En una conversación con el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, el fin de semana pasado, el presidente Jair Bolsonaro (no partido) criticó las medidas de cierre. En respuesta, Tedros elogió el avance de la vacunación en Brasil y destacó que, si la población sigue prestando atención al uso de mascarillas, realmente no debería ser necesario volver a cerrarla.
Bolsonaro también cuestionó la posición de la OMS sobre el pasaporte de la vacuna y Tedros respondió que, por el momento, no hay recomendación debido a la baja tasa de vacunación en varios países. Bolsonaro afirmó que, en Brasil, solo aquellos que no quisieron haber sido vacunados y que él respeta esto. Tedros explicó la importancia de la vacunación: prevenir muertes.
En otro momento, Bolsonaro también cuestionó sobre la vacunación de niños, y el director de la OMS respondió que se necesitan más evidencias y que en cuanto la organización tenga más datos científicos, se les informará a Brasil. Luego, Bolsonaro preguntó entre risas cuál es el origen del nuevo coronavirus, y Tedros dijo que la ciencia aún está estudiando la respuesta a la pregunta.
Bolsonaro siguió: “Buena respuesta”. El director general de la OMS pronto cambió de tema: «Por cierto, recibí un premio del presidente anterior, el premio Oswaldo Cruz, Michel Temer»…
En la conversación participaron los ministros Marcelo Queiroga, de Salud, y Carlos França, de Relaciones Exteriores. Queiroga hizo algunas declaraciones. En el diálogo, mediado por un traductor, Bolsonaro arrojó dudas sobre las medidas de aislamiento social, la obligación de tener pasaporte vacunal y sobre la vacunación de los niños. También criticó al Poder Judicial que, según él, concentró el poder en gobernadores y alcaldes y dijo que fue acusado de genocidio por “política”.