Apostar a la enegía nuclear

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World Nuclear Industry Status Report 2022 expuso que la generación mundial de energía nuclear aumentó un 3,9% durante el 2021, mismo porcentaje bajó en el año 2020. En el transcurso del año 2022 ya hay un total de 411 reactores operativos en todo el mundo; esto implica que hay 26 menos reactores en comparación a la década pasada. 29 reactores se encuentran suspendidos en tiempo de larga duración y 53 están en proceso construcción, siendo el dato significativo que más de la mitad de estos últimos se hallan en China e India.
Las propuestas de desarme y rechazo a la energía nuclear que esbozara Petra Kelly, fundadora del Partido Verde Alemán y pionera del Eco-Feminismo y del Pacifismo, parecen estar entrando con amplia aceptación en las naciones occidentales. Mientras tantos, las naciones con gran sentido de realismo político (China, India, Rusia) se preocupan más por sostener una forma segura de provisión energética que por atender a las críticas de los occidentales que hoy bregan por cantar con los pajaritos y plantar arbolitos.
Bruno Comby, presidente fundador de la organización internacional Environmentalists For Nuclear Energy, ya supiera advertir en torno a lo que sería una saludable transición energética verde que no genere un colapso económico en las soberanías de cada potencia: “La energía nuclear es limpia, segura, fiable, compacta, competitiva y prácticamente inagotable. Actualmente más de 400 centrales (reactores) nucleares proveen la energía eléctrica básica en 30 países. Su tecnología de hace 50 años, está relativamente desarrollada y cuenta con la seguridad de una gran mejora en la próxima generación… La energía nuclear casi no produce dióxido de carbono, y ningún dióxido de azufre ni óxido de nitrógeno de ningún tipo. Esos son gases que se producen en grandes cantidades cuando se utilizan combustibles fósiles… Un gramo de uranio produce tanta energía como una tonelada de carbón o petróleo (el famoso “factor de un millón”) y el residuo nuclear correspondiente es un millón de veces menor que el de los combustibles fósiles, con la ventaja adicional de que es compacto, no se dispersa…”