“Todavía me extraña que algunas personas se sorprendieran cuando señalé el hecho de que una autopista se construyó con el propósito de dividir un barrio blanco y uno negro”, empezó respondiendo Buttigieg, El secretario de Transporte de EE. UU.; tal como se ve, toda cuanta causa progresista hay se traduce en última instancia en una coalición entre empresas corruptas y el Estado generando más gastos a costa de las personas sanas.
Pete Buttigieg dijo que actuará desde el gobierno, particularmente la obra pública, para “deconstruir” el racismo que está físicamente “integrado” a las autopistas. Esto claramente que hizo estallar la crítica republicana. Informa el New York Post: “Buttigieg estaba respondiendo preguntas sobre el proyecto de ley de infraestructura bipartidista que fue aprobado por el Congreso la semana pasada cuando se llamó a April D. Ryan, corresponsal de Grio en la Casa Blanca. “Y también, ¿puede darnos la idea de cómo deconstruirá el racismo que se construyó en las carreteras?”, Le preguntó a Buttigieg y mencionó un artículo anterior de TheGrio sobre el tema. “¿Puedes hablarnos sobre cómo se podría deconstruir eso? Buttigieg había dicho anteriormente que el racismo estaba «construido físicamente» en las carreteras.”
El intercambio fue recibido con desprecio e ironía por parte de conservadores como el senador Ted Cruz de Texas quien en Twitter dijo: “Las carreteras son racistas… Debemos deshacernos de las carreteras”.
Según informa BBC, Biden apostó por un plan de infraestructura expansivo de un billón de dólaresque se podría convertir en la mayor inversión en carreteras, puentes y caminos de Estados Unidos en décadas. El paquete —que recién fue aprobado por el Senado de este país y ahora espera ser revisado por la Cámara de Representantes— incluiría las reparaciones de las viejas líneas eléctricas y las carreteras, además del reemplazo de las tuberías de agua potable y la ampliación del acceso a banda ancha. Ciertamente no es preocupante que un delirante delire, sino que la sociedad civil tome por real tal delirio. Hoy es común ver a una caterva de fracasados y resentidos teorizar desde la opresión de una letra hasta el racismo en un pedazo de pavimento destinado a facilitar la vida del hombre; es una señal de alarma que la gente no reaccione ante un mundo tan idiotizado. Las rutas no son racistas, incluso son lo más inclusivo que hay porque permite el tráfico comercial, social y cultural entre sociedades distanciadas físicamente.