Luego de haber publicado mi libro «Trump contra el globalismo» tomo I, me es frecuente aún hoy escuchar a trasnochados conspiranoicos decirme: «Trump forma parte de la elite globalista», «Trump es un títere de Davos», «Trump es disidencia controlada», «sirve a los amos del mundo», «Trump es un globalista, pues vi una foto que estrecha la mano de Klaus Schwab el presidente del Foro Económico Mundial de Davos». Escucho y leo aún esos bulos y creencias infundadas. ´Lee mi libro, investiga, profundiza´ respondo. Pero no, es más fácil ver una foto y sacar conclusiones erróneas, que leer 1000 páginas con más de 500 referencias para forjar una idea nítida y real del asunto.
En eso estamos, la ley del mínimo esfuerzo en épocas de ultra-distracciones y cero atención. Que lleva a mantener a millones de personas en un nivel informativo absolutamente superficial y manipulado por intereses corporativos. La prensa masiva audiovisual obtiene más poder con ello, llevando estrategias de desinformación a todo nivel, incluyendo redes sociales. El Big Media y el Big Tech comercian con conciencias y detentan de un poder incalculable.
Esta clase de sentencias falsas, y simplistas, no resisten el menor análisis de quienes hace años investigamos en profundidad estos temas, aplicando una perspectiva amplia, metódica y realista.
Hace 20 años que analistas como yo somos antiglobalistas, mucho antes que el término «se pusiera de moda». Y conocemos muy bien conceptos del ámbito de la Inteligencia como «infiltración», «infiltración cognitiva», «disidencia controlada«, «psyop»; cosa que los novatos conspiranoicos que dicen que Trump es globalista, deben haber aprendido hace solo meses a través de Twitter, Instagram o un video de YouTube de su influencer favorito.
Leer libros, investigar y pensar por sí mismo no. Eso no, es mucho esfuerzo para la generación de cristal ultrasuperficial, el homo videns al descubierto. Nunca más oportunas las palabras de Giovanni Sartori,“El homo sapiens, producto de la cultura escrita se está transformando en homo videns, para el cual la palabra ha sido destronada por la imágen. La primacía de lo visible sobre lo inteligible, lleva a un ser sin entendimiento, que ha acabado con el pensamiento abstracto”. Y afirma, que a finales del siglo XX el homo sapiens ha entrado en crisis, una crisis de pérdida de conocimiento y de capacidad de saber.
¿QUE ES VERDADERO Y QUE ES FALSO?
Es cierto que Trump fue a Davos y estrechó las manos del fundador del Foro Económico Mundial Klaus Schwab en el 2018. Sin embargo una foto descontextualizada puede engañar a muchos.
La política de las grandes ligas, es un juego de poder que no muchos comprenden. Esto implica a veces estrechar las manos de tu peor enemigo si es necesario, sin que esto signifique subordinarse ni traicionar las propias convicciones.
A pesar del mérito retórico de Donald en la batalla por las ideas, hay quienes miraron con suspicacia su asistencia al Foro de Davos. ¿Cómo era posible que el presidente antiglobalista fuera a la reunión mundial de globalistas?
Sin mucho análisis de por medio, su asistencia al Foro fue considerada subordinación y complicidad con la elite global.
La falta de profundidad informativa impidió completar el cuadro, ya que un mínimo de esfuerzo intelectual hubiese llenado el vacío de la ignorancia y el pre-concepto.
Veamos a continuación algunos aspectos a tener en cuenta.
1-Donald Trump fue quien -desde un principio- puso en el centro del discurso de la nueva derecha, la lucha contra el globalismo. La palabra «globalista» era casi desconocida para el público en general y había sido olvidada por décadas en las discusiones políticas de las grandes ligas. Fue él quien puso el tópico de importancia suprema en la boca de todos. Y opuso al globalismo la doctrina del patriotismo.
2-Mucho se había especulado acerca del discurso que daría el presidente Donald Trump en Davos. ¿Haría concesiones?, ¿cambiaría su discurso patriótico hacia uno cosmopolita?, ¿diría algo favorable sobre el libre comercio y los tratados multilaterales?.
3-El periodista Joe Kernen de la globalista CNBC fue directo al hueso de la contradicción intentado sorprender a Trump frente a sus electores. Le preguntó: “Esta usted rodeado de elitistas y globalistas, ¿qué les va a decir?”. Trump respondió de inmediato: «No he venido a Davos a hablar con élites ni globalistas. He venido a explicar el éxito económico espectacular de mi política de desregularización y rebajas históricas de impuestos que están favoreciendo a todo el mundo, y no solo a EEUU, y, como consecuencia, decirles a los grandes inversores mundiales que su mejor opción es América”.
“No he venido a Davos a encontrarme con elitistas ni globalistas, he venido a explicar a un montón de personas que tienen montones de dinero que lo inviertan en EEUU, porque es lo mejor para sus negocios”. “Muchas empresas están viniendo ya, por no hablar de otras como Apple, que va a repatriar 350.000 millones de dólares. Me encanta lo global, pero también mi patria, y es mi deber preocuparme por ella”. “Y no hablo de que exclusivamente hemos gastado siete trillones de dólares en Oriente Medio, ¡siete trillones!, y seguimos ahí. Hemos acabado con el ISIS. Hemos hecho un buen trabajo”.
