor de la legalización del aborto.
Excepciones contra las que lucha la derecha religiosa. Desde agosto de 2020, la regulación sobre el aborto se ha endurecido incluso en casos de embarazos forzados por violencia.
Actualmente, para que se practique un aborto, se debe haber presentado previamente una denuncia ante la policía, describiendo detalladamente las circunstancias de la supuesta violencia; en cuanto al personal médico, están obligados a ofrecer a la mujer ver el embrión o el feto por ecografía.
Aunque solo sea apoyada por el 17% de la población brasileña, la legalización del aborto se ha convertido en un tema social, a poco más de seis meses de las elecciones generales que se realizarán en el país el 2 de octubre de 2022, elecciones al término de las cuales será elegido el nuevo presidente, así como los miembros del Congreso.
El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, apoyado por la izquierda, es candidato para suceder a Jair Bolsonaro, y ha hecho de la legalización del aborto uno de sus caballos de batalla: «Yo, Lula, padre de cinco hijos, estoy en contra del aborto y siempre lo he estado a título privado. Pero, como jefe de Estado, tendré que tratar el tema como un problema de salud pública. (…)
«Mucha gente afirma estar en contra del aborto, pero van a otros países para realizarlo discretamente, mientras que, al mismo tiempo, las mujeres mueren en las calles», dijo el 24 de marzo pasado, y agregó, para no dejar dudas, que «corresponde al Estado dar a estas mujeres el derecho a un tratamiento médico digno».
Estas declaraciones hicieron reaccionar al arzobispo de Sao Paulo, que calificó de «lamentable» la entrevista del expresidente brasileño y recordó que «el aborto, ya sea practicado en la clandestinidad o con la bendición del Estado, siempre equivale a causar la pérdida de vidas humanas».
Una posición que contrasta con el silencio del episcopado, ya que la agencia católica de noticias ACI, después de haber pedido a la Conferencia Episcopal de Brasil su reacción oficial a las declaraciones de Luiz Lula, recibió como respuesta que el episcopado no tiene la «costumbre de comentar los discursos de los candidatos».
Una encuesta reciente en el país estima que Luiz Lula, apoyado por el Partido de los Trabajadores, estaría actualmente a la cabeza de las intenciones de voto, con un 43% de opinión favorable, seguido a cierta distancia por Jair Bolsonaro, que solo tendría el 29% de los votos si la encuesta se realizara hoy: toda una proeza para el expresidente, que logró dejar en el olvido las numerosas acusaciones de corrupción y lavado de dinero que ocuparon los titulares de los medios hace unos años.
Los próximos meses dirán si los brasileños logran despertar de su amnesia, para defender uno de los derechos naturales más elementales, el de la vida, en uno de los países donde el catolicismo está más arraigado en el mundo.»