Comenzó la campaña nacional por la legalización de las drogas

NOTA POR FER IVAN SORIANO – INSTAGRAM: @ferivan_soriano77

“La guerra contra las drogas fracasó. La clandestinidad mata y el Estado no puede mirar para otro lado (…) Estamos planteando despenalizar el consumo personal de todas las sustancias priorizando un abordaje del derecho a la salud a las personas usuarias de sustancias y no desde la persecución penal”. Estas fueron las declaraciones de la diputada kirchnerista Carolina Gaillard. Quien presentó (junto a otros miembros de su espacio) el proyecto de ley 5167-D-2021 que propone una reforma del Régimen Penal de Estupefacientes (Ley N°23.737) para: despenalizar el consumo personal de estupefacientes; ajustar la política de drogas en relación al cannabis; armonizar la ley penal con la protección de la salud pública y la ley de salud mental para eliminar la criminalización y los tratamientos compulsivos que obstruyen los objetivos de la salud pública; despenalizar la siembra y cultivo de cannabis para uso personal; fijar un umbral de dosis de hasta 40 gramos de flores y/o semillas y la cosecha o cultivo de hasta 9 plantas de cannabis de efecto psicoactivo; reconocer las vulnerabilidades de género y pobreza como atenuantes de responsabilidad.

Respecto a esta iniciativa, varios referentes de la Izquierda ya han mostrado su apoyo desde Twitter. Entre ellos, podemos encontrar a Nicolás del Caño, Gabriel Solano y Myriam Bregman quien fue contundente en sus declaraciones: “Hay que sacar la discusión de la penalización y las recetas de mano dura”.

En contra posición, la Iglesia Católica y la Iglesia Evangelista ya han manifestado su postura contra la legalización en varios comunicados donde afirman que: “Legal o ilegal, la droga mata igual”.

Al igual que con el aborto, ha comenzado la nueva cortina de humo para distraer a la sociedad: la legalización y despenalización de todas las drogas. La fórmula empleada es la misma: obtén financiamiento, crea un problema, bombardea a la sociedad con los medios para insertar el tema, vende la solución de que el Estado tiene que estar presente. Que la militancia salga a las calles para visibilizar la causa como algo urgente, obtén los votos necesarios en el Congreso y así logra otro avance más en la agenda colectivista.

Cualquier similitud con la campaña nacional por la legalización del aborto es “mera coincidencia”. Solamente resta esperar que se debele el color y el logo que tendrá el pañuelo de las drogas porque hasta el momento la estrategia ha sido exactamente la misma.

Basándonos en las campañas anteriores, pudimos vislumbrar que había algo extraño en como todos los medios (oficialistas y pseudo opositores) se sincronizaron para hablar exactamente de lo mismo: la cocaína adulterada que se cobra vidas. “Aumentan los casos de personas internadas”; “Ya son varios los muertos”; “El problema sin fin del narcotráfico”; “Terror por la expansión del consumo de drogas”. Estos fueron solo algunos de los banners y declaraciones de periodistas pertenecientes a La Nación+, C5N, CrónicaTV, A24 y demás.

Daría la impresión de que descubrieron una problemática de manera espontánea como si fuera un hecho fortuito. Lo cierto es que lejos de esto, la bajada de línea fue y es clara. Puesto que no solo hay que escuchar qué se dice, cómo se dice sino también todo aquello que no se dice.

El hecho de que se bombardee a las audiencias solo con la noticia de la cocaína adulterada implica dejar de lado otras cuestiones como la crisis económica, social y sanitaria. Que en ningún caso es nueva pero que son un reflejo de la grave situación del país.

Poner sobre la mesa la legalización y despenalización de las drogas como algo urgente implica necesariamente dejar de lado otras cuestiones tan pero tan graves como la pobreza, el hambre de los niños, la inseguridad y el desempleo.

La argumentación a favor no difiere mucho en lógica con la empleada con respecto al aborto. En ambos casos, se plantea el derecho a decidir (sin tomar en consideración el daño a terceros); la clandestinidad mata; es una cuestión de salud pública; el Estado deberá garantizar ese “derecho” (utilizando el dinero de tus impuestos. Lo que implica que por más que te opongas te van a obligar a financiar las drogas de otros), etc.

El mundo del espectáculo también se divide con el primer cruce entre Julia Mengolini (a favor) y Cinthia Fernández (en contra).

En cierto sentido, la campaña del aborto tomó por sorpresa a muchos (otros ya lo veían venir). Esta vez, los sectores liberales y conservadores deberán redoblar los esfuerzos para evitar este avance de la agenda colectivista porque no se detendrá aquí. Puesto que los siguientes pasos son la legalización de la eutanasia y la despenalización de las relaciones “trans-edad”.