“Nuestras rebajas de impuestos están teniendo consecuencias mucho mejores que las esperadas. Ninguno habría pensado en lo que hizo AT&T y que ha sido seguido inmediatamente por muchos otros. Cientos de empresas están dando miles y miles de dólares a sus trabajadores como consecuencia de la rebaja de impuestos y subiendo los salarios. Hay ya casi tres millones de trabajadores que se han beneficiado, las últimas [en hacerlo], Starbucks y Disney. Ya ahora los que no lo han recibido se preguntarán, ¿y qué pasa con nosotros? Al final lo harán todos, y eso es grandioso para la clase trabajadora”. “Me he reunido aquí con grandes empresarios americanos que apoyaron decididamente a mi oponente [Hillary], y se lo he dicho muy claro. La bolsa ha subido un 50% desde que fui elegido y os habéis beneficiado espectacularmente, ¿qué hubiera ocurrido de haber ganado los demócratas? Hubierais perdido un 50%, era hacia donde iban”. Nadie dijo ni pío.
4-El discurso proteccionista y sus declaraciones polémicas no gustan en un ultraliberal Davos, donde muchos de los seminarios están dedicados a explicar los beneficios del libre comercio y la globalización. Según William Allein Reinsch, del Center for International and Security Studies ´no es un público especialmente bien predispuesto´ al proteccionismo de Trump, ‘se mete en la boca del lobo es una buena metáfora’.
Con una capacidad asombrosa para esquivar chicanas y burlar a sus rivales retóricos, Trump se mostró a favor del libre comercio siempre que éste sea “justo y recíproco” (quienes sabemos economía a nivel universitario, tenemos claro que ni la justicia, ni la reciprocidad son consideradas variables económicas para los ultra liberales dogmáticos, es decir burló a las mayorías que tocan de oído), “los EEUU están dispuestos a negociar acuerdos bilaterales mutuamente beneficiosos con todos los países”, “hemos cerrado ya acuerdos con 11 países, y estamos dispuestos a negociar con el resto, bien individualmente o tal vez como grupo, siempre que sea del interés de todos”.
No dijo que días antes había establecido aranceles a países competidores, ni que había dado de baja el tratado de libre comercio TTP. No habló de su amor por los aranceles. Habló con palabras que gustan a ultraliberales, habló de nuevos tratados de comercio bilaterales (que no es una contradicción con su política económica neomercantilista y antiliberal, Trump se opuso a tratados de libre comercio internacionales de varios países simultáneamente, puesto que los mismos eran beneficiosos para las elites y perjudiciales para el pueblo, según acusó en otros discursos).
Habló de desregulaciones. Habló de rebajas impositivas corporativas. Rebajó impuestos a grandes empresas que quisieran volver a los EEUU, y bajó impuestos a la clase media trabajadora. Habló de crecimiento de la bolsa de valores. Y el progreso económico en todos los órdenes. Trump fue a Davos a seducir inversores y a vender su propia agenda, no a subordinarse a los pies de Klaus Schwab.
5- El broche de oro, Trump no se arrodillo frente a globalistas, uso el Foro como tribuna de propaganda para defender principalmente su patriótico America First (Estados Unidos Primero). Los estadounidenses lo eligieron para eso, no para mantener déficits comerciales escandalosos en nombre de tratados de libre comercio en bloque, que provocaron la deslocalización industrial, el desempleo, el precariado y el enriquecimiento de las elites globales.
6-En el 2019 se celebró otro encuentro anual en Davos, el tema era «Globalización 4.0», ni Trump, ni ningún representante asistió a ese encuentro. Ese año el Foro colocó en su diagrama de inteligencia en su propio sitio web, a Estados Unidos como un adversario del globalismo y la agenda de Davos.
7-En la reunión de DAVOS 2020 fue invitado nuevamente, en el tomo II de mi libro «Trump contra el globalismo» (aun inédito) abordo y analizo su asistencia. El tema principal del encuentro era el «Cambio climático». Allí fue la famosa niña sonriente la «ecologista» Greta Thunberg. Lejos de aceptar los tópicos del Foro, Trump llamó a luchar contra los «profetas de la fatalidad climática«, comparando a los ecoalarmistas con herederos de los «tontos adivinos del pasado«. «Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas». Pidió un rechazo de las «predicciones del apocalipsis«. Es decir un discurso a contramano del Foro globalista, ¡en su cara!. Ese mismo año, su archi-enemigo ultra-liberal George Soros prometió en el mismo Davos invertir mil millones contra los «nacionalismos», prometiendo que Trump perdería las elecciones. No está de más recordar que apenas asumió la presidencia Donald retiró a los Estados Unidos de los «Acuerdo de París contra el cambio climático».
CONCLUSIÓN
Es falso que Trump es un títere del Foro Económico Mundial y Klaus Schwab.
Una foto no prueba subordinación ni claudicación a la elite globalista, ni traición a su base de electores.
En Davos 2018 defendió su patriótica política America primero. Utilizando el foro como plataforma de propaganda política propia (antiglobalista). Todas las políticas de Trump contradicen la Agenda 2030.
En Davos 2020 llamó a luchar contra los fatalistas climáticos, cuando el tema principal era agitar el fatalismo y el alarmismo climático.
Sin dudas la presencia de Trump en el Foro de Davos debe haber sido más que incomoda y políticamente incorrecta. Tan incorrecta como la afirmación de que Trump es globalista o títere de Davos solo por una ridícula foto.