Según el Journal, el esfuerzo de sanción está impulsado por preocupaciones sobre el comercio entre China y Rusia, que EEUU cree que ha ayudado a Moscú a reconstruir su ejército y lo ha colocado en una posición fuerte para librar una larga guerra de desgaste con Ucrania.
Si bien China no ha vendido armas a Rusia desde que Rusia invadió Ucrania, Washington cree que la venta de artículos de doble uso como chips, circuitos, máquinas y herramientas (que tienen usos civiles y militares) ha ayudado a apuntalar la industria armamentística de Rusia.
Citando a funcionarios estadounidenses anónimos, el informe agrega que el proyecto de sanciones, que amenaza con excluir a los bancos afectados del sistema financiero global, es una “opción de escalada” que se utilizará sólo si fracasan los esfuerzos diplomáticos para resolver el problema.
Si se implementan las sanciones, las consecuencias podrían ser graves, ya que impedirían que las instituciones financieras objetivo accedan al dólar estadounidense y se considera una medida extrema, lo que afectaría su capacidad para llevar a cabo el comercio global y potencialmente llevaría a que estos bancos quiebren y sus clientes se vean afectados.
Las sanciones también amenazarían la lenta recuperación económica pospandémica de China y su creciente deuda.
Durante su visita a Beijing a principios de este mes, la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que EEUU estaba preocupado por el papel que están desempeñando las empresas de China en las adquisiciones militares de Rusia. Y añadió: «Cualquier banco que facilite transacciones importantes que canalicen bienes militares o de doble uso hacia la base industrial de defensa de Rusia se expone al riesgo de sanciones de EEUU».