Disney reconoce que quiere imponer su agenda sexual en los niños

Según informa The Federalist, “Inmediatamente después de la nueva ley… de Florida, que prohíbe a los educadores instruir a estudiantes desde jardín de infantes hasta tercer grado, sobre ideología sexual, varios ejecutivos y empleados de Walt Disney Company admitieron sus propias misiones personales para inundar niños de 5 a 9 años con la mayor parte posible de su propia ideología sexual”.

De hecho, tal es así que una ejecutiva de Disney se jactó de su “agenda gay nada secreta” y sus esfuerzos por “agregar queerness” a la programación infantil, todo de acuerdo a un audio filtrado que publicó el periodista de investigación Chris Rufo el martes pasado.

“Nuestro liderazgo allí ha sido muy acogedor con mi agenda gay nada secreta”, dijo Latoya Raveneau, productora ejecutiva de Disney Television Animation, y continúa, “Simplemente, donde podía, básicamente agregaba rareza … Nadie me detendría y nadie estaba tratando de detenerme”. El portal de “thehill.com” en su artículo titulado “Disney pledges to help repeal Florida’s ‘Don’t Say Gay’ bill” expone que la empresa continuará luchando contra las políticas conservadoras de Florida, siendo su principal arma el consumo masivo al que acceden millones de niños de manera totalmente pasiva. Incluso, el portavoz oficial de Disney dijo “We are dedicated to standing up for the rights and safety of LGBTQ+ members of the Disney family, as well as the LGBTQ+ community in Florida and across the country”; para esto se valen de personas como el coordinador de producción, Allen March, que controla las cuotas de géneros autoimpuestas por la compañía a fin de que cada infante no pueda ver un solo programa infantil sin consumir necesariamente contenido LGBT.

Pero tener una cuota fue insuficiente para impulsar su agenda ya que no basta con el número; “Cuanto más centrada está una historia en un personaje, más matizados se obtiene para entrar en su historia, y especialmente con personajes trans similares… es la única forma de tener personajes trans canónicos, personajes asexuales canónicos, personajes bisexuales canónicos, es darles historias en las que les guste ser ellos mismos”.

La presidenta de Disney General Entertainment, Karey Burke, habló abiertamente sobre su plan para forzar la agenda sexual en los ojos y oídos de los niños más pequeños, algo que en otros tiempos hubiera sido corrupción de menores.

“Tuvimos un foro abierto la semana pasada en 20 [presumiblemente 20th Century Studios propiedad de Disney], donde nuevamente, el hogar de historias LGBTQIA realmente increíbles e innovadoras a lo largo de los años… Uno de nuestros ejecutivos se puso de pie y dijo: ‘Sabes, solo tenemos un puñado de pistas queer en nuestro contenido’. Y dije: ‘¡Qué! Eso no puede ser cierto’, y me di cuenta, oh, en realidad es cierto, tenemos muchos, muchos, muchos personajes LGBTQIA en nuestras historias y, sin embargo, no tenemos suficientes pistas», dijo en una entrevista abierta que se viralizó en Twitter.

Burke agregó en referencia al mandatario conservador de Florida que impulsa leyes en resguardo de los niños: «Quizás si este momento no hubiera sucedido, yo como líder y nosotros como colegas no nos habríamos enfocado en insertar más personajes LGBT en historias de Disney… En el futuro, ciertamente lo seré más, sé que lo seremos”. Según los informes, también se señaló el objetivo de que al menos el 50% de los personajes de Disney sean LGBT o minorías raciales para finales del año 2022. En la misma llamada, Burke se proclamó con orgullo madre de “dos niños queer en realidad, un niño transgénero y un niño pansexual”. Las edades de sus hijos, que según ella eligieron ser transgénero y pansexuales, no están claras, pero muestra que la subjetividad de su vida se impone sobre los cánones culturales y naturales de una sociedad milenaria.

Nadine Smith, activista LGBT, dijo: “Estamos reaccionando desde la realidad de que, cuando pueden borrarte, cuando pueden criminalizar tu existencia, cuando pueden demonizar quién eres, el próximo paso es criminalizarte y llevarte a tus hijos”; esto obliga a que los padres que simplemente desean contenido tradicional sean marcados como “criminales”, siendo que es Disney quien quiere raptar las mentes de los niños.

El progresismo sabe que los proyectos legales propuestos, por ejemplo, en Florida, en nada criminaliza la elección sexual de un adulto, sin embargo, los discursos son la constante tergiversación y victimización para buscar rédito dentro del sistema. Disney sabe que el proyecto de ley propuesto por DeSantis simplemente busca proteger a los niños de ser bombardeados con las agendas sexuales de los adultos. Disney y sus aliados en el gobierno, como también otros meta-capitales corporativistas, ayudados por la prensa de propaganda hegemónica, han recurrido a mentir directamente sobre el propósito del proyecto de ley y alardear de teorías extrañas como que Ron DeSantis quiere “secuestrar niños”. Es a raíz del proyecto de DeSantis que Disney se expresó abiertamente en su finalidad para impulsar la agenda LGBT en la más tierna infancia de sus espectadores.

Un dato no menor es que DeSantis criticó la extraña obsesión de Disney de enseñar a los niños menores de 10 años sobre agendas sexuales, pero tiene un doble estándar moral la compañía cuando se trata de criticar a la China comunista, allí donde los hombres afeminados tienen prohibido la participación activa en televisión (el sitio npr.org en su artículo “China Bans Effeminate Men From TV” expone cómo el gobierno a proscripto toda aparición tendiente a normalizar agendas LGBT dentro de sus medios de comunicación). “Why is the hill to die on to have transgenderism injected into kindergarten classrooms or woke gender ideology injected into second-grade classrooms?… Meanwhile, if we had done a bill that prohibited talking about the abuse of Uyghurs in China, Disney would have supported that legislation because they won’t say a word about that.” dijo el gobernador en cuestión según reportó el medio “Dailycaller”.

Esto expuesto permite corroborar que el progresismo no es patrimonio exclusivo de agendas estatistas, sino que tanto Estado como Mercado son usados como herramientas para una batalla cultural donde el fin último es la imposición de un determinado pensamiento director de todo proyecto de vida.