El aborto legal empodera a proxenetas y abusadores

La industria del aborto no sólo se beneficia de la muerte de bebés en el útero, sino también de la explotación y el abuso sexual de mujeres y niñas. Un escrito del “amicus curiae” (supremecourt.gov) en el reciente caso “Dobbs v. Jackson” de la Corte Suprema de EE. UU. señaló que “El aborto es amado por los traficantes y depredadores sexuales, por los hombres irresponsables, por los empleadores sin corazón, por los padres que anteponen su propia reputación a los deseos de sus hijas y las vidas de sus nietos, y por los planificadores de población eugenésicos y racistas. Para las mujeres y niñas embarazadas, al menos en estos contextos, el aborto es una pesadilla, no una bendición”.
“Family Planning & Abortion Clinics Industry in the US” es un informe que se sugiere leer para analizar cómo los ingresos de la industria del aborto “han aumentado a una tasa anualizada del 2,0% a U$D 3,700 millones durante los cinco años hasta 2022” y se han convertido en un mercado de U$D4,000 millones. Los gigantes del aborto ayudan a mantener viva otra industria lucrativa e ilícita: el tráfico sexual. Con más de 40,3 millones de víctimas en todo el mundo, la trata de personas es un gran negocio con un valor de al menos $150 mil millones que sigue creciendo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito reconoció recientemente que la pandemia hizo que el tráfico sea “aún más difícil de detectar” y ha dejado a las “víctimas luchando por obtener ayuda y acceso a la justicia”.
Esta explotación se ve favorecido por las prácticas utilizadas en la industria del aborto para acabar con vidas en el útero sin ser detectadas. Cuando las mujeres y niñas víctimas de la trata quedan embarazadas, pierden su comercialización y se convierten en pasivos para sus proxenetas. Cuando las mujeres y niñas abusadas quedan embarazadas, podrían exponer a sus abusadores a investigaciones y enjuiciamientos.

Durante décadas, las organizaciones y los activistas ProVida han indagado sobre el rol de las empresas como Planned Parenthood en la exacerbación del tráfico de mujeres, explotación y abuso sexual. Después de todo, las investigaciones han arrojado pruebas que muestran que Planned Parenthood es conocida por permitir a los abusadores encubrir el abuso infantil y el tráfico de niños con fines de lucro.
Los activistas del aborto e incluso Planned Parenthood han descartado repetidamente estas preocupaciones como «afirmaciones peligrosas», pero las estadísticas muestran todo lo contrario. Un estudio de 2014 de Health Policy and Law Review de la Universidad Loyola de Chicago encontró que más de la mitad (55%), de las 67 víctimas de trata encuestadas tuvieron al menos un aborto (presuntamente a la fuerza) mientras eran vendidas para actividades sexuales. Al menos el 30% dijo que había tenido abortos múltiples. El estudio encontró que hubo 114 abortos en total entre las 67 víctimas. Los investigadores señalaron que “la mayoría de los sobrevivientes buscaron atención médica en algún momento durante el tiempo en que fueron víctimas de la trata”. Casi el 30% de esas víctimas fueron a Planned Parenthood, que aparentemente no detectó señales de abuso ni nada que pareciera mostrar señales de haber sido durante años víctimas de la trata de personas.
Sin embargo, Planned Parenthood todavía ofrece felizmente sus servicios a niñas menores de 18 años en Alaska, California, Connecticut, Washington DC, Hawái, Maine, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Oregón, Vermont y Washington sin hacer pregunta o indagación alguna. Planned Parenthood trabaja en los estados que no requieren el consentimiento de los padres para que las menores aborten y alienta a las niñas a presentarse de manera espontánea en sus filiales. De manera similar, la Casa Blanca recomienda a las adolescentes ocultar sus embarazos, que probablemente sean el resultado de alguna forma de abuso sexual según las leyes estatales de consentimiento, de sus padres para así decidir libremente.

Planned Parenthood se fundó con netos fines eugenésicos dando muestras de su inmoralidad desde el inicio. Planned Parenthood recientemente intentó repudiar a su fundadora Margaret Sanger y su pasado racista, pero eso no les ha impedido sacar provecho del sistema sanguinario que ella creó, un sistema que afecta deliberada y desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables.

El sitio “humantraffickinghotline.org” bien expone que, si bien la explotación sexual se encuentra en todos los estados, sexos, razas y grupos de edad, afecta de manera desproporcionada a los «jóvenes fugitivos y sin hogar», aquellos con pasados ​​traumáticos y cargados de abuso, y personas con dificultades financieras. Esos son los mismos tipos de jóvenes a los que Planned Parenthood se dirige con su propaganda sobre el aborto y, de hecho, lo expone abiertamente al beneficiarse de ello. Se sabe que Planned Parenthood realiza abortos en víctimas de trata y abuso; los intentos incesantes de Planned Parenthood de solidificar los abortos sin preguntas como una práctica normalizada abren un negocio redituable para que los traficantes continúen con sus delitos.

La “trata de personas” utiliza los abortos procurados para seguir explotando sexualmente a las víctimas y reforzar la idea de que las mujeres son mercancías que pierden su valor cuando no están “trabajando” por estar teniendo hijos.

Esa narrativa también está presente en algunos de los lugares de trabajo más grandes de Estados Unidos. Poco después de que la Corte Suprema de EE. UU. anulara Roe v. Wade, algunas de las compañías más grandes del país ofrecieron subsidiar los abortos para que sus empleadas siguieran sin hijos. Para Bank of America, BlackRock, Dick’s Sporting Goods, Disney, Goldman Sachs, H&M, Macy’s, Nike, Nordstrom y Snap, es más fácil pagar para acabar con vidas en el útero que ofrecer apoyo a las madres y los niños después del nacimiento.