Djokovic compra el 80% de la empresa de biotecnología danesa QuantBioRes, que busca cura para COVID-19

Novak Djokovic compró el 80% de la firma de biotecnología danesa QuantBioRes, con el objetivo de desarrollar un tratamiento médico contra el COVID-19, dijo a Reuters el director ejecutivo de la compañía.

El CEO de la compañía lo confirmó en diálogo con Reuters, Ivan Loncarevic, quien aseguró que la inversión se realizó en junio de 2020, pero se negó a decir cuánto fue el monto. dijo que la compañía tenía alrededor de una docena de investigadores trabajando en Dinamarca, Australia y Eslovenia. Según el registro de empresas danés, Djokovic y su esposa Jelena poseen el 40,8% y el 39,2% de la empresa, respectivamente.

Djokovic ahora corre el riesgo de quedarse fuera del tenis, con reglas sobre los viajeros que no están vacunados endureciéndose en el tercer año de la pandemia y algunos torneos reconsiderando las exenciones.

La próxima participación de Djokovic debería ser en Roland Garros, torneo que inicia el 22 de mayo, pero el Gobierno de Francia avisó que todos los competidores deberán contar con una vacunación completa contra el COVID-19.

La rectificación llegó de la mano de la ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, en la noche del domingo al lunes (17/01/2022), horas después de que el Parlamento adoptara definitivamente el proyecto de ley que impondrá un certificado de vacunación para muchas actividades de la vida social, lo que incluye asistir a espectáculos deportivos.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, Maracineanu constató que se ha adoptado ese certificado sanitario, de forma que «desde que se promulgue la ley, será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros».

La responsable francesa de Deportes argumentó anteriormente que Francia aplicaría una excepción a la obligación del certificado de vacunación a los deportistas en las competiciones internacionales, de forma que no se les aplicaría la nueva normativa francesa y podrían competir incluso sin estar inmunizados.

Lo justificó con el argumento de que en las competiciones internacionales rigen los «protocolos obligatorios impuestos por las federaciones» que, según dio a entender, estarían por encima de la normativa francesa.

Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre en Australia, para entrar en Francia no hay que tener la pauta completa de vacunación imperativamente. Se puede llegar al país con un pasaporte sanitario que pruebe disponer de un test negativo en su lugar.

No obstante, el proyecto de ley sobre el certificado de vacunación que debe entrar en vigor a finales de esta semana (está todavía pendiente de un recurso ante el Consejo Constitucional) va a imponerlo para tomar algo en un bar o en un restaurante, para ir al cine, a un espectáculo o a un estadio, pero también para utilizar los transportes públicos de larga distancia (autobuses, trenes, aviones o barcos).