«La riqueza que tienen muchos países, especialmente los países europeos y EEUU también, por cierto, se acumuló en gran medida debido a las injusticias del mundo anterior y del orden mundial anterior, gracias al colonialismo y la esclavitud. Las ventajas tecnológicas que en algún momento recibió una parte de la humanidad, fueron aprovechadas no de una manera justa, sino para consolidar su dominio. Y este intento persiste hasta el día de hoy. Y en eso radica toda la esencia de acontecimientos actuales».
Según la opinión del presidente ruso, una de las posibilidades de conseguir justicia es construir un mundo multipolar. «Cómo debería ser este mundo? Es un mundo donde se tienen en cuenta los intereses de todos los países y pueblos. Y no solamente se tienen en cuenta, sino que se alinean para equilibrar los intereses. Y eso es exactamente lo que intentamos hacer, por ejemplo, en los BRICS.
Quiero ahora recordar cómo pasó la última cumbre. Observé con sorpresa como la condujo el señor Ramaphosa, presidente de Sudáfrica. Y les explicaré por qué esta sorpresa. Uno de los temas principales de la cumbre era la ampliación de los BRICS. Había diferentes enfoques, diferentes opiniones sobre si debería hacerse, si debería ampliarse la organización o no, cómo realizarlo, etc. Y el señor Ramaphosa volvió al tema unas 50 veces, aunque otros participantes se desviaban del asunto ya que tenían diferentes posturas. Lo hacía con mucho cuidado, con clase y diplomacia, todo el tiempo redirigiendo a todos al ‘centro del campo’. Finalmente, resolvimos el problema.
Es un buen ejemplo de cómo se puede y cómo se debería buscar y llegar a un punto de encuentro, sin forzar ningún punto de vista. Así está construida en general la organización de los BRICS, que no constituye ningún tipo de bloque, y mucho menos militar, sino crea las condiciones para lograr una comprensión mutua».